MARIANAO: Breve historia de sus marquesados

Marianao en el siglo XIX 

Probablemente el nombre de Mariana Foncuberta y Juncadela no le diga mucho, pero si le cuento que es la actual marquesa de Marianao entonces....  ¿cómo se le queda el cuerpo?. Es que nuestro famoso y destrozado municipio habanero tienes sus raíces en personas que llegaron como emigrantes, procedentes de la comunidad autónoma de Cataluña. 

Siendo intensas las relaciones que se establecieron entre Cataluña y Cuba en los últimos años del siglo XVIII y primeros del XIX, fue frecuente que personajes nacidos en Cataluña, desarrollaran su vida en ambas regiones, asentándose definitivamente en la isla antillana, sin perder por eso, su relación con la Península.

Este fue el caso de Salvador Sama Martí, que nació el 13 de abril de 1797 en Villanueva y Geltrú, siendo bautizado a los dos días en la parroquia de San Antonio Abad de esa ciudad, recibiendo los nombres de Salvador, José, Isidro. Fue hijo natural y legítimo de Antón Sama y de Ventura Martí y con los señores Salvador Vidal y Josefa Martí actuando como padrinos. Este fue el origen.

En el medio el marqués de Marianao Salvador Sama y Torrens con su esposa Doña María Dolores de Sarriera y de Molins , hija de los Condes de Solterra, y su hijo Salvador. // Studio Audoduard

MARQUESADO DE MARIANAO

El marquesado de Marianao fue concedido el diez de diciembre de 1860 a don Salvador Samá y Martí, natural de Villanueva y Geltrú, en Cataluña. Durante su estancia en Cuba amasó una gran fortuna, disponiendo de importantes propiedades en La Habana por lo que cooperó en repetidas ocasiones al mantenimiento del Ejército y de la Sanidad. 

En 1858 contribuyó con dos días de haberes equivalentes a su empleo para establecer en Madrid los fondos necesarios para la permanencia en el cuartel de inválidos de cierto número de soldados inutilizados en el servicio de la isla, y asignar pensiones y medias pensiones a los hijos de jefes y oficiales que se inutilizasen en este Ejército. 

En 1859 contribuyó con 2.000 pesos para cubrir las atenciones de la guerra de África. Su prestigio y méritos le fueron reconocidos en 1860 con el título de marqués de Marianao que era un municipio con nueve barrios rurales en la provincia de La Habana. Fue senador vitalicio del Reino, caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, y poseedor de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden americana de Isabel la Católica. Murió en La Habana el 22 de junio de 1866.

Coronel de milicias de infantería, vocal de la Junta de Fomento, Consejero de hacienda, procurador
del tribunal de comercio. Regidor del Ayuntamiento y primer teniente alcalde de la Habana. Senador del Reino, Gran Cruz de la
orden de Isabel la Católica y Caballero de la de Carlos III. 

Marquesados de Marianao

--I Salvador Samá y Martí 1860-1866
--II Salvador Samá y Torrens 1869-1933
--III Salvador Samá y Sarriera 1935-1948
--IV Salvador Samá y Coll 1955-1976
--V Jaime Samá y Coll 1978-1979
--VI María Victoria Samá y Coll 1981-1992
--VII Alfonso de Fontcuberta y Samá 1993-2001
--VIII Mariana de Fontcuberta y Juncadella 2002 y la actual titular.


La señora Mariana Foncuberta y Funcadela, dignataria del actual marquesado de Marianao

NOTA: En su limpieza étnico histórica, la dictadura Castrista sustituyó el nombre de un cine que, aunque modesto era histórico de este municipio, el cine González de la calle 114. 

El dueño de este cine lo fue también del Cándido, sito en 100 y 51, y del Nodarse en el barrio de la Lisa, osea sus tres cines correspondían a su nombre y sus dos apellidos. En el caso del González fue rebautizado por el castrismo como cine Marianao y, más tarde, no sabemos con que motivo aunque lo sospechamos, con el nombre de "Sant Boi", que es el nombre de un municipio metropolitano de la ciudad de Barcelona.

No sabemos si la señora Funcadella sabe, probablemente sí, que la historia de su marquesado está estrechamente vinculada al barrio de Mariano en la Habana, y si no, pues de aquí le aconsejamos, muy sanamente además, que ni se moleste en ver lo que ha quedado de ese otrora pujante municipio. 

Maldita Hemeroteca.
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