El Ghandi que no conocías, el que nunca existió


A veces por el desconocimiento de la gente, es que muchos villanos históricos como Bolivar, Neruda, Einstein o Lenin, han pasado a formar parte de la historia como "Los Buenos de la película".

Uno de ellos fue Mahatma Gandhi, del que siempre nos han contado que fue un activista por la paz y la libertad de la India, una adorable persona que sufrió como nadie el colonialismo inglés. Y sí, es cierto, Gandhi fue reconocido por su liderazgo en movimientos no violentos que buscaban la independencia de su país, pero como persona, a nuestro modo de ver las cosas, fue un hombre muy distinto.

Si no conoces al verdadero Ghandi no te metas a hablar sin saber. En verdad esa menuda figura incapaz de general odio era un racista, un clasista e incluso, mantuvo contactos con regímenes fascistas como el nazi del italiano Benito Mussolini o el nacional socialista alemán de Adolf Hitler. No lo decimo nosotros, lo asegura la propia prensa Hindú.

Por ejemplo, en agosto de 2012, justo antes del 65º aniversario de la Independencia de la India, la revista "Outlook India", de las de mayor circulación en el país, publicó los resultados de una encuesta que había realizado entre sus lectores. A tal efecto lanzaron la siguiente pregunta: ¿Quién era el personaje más destacado de la India?

Por supuesto, Mohandas Karamchand Gandhi fue el elegido, y no resulta sorprendente que Outlook diera por buena esta suposición. Gandhi se ha convertido en un barómetro alto para la grandeza de la India, si no para la grandeza del ser humano en general desde el punto de vista político social. Después de todo, ¿a quién no le agrada un Gandhi?. Sin embargo cuando se hurga en la vida de este "amado líder", entonces vienen las sorpresas.

Estatua de Gandhi y el arquitecto Aleman - Lituano Kallenbachas, erigida en Rusne, Lituania, en el 2015.

Para ignorantes - y lo de ignorantes lo decimos porque no conocen su vida - se trata de un simple anciano frágil, noble, desnutrido, con un alma piadosa y con una supuesta moral por los cielos. 

Fue el personaje que marcó el comienzo de una nueva resistencia pasiva en la India, un país al que ayudó a sacudirse del dominio británico. Que lideró diversas huelgas de hambre, y que encontró la muerte en un disparo efectuado por un nacionalista que a los efectos lo convirtió en un mártir, y a la vez un mito fabricado con verdades a medias.

    ----Dicen que en su vida hubo un gran amor, se llamó Hermann Kallenbachas, un arquitecto alemán. Fue Joseph Lelyveld, ex editor de The New York Times, ex corresponsal en Sudáfrica y la India y premio Pulitzer, que publicó en 2011 la polémica biografía,"Great Soul: Mahatma Gandhi and his struggle with India" quien sugirió esta posibilidad--

Han transcurrido varias décadas desde su asesinato en 1948, sin embargo su imagen se ha construido con tanto cuidado, que ha ido limpiando todos los detalles que la marcaron negativamente. En realidad Gandhi fue un racista que basaba su retórica en el desprecio hacia los negros, en la alergia a la sexualidad femenina y en la falta de voluntad general para ayudar a liberar a los parias o "intocables".

Recordemos que Gandhi vivió en Sudáfrica durante más de dos décadas, desde 1893 al 1914, allí trabajó como abogado y luchó por los derechos de los desfavorecidos, pero solo por los de su pueblo hindú residente en aquel país. 

Los académicos sudafricanos Ashwin Desai y Goolam Vahed se pasaron siete años explorando la compleja historia de un hombre que vivió en su país e hizo campaña por los derechos de los más desfavorecidos pero de una forma muy distinta y excluyente.

Para él, como expresó una vez con toda claridad, los sudafricanos negros apenas eran humanos. Se refirió a ellos usando el insulto despectivo sudafricano "Kaffir", y lamentó que los indios se consideraran "poco mejores que los salvajes nativos de África". Lo escribió en 1893 en el parlamento de la provincia surafricana de Natal.

Luego, en 1904, aconsejó a una autoridad sanitaria en Johannesburgo para conseguir que el consejo sacase a los Kaffirs (despectivo negro) de un suburbio insalubre llamado "Coolie Location", donde vivían muchos africanos mezclados con hindúes. "Es que mis sentimientos son muy fuertes cuando tratan de mezclar a los Kaffirs con los Hindúes", dijo "el bueno de Gandhi". 

Dicen que allí sufrió un episodio que lo marcó para siempre racialmente hablando. Ocurrió en la estación de ferrocarril de Pietermaritzburg, la capital del antiguo reino zulú de Natal, cuando lo expulsaron de primera clase a pesar que tenía un billete comprado para esa sección del tren.

 -¡Largo de aquí sami! -lo interpeló el revisor, un tipo fornido, de elevada estatura-. No puedes sentarte ahí, los negros y los hindúes van para el fondo. Ese es su lugar!. 

Claro que se sintió mal por ese trato, pero más cuando le compararon con aquellos negros que tanto despreciaba. En 1905 hubo una epidemia y el pensador llegó a asegurar que la culpa de su propagación se debía a que los negros fueron hospitalizados de forma indiscriminada".

Ese año llegó a afirmar que "la raza blanca en Sudáfrica debía ser la predominante"; y después de que lo enviaran a la cárcel en 1908, se lamentó mucho de que a los hindúes les encarcelaba junto con presos negros y no con los blancos. 

Activistas sudafricanos han sacado a la luz este pensamiento de Gandhi y lo han publicado en un libro titulado "The South African Gandhi: Stretcher-Bearer of Empire" ("El Gandhi sudafricano: sostén del Imperio") y a pesar de poner los puntos sobre las íes, apenas han hecho mella en la conciencia cultural de Occidente que, como ignorante que es, no acepta otro Gandhi que no sea el ya le han prefabricado.

Gandhi, desde el misógino al que fue capaz de copular estando su padre agonizando

Por esas mismas fechas, Gandhi empezó a cultivar la misoginia o rechazo a las mujeres, un prejuicio sexista que lo acompañaría durante el resto de su vida. Durante sus años en Sudáfrica, respondió una vez al acoso sexual por parte de un joven hacia dos de sus seguidoras, cortando a la fuerza el cabello de esas mujeres para así asegurarse de que no provocarían deseos sexuales. 

Michael Connellan lo explicó con todo detalle en un artículo publicado en el rotativo "The Guardian" , donde aseguró que Gandhi creía que las mujeres perdían su humanidad en el momento en que los hombres las violaban. Se guiaba bajo el supuesto de que los hombres no podían controlar sus impulsos depredadores básicos y, al mismo tiempo, afirmaba que las mujeres eran las responsables de esos impulsos.

Sus opiniones sobre la sexualidad femenina eran igualmente deplorables, según lo indica Rita Banerji en su libro "Sexo y Poder". Gandhi veía la menstruación como la "manifestación de la distorsión del alma de una mujer por su sexualidad", y también creía que el uso de anticonceptivos era un signo de tendencia a la fornicación.

Se enfrentó a esta incapacidad para controlar su libido masculina (sin comentarlo con su esposa) cuando juró celibato en la India y empleó a mujeres - incluyendo a niñas menores de edad - como su sobrina y su nieta y ardiente devota Manu Gandhi - para poner a prueba su paciencia sexual. Dormía desnudo junto a ellas sin tocarlas, asegurándose de no excitarse. 

En 1944 el periódico "The Times" sugirió hacer una colecta de dinero para comprarle a Gandhi una manta, y así no tenía que "calentarse" con jovencitas

El experimento, lo realizó durante las revueltas entre hindúes y musulmanes que sacudieron el distrito de Noakhali, en el estado de Bengala, la víspera de la independencia de India. Está claro que las actitudes de Gandhi hacia las mujeres eran complejas y extremadamente contradictorias, por eso se entiende perfectamente el porque Occidente no quiera indagar mucho en este tema.

Con Kasturba, su esposa, era con quien se desquitaba. "Simplemente no puedo soportar mirar la cara de Ba", dijo una vez mientras ella lo cuidaba durante una enfermedad. "Su expresión suele ser como la de una vaca tonta y mansa, que de alguna manera te está diciendo algo". 

Por supuesto que un defensor a ultranza afirmaría que las vacas son seres sagrados en el hinduismo, así que si Gandhi comparó a su esposa con una vaca en realidad fue un cumplido. Sin embargo cuando Kasturba contrajo neumonía, Gandhi le negó la penicilina. 

A pesar de que los médicos dijeron que la curaría, insistió en que el nuevo medicamento era una sustancia desconocida que su cuerpo no aceptaría. Ella sucumbió a la enfermedad y murió en 1944. Unos años más tarde, al darse cuenta del grave error que cometió, voluntariamente tomó el alcaloide quinina para tratar su malaria y logró sobrevivir.

Existen otras fuentes que señalaron una homosexualidad con el arquitecto lituano germano Hermann Kallenbach, o Kasllenbachas. Quien sugirió esta posibilidad fue Joseph Lelyveld, ex editor de "The New York Times", ex corresponsal en Sudáfrica y la India y premio Pulitzer. En 2011 publicó una polémica biografía qie tituló: "Great Soul: Mahatma Gandhi and his struggle with India". 

En ella, para escándalo de los hindúes, cita pasajes de la correspondencia entre Gandhi y Kallenbach que no dejan duda sobre esa relación, aunque no entra en detalles carnales. De hecho, llegó a anunciarse el evento, pero se canceló por la intervención del Gobierno indio. Temerosos de que el material causase un revuelo nacional, el ejecutivo llegó a un acuerdo con los herederos y se quedó con todo el lote por 1,1 millones de euros. 

En 2020 se denunciaron un total de 28.046 violaciones en la India, a razón de 77 al día y claro, no sabríamos decir si es por culpa de Gandhi o no, sería injusto afirmarlo sin datos, pero lo cierto es que las violaciones de mujeres constituyen en la India el cuarto crimen más cometido y que entre el 70 y el 90% no llegan a ser denunciados por tres razones: 

1-) El 98% de las veces, el violador es un familiar o conocido de la víctima.

2-) Cuando llega a celebrarse un juicio, sólo se condena a uno de cada cuatro acusados.

3-) El código penal indio no considera violación al sexo forzado dentro del matrimonio y si ambos cónyuges comparten el mismo techo.

Hay un impulso occidental por ver a Gandhi como el aniquilador de castas, una caracterización que hoy sabemos que es categóricamente falsa. Gandhi consideraba la emancipación de los parias como un objetivo insostenible, y sentía que no merecían tener derecho al voto. Insistió, en cambio, en que los parias siguieran resignándose a la espera de un giro que la historia nunca les concedió. 

 La tienda, que vende ropa occidental para hombres, lleva el nombre de Adolf Hitler, para disgusto de la comunidad judía de Gujarat.

La historia, como la escribió Arundhati Roy en su importante ensayo "The Doctor and the Saint" (El doctor y el Santo), ha sido increíblemente condescendiente con Gandhi. Esto nos ha dado la libertad de restarle importancia a sus prejuicios y considerarlos como meras imperfecciones, pequeñas marcas en unas manos limpias. Los defensores más acérrimos insistirán en que Gandhi era humano y por eso tenía defectos. 

Tal vez transformen sus prejuicios en algo positivo, prueba de que era igual que nosotros o algún otro tipo de deserción retórica: sacar a la luz los prejuicios de Gandhi demuestra que los occidentales albergan una fascinación enfermiza por los problemas de la India, como si los escritores no orientales estuvieran obsesionados con inventarse de la nada los males sociales que azotan el subcontinente. 

Estos son los ejercicios mentales que empleamos cuando estamos ansiosos por mitificar a alguien. Los rasgos infames que Gandhi mostró persisten en la sociedad india: desprecio virulento hacia los negros, una indiferencia displicente hacia los cuerpos de las mujeres, una miopía prudente en torno al pésimo trato hacia los parias, o parâyattas, como se les llama en la India a los que eran sometidos a la voluntad de otros.

Los parâyattas, según la ley Hindú Brahma, eran desposeídos de todos los derechos religiosos y sociales y en esta casta se incluía a todos aquellos que provenían de una relación adúltera, los hijos de madre soltera e incluso los nacidos de una viuda casada en segundas nupcias. Este grupo solamente estaba autorizado a contraer matrimonio entre ellos mismos, y solo podían acceder a los oficios peor valorados y pagados.

Luego el término fue occidentalizado como paria y fue utilizado para todo aquel que estuviera desprovisto y desprotegido socialmente. Esa especie de himno de la izquierda, "La Internacional", lo emplea en algunas de sus estrofas iniciales. 

"Arriba, parias de la Tierra. En pie, famélica legión. Atruena la razón en marcha, es el fin de la opresión". El castrismo y la izquierda en general, lo camufló con .... "Arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan".

CARTAS AL FÜHRER 

Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Gandhi estuvo en contacto con los regímenes fascistas de Benito Mussolini, en Italia, y de Adolf Hitler en Alemania. En 1931, Gandhi participó en unas conversaciones de paz entre los gobiernos británico e indio que se organizaron en Londres. 

Ediciones de Mein Kampf (autobiografía de Hitler) han circulado por la India, traducidas a varios idiomas como hindi, gujarati, malayalam, tamil y bengalí. La edición en inglés, distribuida por la editorial Jaico, vendió más de cien mil ejemplares cuando salió publicada en el 2004

De regreso a la India, el gobierno de Mussolini lo invitó a visitar Italia, donde asistió a un desfile de las juventudes fascistas italianas. En el caso de Hitler, hace unos años salieron a la luz unas cartas en las que Gandhi se dirigía al Fuhrer como “su más sincero amigo”, un formalismo de despedida en inglés. 

Claro, siempre están esos tontos útiles que le defienden asegurando de que se trataba de una forma de llevar el pacifismo y la no violencia, al extremo de tratar a los dictadores con la misma cortesía que a cualquier otra persona.

Aun así, muchos critican el hecho de que no se posicionara en el conflicto y que incluso, aconsejara a los británicos que se limitaran a ceder ante los nazis y no oponer resistencia ninguna. Per eso no fue todo. En mayo de 1940 - y para acabar ya con este nauseabundo tema - llegó a referirse a Hitler en términos elogiosos: 

“No considero a Hitler un ser tan malo como parece o representa. Él está mostrando una capacidad increíble y parece estar consiguiendo victorias sin demasiado derramamiento de sangre”.

Incluso llegó a pedirle a los judíos se quedaran con los brazos cruzados....

“Si fuera un judío nacido en Alemania y me ganara la vida allí, reclamaría a Alemania como mi hogar tanto como el más alto gentil alemán, y le retaría a dispararme o a arrojarme a una mazmorra; rechazaría ser expulsado o someterme a un tratamiento discriminatorio. Y para hacer esto no esperaría a que los otros judíos me acompañaran en mi resistencia pasiva, sino que tendría confianza en que el resto habrían de seguir mi ejemplo”.

La postura no violenta de Gandhi era en ocasiones extrema. Después de que los nazis invadieran las Islas del Canal de la Mancha, le mandó este mensaje al pueblo británico: 

“Dejen las armas, por cuanto estas no van a servir para salvarles a ustedes ni a la humanidad. Deben invitar a Hitler y Mussolini a que tomen todo lo que quieran y de sus países. Si ellos quieren ocupar sus casas, váyanse de ellas. Si no les permiten salir sacrifíquense, pero siempre rehúsen rendirles obediencia”.


No hay que olvidar una cosa, y es que Gandhi luchaba contra el dominio del Imperio Británico, de manera que una derrota de los británicos ante Hitler podía beneficiar a la India de alguna manera. No es casual que estas partes de la retórica de Gandhi hayan sido erradicadas de su legado. 

Pero, ¿Cómo se puede estar a la altura de un sobrenombre ridículo como "el personaje más grande de la India"?. 

Ser nombrado la persona más importante de un país donde viven más de mil millones de personas supone una carga colosal para cualquiera. Además crear un ídolo falso implica ejercitar el olvido en grandes dosis. Después de leer esto tiene usted dos opciones, o intentar profundizar más en el tema, o por el contrario seguir haciendo el papel de ignorante admirando a un hombre que en realidad nunca existió.

Fuentes citadas 
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