FULGENCIO BATISTA GOLPISTA.


Con este artículo llegamos al fin de este breve y modesto recorrido por los presidentes electos, puesto a dedos y golpistas, en nuestra historia republicana hasta 1959.

Llegamos entonces a ese año con un Fulgencio Batista planificando un regreso triunfal a la política. El primer paso lo dio al presentarse a senador con vistas a las elecciones presidenciales de ese año, pero se percató que ya "su carnaval" había pasado. Las encuestas revelaban que su candidatura no reunía la suficiente confianza del electorado. Así que, sin detenerse esta vez en las formas, Batista dio un golpe de Estado que derrocó al presidente vigente Carlos Prío Socarrás, tres meses antes de celebrarse los comicios.

Disolvió el Parlamento, dejó sin efecto la Constitución y, basando su autoridad en las armas de sus leales y en la complicidad de EE.UU., se lanzó a gobernar en provecho propio sin reparos. Durante su mandato de facto trucó unas elecciones que no se las creía ni el mismo, echando todavía mas por tierra todo el prestigio alcanzado hasta ese momento.

La represión estuvo a la orden del día. Se persiguió la actividad política con censura, no como la de ahora, pero si que hubo, metió gente en la cárcel, torturó y ejecutó sumariamente en plena calle. En cualquier lugar apartado aparecía un cada ver o bien colgado, o bastante magullado en el piso y con una bomba a su lado. 


Cabe destacar que en lo económico Batista, que ya había establecido relaciones con la Unión Soviética desde 1943, mantuvo relaciones comerciales con Moscú, vendiéndoles azúcar. En 1957 la Unión Soviética le compró a Cuba 200.000 toneladas, por eso y por varias cosas mas, hay que admitir que, además de la corrupción, el país prosperaba. Las cosas como son.

Tan es así, que los comunistas le apoyaban. Por ejemplo llegó a tener a dos ministros comunistas en su gobierno del 1940, los después Castristas Juan Marinelo y Carlos Rafael Rodríguez. Es más el mismísimo poeta chileno Pablo Neruda le llamó «Capitán de las Islas, salido como la fibra o la greda de las raíces populares, pueblo él mismo, pueblo en su gracia». Ni que decir de su "inquebrantable amigo" Blas Roca Calderío.

No se deje engañar por nadie, que los comunistas se unieron a Batista en la condena del ataque perpetrado por Fidel Castro al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Si no observe esta declaración hecha por el Partido Socialista Popular: "La vida del Partido Socialista Popular (comunista)… ha sido combatir… y desenmascarar las actividades golpistas y aventureras de la oposición burguesa contra los intereses del pueblo".

Esto fue reportado el 10 de agosto de 1953 por el Daily Worker, órgano del Partido Comunista de Estados Unidos. También es sabido que Batista siempre respeto la vida de sus amigos Comunistas. No hubo un solo mártir comunista en tiempos de la insurrección en contra de su gobierno. Sin embargo, fueron innumerables los mártires de ideas democráticas que cayeron combatiendo contra su régimen golpista..

Por solo citar un ejemplo, esta el caso de los dirigentes de la FEU, masacrados en Humboldt 7, tras la delación del comunista Marcos Rodríguez, quien fue encubierto por viejos dirigentes estalinistas como Joaquín Ordoqui y Edith Garcia Buchaca. De esta historia no dice ni mú la farsante prensa Castrista y pobre del periodista joven que se atreva a preguntar sobre el tema.


Tampoco le hizo asco el super comunista y poeta Nicolás Guillen, que para mas detalles tenía como segundo su mismo apellido. Luego, a su regreso de España, y debido a la ilegalidad entonces del Partido Comunista, huyó de su lado y se fue a vivir a París, nada mas y nada menos, e iniciando luego toda una tourné por la Europa roja. Una vez de regreso con el Castrismo, el tipo era mas revolucionario que Antonio Maceo. En fin, lo de siempre.

De Batista se podrá decir lo que quiera, pero bajo su mandato el país logró unos estándares económicos jamás logrados, que aun hoy en día son añorados por la mayoría de los cubanos de un país que se cae literalmente a trozos bajo un férreo, obsoleto e inoperable Neo Castrismo continuado por su hermano Raúl y su vomitivo delfín Miguel Díaz Canel.

El lo político no fue lo mismo, incluso fue objeto de un atentado a su vida, como el del palacio presidencial del que escapo gracias a una salida que su "santero" le aconsejó fabricara - por si acaso-. El líder del directorio revolucionario José Antonio Echeverría, facción ajena a las ideas de Fidel Castro, junto a 64 hombres le fueron a buscar a su madriguera en el Palacio e incluso, el mismo "Manzanita", como le llamaban a Echeverría, dio lo que sin saberlo era una falsa noticia a través de los micrófonos de la asaltada emisora radio reloj.

El error imperdonable de Batista fue perpetuar el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 que, aunque provocó tres víctimas solamente, rompió un orden constitucional que él mismo había contribuido a instaurar.

Echeverria, que a pesar de su aparente imagen de bonachón tenía un valor incalculable, murió de retirada y por precipitarse al pensar que un carro patrullero venía a por él, cuando no era así en realidad. Eso pensó, fatídicamente, disparando y en respuesta lo cosieron a balazos. 


Los desmanes constantes terminaron por pasarle factura al dictador. Pese a arreglar elección tras elección a lo largo de la década –o pese a desarticular intentos serios de reconducir la política, como el Diálogo Cívico–, una oposición iba creciendo firme en contra de su manera picaresca, descarada y homicida de ejercer el poder.

El primer indicio de su derrota fue insignificante en apariencia, pero costoso en vidas. Un ataque fallido al cuartel Moncada en Oriente que causó la muerte a ocho rebeldes, mientras que otros cincuenta fueron apresados y luego ejecutados. Liberado tras una inexplicable pero casi obligada amnistía en 1953. Fidel Castro y sus hombres volverían a la isla desde México al frente de 82 hombres, la mayoría políticos radicales, hasta que tres años después consiguieron deponer al tirano.

Antes, cuando vio que era imposible detener a los alzados, decidió sacar a sus hijos Roberto y Carlos Manuel hacia Nueva York, pocos días después es que emprende su partida con el resto de sus familiares.

Corría el 31 de diciembre de 1958 y Batista huyó en avión esa misma madrugada junto a varios de sus mas allegados colaboradores y, luego de un breve destierro que lo llevó de la República Dominicana y a Portugal, se establece finalmente en España donde falleció en 1973 bajo el amparo de otra dictadura en vías de extinción, la de Francisco Franco Bahamonde. 


Fulgencio Batista está enterrado en el cementerio de San Isidro, en Madrid, donde también se encuentran los restos del dictador croata Ante Pavelic, y otros personajes que despiertan recuerdos más felices, como José Ortega y Gasset. 

Incluso, a solo veinticinco kilómetros, del cementerio de Mingorrubio, donde se encuentra el panteón de otro dictador caribeño, Leónidas Trujillo y a donde fueron a parar los huesos de Fracisco Franco recientemente, luego de que fuera exhumado por el presidente socialista Pedro Sánchez cuando le sacó del valle de los caídos.

En resumen, debemos situar a Batista como el ultimo mandatario que estuvo al frente de nuestro país antes de la llegada del Castrismo, aunque no fuera elegido por las masas. Su carrera política comienza en el 1933, primero como sargento revolucionario, luego como presidente constitucional entre 1940 y 1944 y finalmente como dictador entre 1952 y 1958. Lo que vino después del 1959 fue de "apaga y vámonos" y hoy, cuando estamos a punto de cumplir 63 años de aquella precipitada partida, aun seguimos padeciendo una dictadura Castrista a la que, según parece, le va quedando menos.


LOS HECHOS

En la madrugada del 10 de marzo de 1952, en plena celebración del carnaval de la Habana, un grupo de vehículos se dirigió al campamento Columbia, sede del cuartel general del Ejercito Cubano y principal cuartel del pais, radicado en Marianao, La Habana.

Los vehículos transportaban a varios oficiales del ejercito y la policía dispuestos a derrocar por la bravas al presidente Carlos Prio Socarras liderados por el general de división retirado ( Mayor General), ex-presidente y hombre fuerte del país durante años, Fulgencio Batista Zaldívar. Batista era uno de los candidatos a las elecciones a celebrar ese mismo año pero partía en franca desventaja frente al candidato del Partido Ortodoxo al que todos daban como seguro ganador.

Batista se puso a conspirar con su partidarios, la mayoría pasados a retiro o reserva por el gobierno de Prío, junto con otro grupo de oficiales jóvenes que ven y sus acompañantes accedieron por una puerta secundaria a la instalación, siéndoles franqueado el paso por la tropa de guardia, haciéndose sin demasiados problemas con los resortes del mando sin oposición alguna al contar con el apoyo de oficiales y suboficiales salvo la meramente pasiva y verbal por parte de algunos altos mandos, similares sucesos se desarrollaron en las principales guarniciones del país.

El presidente Carlos Prío, que no se encontraba en el Palacio Presidencial sino en su residencia particular, constato en las primeras horas de la mañana que no contaba con apoyos en las fuerzas armadas y opto por refugiarse en la embajada Mexicana, consumándose el golpe de estado.


Maldita Hemeroteca.
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