REVOLUCIÓN: El burro más fatal del mundo

Campesino Cubano y su burro. // 

Que sepamos los burros son animales muy inteligentes y capaces de entender y responder a las órdenes de su amo y, por lo general, también tienen una enorme paciencia ....

Se conoce que el poeta español Rafael Alberti fue un "baboso declarado" del tirano cubano Fidel Castro. Se cuenta además que era un amante obseso del caviar ruso, país que visitaba con frecuencia para reunirse con su amigo Iósif Stalin. Al asesino georgiano le dedicó Alberti su gran poema "Redoble lento por la muerte de Stalin", donde le llamó "Padre maestro y camarada". 

Imagínate al personal.

En 1991 Fidel Castro le concedió la Orden José Martí, máxima condecoración del régimen. Fue una ceremonia celebrada en la sede del consejo de estado en la Habana, a la que no fue invitada la prensa extranjera acreditada en la isla. Por algo sería. Alberti, entonces con 88 años, reiteró allí su conocido apoyo al castrismo y dijo, además, que se "sentía muy honrado con aquella distinción". Pobre José Martí.

Fue de los que celebró el fusilamiento del destacado escritor de teatro Don Pedro Muñoz Seca, autor de «La Venganza de Don Mendo» la obra más representada de la historia del teatro español, y que por cierto estaba casado con una cubana, Doña María Asunción Ariza de Bulnes.

Gracias a su nacionalidad, la doña pudo salvar su vida en aquellos terribles fusilamientos de Paracuellos de Jarama, en Madrid, donde la izquierda fusiló sumariamente a más de 3000 nacionalistas, intelectuales, monárquicos, católicos y hasta monjas inclusive. A otros los señaló en su semanario "El Mono Azul" que dirigió, dicen, con la plata de Moscú. Entre sus redactores tenía al chileno Pablo Neruda, otro que "se la mamó" a Fulgencio Batista y a Fidel Castro después. 

Don Pedro y Doña Asunción con sus hijos. // 

Desde esa publicación, Alberti mandaba "a paseo" a sus adversarios políticos que, por lo general, terminaron en las checas republicanas siendo "carne fresca" de aquellos milicianos, no menos terribles que los franquistas, que hacían de la "justicia revolucionaria” su propio estilo. Los Cubanos la conocemos muy bien por experiencia propia.

Uno de los presionados por Alberti en "su Mono Azul" fue el novelista y escritor de la generación del 98, don Pío Baroja y Nessi nada menos, (como hizo también con los genios Ortega y Gasset o Miguel de Unamuno por ejemplo) y este, cansado ya hasta los mismísimos cojones, le dijo una vez lo siguiente: 

“No me preguntéis más. Ni soy comunista, ni lo seré mientras viva. El comunismo es la negación de la libertad y los comunistas verdaderos usurpadores de la clase social, depredadores de la clase obrera están abocados al fracaso desde su mismísimo origen".

Pero la ideología política que tuvo este hombre me la trae al pairo la verdad, lo que no conocía era lo traidor e hijo puta que fue con algunos de sus paisanos, y hasta colegas de oficio para más detalles. Por ejemplo no sabía que había sido causante, directa o indirectamente, de que otro comunista con muchísimo más huevos que él, el poeta Miguel Hernández, un soldado que desde el estallido de la contienda civil quiso estar en primera línea de fuego, fuera capturado en Portugal. 

Hernández fue de los pocos intelectuales que se involucró directamente en esa terrible guerra, participando durante los tres años de la contienda en diferentes frentes de batalla, tanto en Andalucía como en Levante. Le parecía indigno esconderse a la "retaguardia madrileña", como Alberti por ejemplo. Aun así consiguió salir con vida al finalizar la guerra. 

De hecho hay una anécdota relacionada con su regreso del frente en 1939, ya derrotado y con el triste recuerdo de los miles de compatriotas muertos, incluso algunos de los mil y pico de Cubanos que dieron el paso al frente, y se encontró que en la Alianza de Intelectuales Antifascistas se estaba celebrando una fiesta impulsada por María Teresa León, la esposa de Alberti, en honor de la mujer republicana. Cuando Hernández vio aquello, pronunció la famosa frase... "aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta". 

Eso le costó que Alberti no lo incluyera en la lista de refugiados políticos de la embajada Argentina, a donde salió por patas y donde vivió ricamente por dos décadas, en cambio a Hernández no le quedó más remedio que dirigirse andando hasta Portugal, e intentar buscar refugio en el país vecino. Allí, hambriento y sin dinero, se vio obligado a empeñar su reloj de oro y su americana y el tendero, al verlo en ese estado, decidió dar parte a la policía. 

Alberti y el supuesto borrico. // 

Fue entregado a la policía franquista en Rosal de la Frontera, y ahí comenzó su periplo carcelario que le llevo a "visitar" hasta 18 prisiones. En medio de ese calvario su salud se debilitó; hasta que una neumonía, derivada luego en una tuberculosis, le produjo la muerte mientras se encontraba en el Reformatorio de Adultos de Alicante. Ni si viuda Josefina pudo ver el cadáver cuando fue a saber de él un 28 de marzo de 1942, mientras que tanto Alberti, como su mujer María Teresa León, se ponían morados de tanto churrasco argentino. 

Pero Hernández, que se encuentra sepultado en Alicante, no fue el único al que le jodió la vida, también a Federico García Lorca. Durante la campaña electoral y las elecciones de febrero del 1936, ganadas por el Frente Popular y las Izquierdas, se le ocurrió incluir a Lorca entre los oradores de un mitin comunista. El granadino, sin saberlo, se molestó mucho y le exigió que le tachara del pasquín. Craso error. 

Dicen que Lorca dijo:

 “Alberti quiere comprometerme y yo no quiero compromisos políticos, yo no soy de ninguna ya lo he dicho muchas veces, yo soy comunista, falangista, anarquista, monárquico, republicano, de izquierdas, de derechas… pero por encima de todo yo soy español, yo soy Poeta y un Poeta, pienso, no puede ser militante de un partido político, porque está comprobado que cuando el poeta se hace militante de una ideología deja de ser poeta”. 

Además Alberti sentía mucho rencor por su extraordinaria calidad literaria. Sabía perfectamente que obras del calibre de “Bodas de sangre”, “Yerma” o “La casa de Bernarda Alba” eran muy superiores a las suyas, digamos "El hombre deshabitado" "El Adefesio" o "Fermín Galán", que no podían compararse siquiera. De hecho muchas de ellas han sido consideradas como fracasos por varios críticos literarios, o al menos de las obras que peor envejecen.

Y bueno, ya para terminar, no sé si saben los amigos que este servil sujeto le regaló a Fidel Castro un burro de pura raza española, que en teoría fue enviado a la Habana en 1997 con la misión de fecundar a las burras caribeñas. En Cádiz, bajo la estrecha vigilancia del entonces embajador en España, Israel Hernández, rebautizaron al pobre animal que no tenía la culpa de nada con el nombre de "Revolución". En realidad se trataba de uno de aquellos asnos que Fidel Castro le había solicitado al gobierno de Córdoba, o a la junta de Andalucía en ese caso, para "mejorar la raza" y este, quizás aprovechando la ocasión como siempre, se anotó el tanto. 

En fin que más allá de esta anécdota, de haberlo conocido en persona me hubiera gustado preguntarle si aquel pobre, desdichado y noble animal, llevaba intrínseco el mismo mensaje que el horrible poema que le dedicó al general Francisco Franco -"El Burro dinamitero"- donde le prodigó todo genero de insultos. Quizás sí fíjate, en un final de burro a burro, o mejor mulo en aquel caso, no había mucha diferencia.

Maldita Hemeroteca 
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