ANTONIO MACEO: Negro pero no tanto


En el mes de octubre del 1900, varios médicos e investigadores cubanos disertaron acerca de las cualidades morfológicas de la osamenta del general Antonio Maceo y Grajales. Estudiaron sus huesos y su bóveda craneana, antes de que fuera depositado en el ataúd y llevado a su panteón definitivo en el Cachual, en la Habana.

Participaron en este estudio los doctores José Rafael Montalvo Covarrubias, Carlos de la Torriente y Luis Montané Darde, este ultimo de amplio peregrinaje científico por Europa, especialmente en Francia, donde llegó a ser presidente de la asociación antropológica y merecedor de la orden caballero de la legión de honor. Decidieron que aquellos restos merecían ser tratados con un mayor rigor antropológico y científico, y no con una simple descripción anatómica.

Para empezar, el cráneo de Maceo lo calificaron de bello, mirándolo desde arriba, entre otras cosas por su perfecta simetría. Y es aquí donde vino lo bueno de verdad. Aseguraron que por sus medidas, aquel cráneo bien pudo haber pertenecido a un ciudadano Europeo que, por lo general, los tenían mejor dotados. ¿Un mulato casi negro como lo fue Maceo con un cráneo europeo?, lo nunca visto.

Para demostrarlo, le aplicaron "una supuesta formula" ideada por el doctor Paul Broca y este arrojó que, los 1,580 centímetros cúbicos del cráneo de Maceo, estaban por encima de la media africana que era de 1437. Que en cuanto al peso, la media de los Africanos, en concreto cinco que fueron sometidos a estudio, pesaron 1,200 gramos en tanto que el de Maceo, teniendo en cuenta su volumen debió pesar unos 1,370 con la masa encefálica incluida.

A ver, es cierto que existe una ciencia llamada "Craneometría", y que el doctor Broca, fundador de la Sociedad Antropológica de Francia en 1859, fue uno de los pioneros en el estudio, pero de ahí asegurar que Maceo era de una raza superior a los negros porque tenía la bóveda encefálica más grande, nos da una idea de que lo quisieron "blanquear" a como diera lugar.
 
Cráneo de Maceo
En cuanto a la morfología del resto del esqueleto, y teniendo en cuenta el largo de los huesos fémur, radio, tibia y clavícula, dijeron que la estatura del general debió ser de 1,80 metros, y que en este caso sí se aproximaban más a un individuo de raza negra.

Que además quedaba demostrado que aquella osamenta era propia de un hombre con fuerza hercúlea y que, ¡oiga bien!, su cruzamiento con individuos blancos le había aportado un mejoramiento racial "ventajoso".

Total que el resultado del estudio arrojo tres puntos claves según los doctores:

1-) Que el largo de sus huesos demostraban que era de raza negra.

2-) Que por el volumen de su cráneo y peso del encéfalo se aproximaba más a la blanca e incluso la superaba.

3-) Que debido a todo esto, el medio donde ejercitó sus tareas y desarrolló sus actividades, Maceo era considerado como un "ser superior".

Tan superior como lo fue, por ejemplo, Carlos Manuel de Céspedes si lo comparamos con un negro bruto como Quintín Banderas que, mientras se decía violaba a las jóvenes campesinas, Céspedes desfloraba a una niña de solo 16 años llamada Candelaria Acosta. Eso sí, probablemente la desvirgó delicadamente y con mucho amor, en tanto que su mujer, Ana Quesada y Loynaz, soñaba con sacarlo de Cuba en un barco clandestinamente. ¡Ay señor!. Resumiendo: ¿Se podría decir que estamos en presencia de un estudio de corte racista?, no para nada, simplemente llegaron a la conclusión de que Maceo era negro, pero no tanto.

Maldita Hemeroteca

Info y foto: "Antonio Maceo. Estudio Antropológico". J. R. Montalvo. C. de la Torre. L. Montané. Publicado 25 de octubre de 1900.

Nota al margen:

El hijo del doctor Rafael Montalvo, Rafael Montalvo Morales, había sido general de brigada del Ejercito Libertador cubano, de hecho era el brigadier más joven de ese ejercito en 1898, en cambio el bisnieto, Rafael Montalvo Gutiérrez, fue soldado de la brigada 2506 que desembarcó en Playa Girón en 1961, como integrante del 2do batallón.

Nota 2:

En 1936, el abogado santiaguero Leonardo Griñán Peralta publicó el libro "Antonio Maceo: Análisis caracterológico", un estudio sobre los rasgos de la personalidad del general. Para ello se valió de los datos que aparecieron en las fuentes publicadas sobre la vida de Maceo, y utilizó la metodología de investigación científica que tenía a su alcance, ofreciendo no solo al Maceo soldado que todos conocían, sino el ser humano que antepuso el deber con la patria ante cualquier otro.
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