El carro de la Lechuza


A pesar del tiempo transcurrido, todavía hay lugares que se le sigue llamando a los carros fúnebres, "La Lechuza", y así mismo le llamaban en la provincia de Pinar del Río en Cuba, sobre todo en aquellos tristes días de la concentración de pacíficos ordenada por el capitán general Valeriano Weyler, y donde se calcula murieron alrededor de 140 mil cubanos.

En Cuba le llamaron así, "El Carro de la Lechuza" por la fama que de mal agüero que tiene esa pobre ave, sobre todo cuando emite su graznido por las noches cuando sale a cazar. Quizás el afán mismo de sobrevivir ante tanta muerte, hiciera que se tomaran a choteo el macabro suceso.

Le decían así en Pinar del Río, pero sobre todo en La Palma donde la carreta, casi a diario, recogía los cadáveres de los cientos de concentrados. Cientos de campesinos desde todas las edades, sexo y creencias religiosas, comenzaron a vagar hambrientos, semidesnudos, durmiendo donde les sorprendiera la noche, inmediatamente después que se diera a conocer el famoso bando de Weyler: 

"Todos los habitantes de los campos o fuera de la línea de fortificaciones de los poblados se reconcentrarán en el término de ocho días en los pueblos ocupados por las tropas. Será considerado rebelde y juzgado como tal, todo individuo que trascurrido ese plazo se encuentre en despoblado". 

Enviado a Cuba por Cánovas del Castillo, presidente del Consejo de Ministros de España, Weyler venía a sustituir a Arsenio Martínez Campos luego del fracaso de la llamada “Pacificación”, política inoperante que era ya insostenible de Cuba como colonia aunque el presidente tenía por convicción gastarse en Cuba hasta el último hombre y la última peseta. 

Weyler decretó el cierre de todas las tiendas situadas a más de medio km. de La Habana y Pinar del Río, y ordenó que la población se concentrara en las ciudades. El hambre comenzó a hacer estragos entre la población, y aunque Weyler consiguió sacar de circulación a algunos de los más importantes lideres libertadores, además de replegar al resto en Oriente, la guerra se seguía alargando.

Con los años una triste noticia fue publicada en el periódico "La Lucha", fechada en la ciudad de Marianao, donde se informaba que el capitán Ignacio Delgado conducía el cadáver del otrora general independentista Quintín Bandera, y dos sublevados más que le acompañaban en la finca de Manuel Silveira, en Arroyo Arenas, donde fue vilmente ejecutado. Habían sido evacuados en el "Carro de la Lechuza" para más infamia.

Maldita Hemeroteca
Fuente: Condensado de Fideus.
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