Historias de siquitrillados


Hubo una vez una tienda en la Habana llamada "El Encanto", que fue inaugurada en 1949 y fue la primera, que en sus seis pisos, se comerciaban los artículos por departamentos. Como habrá sido de esplendorosa, que fue donde único se estableció la firma del icónico modisto francés Cristian Dorr en el continente Americano.

Fue una idea que surgió de la mente comercial de varios emigrados españoles. En 1888 los hermanos asturianos Solís, José, al que llamaban "Don Pepe" y Bernardo, establecieron una tienda de retales en la esquina de las calles Galiano y San Rafael en pleno corazón de La Habana. El éxito que obtuvieron fue tal, que con el capital aportado en 1900 por el paisano don Aquilino Entrialgo, fundaron la tienda por departamentos "El Encanto".

El Encanto fue pionero en ofrecer l posibilidad al cliente de pagar sus compras con tarjeta de crédito, y fue el primero también en ofrecer certificados de regalos y entregas a domicilio. En 1949, con la edificación del nuevo edificio, comenzó un proceso de modernización, sin embargo diez años después los barbudos la nacionalizaron y sin devolver nada a cambio. Y como pasó siempre con todo lo que tocó esta gente, fue cerrada al publico y la convirtieron en un almacén, hasta que en 1961 fue devorado por un incendio perpetrado, supuestamente, por desafectos al nuevo régimen comunista.

SIQUITRILLADOS  

Mucha gente cree que la "siquitrilla" es la parte del cuerpo donde finaliza la espalda llamado coxis, en cambio el verbo "siquitrillar", según la real academia de la lengua española, significa expropiar o destruir moralmente a alguien, y el primero es el que más se ajusta a este relato. De hecho, era así como le llamaban en Cuba a los afectados por las expropiaciones del régimen castrista en los años sesenta. "Los siquitrillados".

En el año 2008 encontramos un articulo en el periódico "El Mundo.es, que estaba relacionado con uno de estos "siquitrillados". Se trataba del cubano Viriato Carillo, que afirmaba que su familia en Cuba había sido la dueña de ocho ingenios azucareros, una fábrica de comestibles, otra de fósforo y la destilería de ron Santa Cruz, donde la firma francesa "Pernod Ricard" produce el ron "Havana Club".

En otra ocasión un periodista de la BBC británica le propuso a Viriato un reto, tener una conversación con el actual ocupante de la casa familiar situada en la exclusiva zona del Country Club de La Habana, y que según aseguraba él le había pertenecido antes de la llegada de Castro al poder. 

No hay que decir que el actual morador de esa fastuosa vivienda era un alto personaje de ese régimen castrista, de hecho cuando el periodista intentó ponerse en contacto con él, ni siquiera se dignó en contestar. Algún día, dijo Viriato, tendré que negociar con él y entonces le diré lo siguiente:

«Pon un precio, pero piénsalo bien. La cantidad que me digas es la que te voy a exigir a ti si quieres seguir viviendo en mi casa. Somos gente razonable. Sabemos que hay que negociar pero ellos y eso deben entenderlo también. ¿Qué esa casa se la dio Fidel? Pues felicidades, pero es como si yo en ese momento les pillo su cartera y salgo corriendo».

Otra de las viviendas familiares estuvo, o aun está, por que no lo sabemos, la embajada de Alemania, con lo cual debe ser otra gran residencia. Incluso ellos pertenecían a una de las cinco familias perjudicadas por la cadena hotelera Meliá, de la Gutiérrez ha sido cliente además.

Por ejemplo los herederos del terrateniente azucarero Rafael Lucas Sánchez Hill, expropiado por la revolución cubana, no han renunciado a 100.000 hectáreas de tierra en la zona de Holguín, en la parte oriental de Cuba. La familia Sánchez Hill huyó de la isla en 1960, enseguida que supieron que sus propiedades serían objetivo de los barbudos.

Y es que en el momento en que que Castro se hace con el poder, sus primeros objetivos de venganza fueron en contra de los oficiales, soldados y partidarios del depuesto dictador Fulgencio Batista, después fueron a por las propiedades de los estadounidenses y, en tercer lugar, la gente como Viriato que consideraban que se habían vuelto ricos y que en muchos casos se trataba de herencias y patrimonios de siglos anteriores.

EL PALACIO VELASCO

Sin ir más lejos, en la esquina de la calle Cárcel No 51 en la Habana, se levanta un elegante palacio que hoy es la sede de la embajada española en Cuba. El Palacio Velasco, construido en 1912 con un estilo Art Noveau, pertenecía hasta su expropiación en 1961 a la familia de origen catalán José Sarrá y Valdejuli, dueño de un emporio farmacéutico.

Palacio Velasco, actual embajada de España en Cuba

Sus últimos dueños, Teresa Velasco y Arturo González, regresaron a España pero otra parte de la familia ha levantado en Estados Unidos la marca farmacéutica que les hizo millonarios en Cuba. Si algún día prosperan sus reivindicaciones, la delegación diplomática española en una Cuba democrática tendrá que buscar otra ubicación.

Cuando Gil Mármol y su familia huyeron de Cuba en 1961, el Gobierno revolucionario le incautó 17 cuadros que quedaron en el camino, incluidas dos acuarelas del mexicano Diego Rivera. Años después, descubrió que una de las obras había sido contrabandeada al exterior y vendida en una subasta en Nueva York en 1995 a un comprador desconocido.

Ese fue el único rastro real de la colección de los Mármol, apenas una de las obras de arte que habían sido confiscadas y difíciles les será recuperarlas, incluso si algún día la isla se democratiza. Otro ejemplo, otra acaudalada familia afectada por lo mismo fueron los Fanjul, quienes aseguran perdieron una colección valorada en 60 millones de dólares, y que incluía más de una decena de obras del impresionista español Joaquín Sorolla y un dibujo a lápiz de Miguel Ángel.

El edificio Bacardí, dueño del famoso ron construido en 1930 con estilo Art Decó y decorado con mármoles de colores, pasó a ser "propiedad" de la compañía estatal Habaguanex S.A., que lo destinó, no sabemos ahora, a la renta de oficinas para representaciones comerciales locales y extranjeras. Así mismo el icónico edificio Focsa, con 28 plantas y 375 apartamentos y que en 1956 fue considerado como el primero de hormigón armado de toda América, resultó que entre los años 70 y 80 alojó asesores "civiles" soviéticos.

---A la familia Gutiérrez Castaño, de origen Vasco, le fueron arrebatadas propiedades con un valor que por entonces se calculaba en 45 millones de dólares. ---

En 1922 la familia Gutiérrez Castaño, vinculada a la producción azucarera, estaba considerada como una de las más ricas de Cuba, si no lo más en aquellos años. Su nieto Nicolás llegó a ser en Miami el presidente de la asociación de hacendados cubanos, una organización que por entonces reunía a un total de 400 ex propietarios que sus negocios, estimados en cien mil millones de dólares, fueron expropiados igualmente.

Cubanos estadounidenses como la familia Mármol, una familia fundada 1836 por Leonardo Mármol y Tamayo en Santiago de Cuba, han tenido que luchar por décadas para recuperar las pinturas y otras obras de arte perdidas en Cuba, en medio de prolongadas disputas legales y también porque muchos de los objetos han desaparecido. Algunos expertos de arte cubanos aseguran que muchas piezas de la colección de Julio Lobo, han sido subastadas o vendidas - principalmente en Europa - ante la falta de liquidez del régimen.

---Entre las propiedades que han ido incluyendo en sus expedientes se encuentran aeropuertos, puertos, grandes extensiones azucareras y la finca de tabaco más grande de Cuba.---

Existen Cubanos, dentro y fuera de la isla, que aun se sienten esperanzados en que se puedan reclamar sus propiedades, las que según los cálculos ascienden a un valor que podría superar los 200.000 millones de dólares. Los hoteles de Sol Meliá, sin ir mas lejos, son otros de esos bienes que entrarían en disputa en los Tribunales de una Cuba libre y democrática.

Sin embargo, desde La Habana el régimen se niega rotundamente a cualquier posibilidad de negociar esas propiedades, una postura en la que no han cedido ni un palmo en las mesas de negociaciones con afectados de España y de EEUU, aunque en el caso del primero, en 1988 se llegó a un acuerdo para un primer pago de 60 millones de pesetas, (7 millones de euros actuales) destinado para que un grupo de españoles afectados pudieran cobrar las indemnizaciones acordadas entre ambos países antes del plazo de 15 años, sin embargo no existe mucha más información al respecto.

C.O.S.
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