JOSE MARCELINO MACEO: El Papillón Cubano

El Balear, de noviembre del 1884, daba cuenta de la fuga de José Maceo.// 

La supuesta historia del marinero francés Henri Charrière, acusado del asesinato de un proxeneta y que no cometió, parece repetirse aquí en cuanto al tesón y coraje se refiere, aunque a diferencia de "Papillón", que su veracidad ha sido puesta en duda, las fugas de José Maceo sí fueron totalmente ciertas.

UN POCO DE HISTORIA ANTES: 

El 10 de Febrero de 1878 se produce la capitulación masiva de mambises, conocida como la paz del Zanjón, y aunque es cierto que no consiguió su objetivo y se siguió conspirando, el golpe moral dejó a muchos independentistas fuera de juego. Y si la llama de rebeldía volvió a brotar, se debió en gran parte al general Calixto García Iñiguez, que llegó de España resuelto a no abandonar la lucha.

Entre 1878 y 1879, bajo la dirección de Calixto, se fundan treinta clubes clandestinos que quedaron bajo la presidencia del Brigadier Ángel Mestre, así como la formación de un Club Central, subordinado al Comité Revolucionario radicado en Nueva York, que tenía la finalidad de extender la rebeldía hacia toda la isla.

Sin embargo, rápidamente fueron controlados por la inteligencia Española que, con la detención de Silverio del Prado, lo precipitó todo. De manera que, el 24 de agosto de 1879 en San Lorenzo, Holguín, Belisario Grave de Peralta, el teniente coronel Cornelio Rojas, Remigio Almaguer, y Luís Echevarría más unos 200 hombres, se pronunciaron a favor de la independencia de Cuba, intento que se vio frustrado el 3 de diciembre de 1880.

--En total se rindieron 5381 rebeldes, luego de sufrir 170 muertos, 109 heridos y 307 prisioneros.--

Fracasó básicamente porque no logró aglutinar a los máximos lideres del 68, la escasez de recursos, la efectiva campaña racista que desató España entre los autonomistas y por supuesto, lo que no podía faltar, de nuevo se hace sentir el regionalismo y la rencilla entre los caudillos, destacando la ya existente entre Calixto y los Maceo, llegando incluso a sustituir al general Antonio por el brigadier Gregorio Benítez. 

Y si a eso le sumamos que no existía una estructura central - digamos que no habían ni divisiones ni regimientos - que aquello de ejercito tenía bien poco, el fracaso estaba más que anunciado. Para el mes de junio de 1880 aquellos hombres descalzos, hambrientos, exhausto y desanimados, comenzaron a rendirse de nuevo con sus respectivas deportaciones, y así hasta el mes de diciembre que es en masa. 

El acuerdo con España consistía en rendirse y entregar las armas, en cambio no se tendría en cuenta lo que habían hecho, y les permitiría la salida hacia el extranjero, por supuesto como siempre, pagando España los costes del viaje. Sin aquello fue una farsa, ya embarcados fueron interceptados en alta mar, llevados a Puerto Rico, y de allí en calidad de reos hacia la cárcel española de "Chafarinas".

Ese fue un gran error de España, pues esta traición terminó por minar la confianza de los Cubanos y se vio perfectamente cuando abocados ya al ataque de la armada norteamericana, el capitán general Ramón Blanco Erenas le solicitó ayuda a Máximo Gómez para unirse "contra el invasor", en cambio recibieron un no por respuesta. Aunque ya para entonces el generalísimo dominicano esperaba la intervención Yankee como "agua de mayo".

Total que entre aquellos 111 mambises deportados por el gobernador de Oriente, el general Camilo García Polavieja, se encontraba el bravo mambí José Maceo, quien se había rendido en Guantánamo. En carta del tres de junio de 1880, el brigadier Luis Pando le comunicó al general Polavieja lo siguiente:

Que en el campamento "Celina" se le habían «presentado» formalmente 394 personas, y al frente «los titulados general Guillermo Moncada, brigadier José Maceo y teniente coronel Quintín Bandera», que lo hacían portando 70 armas de fuego y el correspondiente número de municiones». En este grupo de capitulados se encontraban también otros lideres, como Jose Celedonio y el brigadier José Rogelio Castillo. 

El general Polavieja aceptó la rendición, a la par de urdir su traicionero plan: engañar a los presentados con un supuesto viaje a Jamaica como exiliados políticos, como veremos más adelante, sin tener en cuenta que entre los embarcados habían 33 mujeres y 20 niños en calidad de pacíficos.

Barrio del Raval, Santa Catalina, Palma de Mallorca, en esos años.

LAS FUGAS 

En agosto de 1882 José Maceo protagonizó una segunda fuga cuando era conducido al Gibraltar Británico. Decimos segunda porque ya había escapado anteriormente de su deportación administrativa hacia Chafarinas, donde estuvo dos años recluido. Había sido condenado a 4 años y, aprovechando el traslado a la prisión de Hacho, en Ceuta, en el tramo entre Mallorca y Argelia consiguió llegar a Tánger en unión de otros seis reos, y el 20 de agosto cruzó la frontera de Gibraltar solicitando el asilo político a las autoridades Inglesas basándose en el engaño sufrido.

El hecho de haber sido deportado por España tras firmar una capitulación incumplida con el brigadier Luis Pando, y encima utilizar como señuelo a un tal ciudadano británico de nombre William Masson, supuesto arrendatario del vapor "Thomas Brook" fondeado en Caimanera y donde debían ser transportados hacia Jamaica, le dio el motivo suficiente a las autoridades británicas para conceder el asilo a Maceo y sus demás acompañantes.

Aquí un fragmento de una carta a su hermano Antonio, exiliado en Jamaica, del 21 de septiembre de 1882:

"Te participo que el 15 de agosto [de 1882] me fugué de la provincia de Cádiz con Cecilia, Lola, Elizardo y la hija de Lola, dos cubanos más y yo. Salimos en un barquito y llegamos a Tánger. De ese lugar marchamos a Gibraltar, llegando el 20 [de agosto]. 

La policía inglesa nos entregó al gobierno español en la Línea, punto que divide el territorio inglés del español, sin embargo le manifestamos que éramos [prófugos] políticos y que no debía entregarnos, toda vez que nos íbamos a refugiar a [en] aquel lugar[,] pues llegamos en hora que la ley nos favorecía[,] a las cuatro y media de la tarde llegamos y a las seis se tira el cañonazo para cerrar la plaza".

Según el registro de deportados de la isla de Chafarinas, la señora que hace referencia en la carta era Cecilia López Osorio, su mujer, de 41 años y el hijo de ambos, Elisardo Maceo López, de 12. Su cuñada Dolores Alcántara, de 19 años, que le decían Lola, y que al parecer acompañaba a otro niño de nombre Rafael Maceo, más un bebito recién nacido en los primeros días de 1882.

En diciembre de 1883, un nuevo Consejo de Ministros, presidido por José de Posada Herrera, acordó el traslado de José Maceo de la fortaleza de Pamplona, donde estaba recluido, a las islas Baleares y, el 15 de enero de 1884, a bordo del vapor correo "Menorca", Maceo llegó al puerto de Mahón junto con su esposa, un hijo y dos guardias civiles que les custodiaban. 

Según la prensa balear, el propio Maceo solicitó a los pocos días «fijar su residencia en la ciudad de Palma [de Mallorca]», volviendo a embarcar el 23 de enero, también con esposa e hijo, cruzando de las islas Menorca a Mallorca. Durante gran parte de 1884, José Maceo, Cecilia López y Elisardo Maceo López residieron en el barrio del Raval, en Santa Catalina‍, isla de las Palmas, del cual les dejamos una foto.

Ya lo había pronosticado el gobernador civil de Navarra, don Martín Huarte, cuando en carta al ministro Gaspar Núñez le dijo: "Vaya ejemplo que han dado. Suéltenlo y déjenlo vivir en libertad sin molestarle, y verán como aparecerá en los Estados Unidos".  Dicho y hecho. Maceo protagoniza su tercera y ultima fuga, y así lo reflejaba el periódico liberal "El Balear", de Palma de Mallorca, en un articulo fechado el 20 de noviembre de 1884:

"José Maceo escapó de las autoridades españolas por tercera vez en octubre de 1884. En compañía de Cecilia, Elisardo y otros dos deportados cubanos, ( se referían a Jose Celedonio y el brigadier José Rogelio Castillo). Navegaron furtivamente desde Palma de Mallorca hasta las costas de Argelia entre el 19 y el 23 de octubre de 1884. Habían transcurrido nueve meses desde su llegada a la capital Balear para residir en régimen de libertad vigilada, bajo palabra de honor y de no abandonar Palma sin permiso gubernativo, así como «presentarse diariamente en la Inspección de orden público»

Cinco meses después ya estaba en Puerto Limón, en Costa Rica, de donde parte el día 23 de marzo en el vapor Adirondack, y el 29 llegan a la isla Fortuna en Bahamas. De allí, en la goleta "Honor", se embarcaron el día 30 los mayores generales Antonio Maceo y su hermano José Maceo, Flor Crombet, los coroneles Agustín Cebreco y el colombiano Adolfo Peña, los tenientes coroneles Silverio Sánchez Figueras, Patricio Corona, Arcid Duverger, el dominicano José M. Arseno y un grupo de veteranos.

El desembarco se produjo el día uno de abril de 1896 por la desembocadura del río "Duaba", y de inmediato fueron perseguidos y hostigados por el terrible regimiento de voluntarios "Indios de Yateras" y sus eficaces exploradores al mando del español Pedro Garrido Romero, el mismo que enfrentó a José y a su hermano Antonio en la batalla de Jobito, el 13 de mayo de 1895 y que por cierto, fue sepultado allí mismo en el cementerio de Guantánamo donde viven actualmente varios de sus descendientes cubanos.

La historia de José Maceo llega a su fin, cuando el cinco de julio recibió un balazo - justo en la cabeza - en un combate en la zona de "Loma del Gato", en Alto Songo, provincia de Santiago de Cuba. Dicen que murió lleno de ira y frustración, no tanto hacia los españoles, si no porque le fue negado el acenso al puesto de lugarteniente de Oriente en favor del general Calixto García, una decisión que le había puesto tan molesto y furioso, que hasta renunció a la jefatura del primer cuerpo del ejercito. Tenía apenas 47 años.

Maldita Hemeroteca.

Fuente: Garcia-Balaña Albert / Universidad de Pompeo Fabra, Barcelona // José Maceo a Antonio Maceo (prisión del monte Hacho, Ceuta, 21-‍09-1882). Hemeroteca Digital. Biblioteca Virtual de España. Prensa Histórica.
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