LA MUERTE DE JUAN DELGADO


El 10 de abril de 1898, a pocas semanas del esperado comienzo de la invasión a Santiago de Cuba por los marines de Estados Unidos, el gobierno español intentó decretar una paz que no fue reconocida (El áspero e improductivo intercambio epistolar entre Máximo Gómez y el capitan general Ramón Blanco Erenas).

Sin embargo el coronel Juan Evangelista Delgado González se confió de esta "atmosfera pacifica", y se fue hasta Govea, en Bejucal, su pueblo natal, para visitar a su madre Águeda. De allí se fue al Cano para encontrarse con su novia Dolores Pastrana, conocida como Lolita, en la finca de los Pastrana, acompañado solo de sus hermanos que hacían de escoltas, el comandante Donato y el capitán Ramón, más una veintena de hombres, cuando fueron sorprendidos en Pastrana por la columna de voluntarios de la guerrilla Peral, con la que se había cruzado horas antes y sin contratiempos.

En esa escaramuza cayeron los tres hermanos y sus cuerpos, como el del resto de los fallecidos, fueron rematados a machetazos y luego exhibidos en el pueblo del Cano. Esta execrable acción fue en respuesta a lo ocurrido con los 79 voluntarios del escuadrón de Calabazar, Ligeros de la Habana y Lanceros de la Reina, que igualmente habían sido macheteados e irrespetados en la finca "Lage" el día 20.

Uno de ellos, el capitán que los comandaba, fue decapitado de un machetazo por el propio Juan Delgado que, fuera de sí, vengaba la muerte del sargento Juan Negrín, el único mambí muerto ese día. Fue de tal intensidad aquel machetazo, que del impulso le provocó un tajo en una pata a su propia yegua que la dejó inútil para siempre. Los voluntarios muertos en aquella acción, que más tarde fue conocida como "El macheteo del callejón de Pica-pica"; fueron igualmente exhibidos por todo el pueblo de Calabazar antes de ser sepultados en una fosa común.

Además era buscado por haber quemado un edificio de guarnición en plena zona de Arroyo Apolo y la Víbora, el 20 de mayo de 1897. Después de su muerte en 1898, Juan Delgado, el entonces experto domador de caballos y jefe del regimiento de caballería de Santiago de las Vegas, que fue del grupo que recuperó los cuerpos del general Antonio Maceo y su ayudante Francisco Gómez caídos el 7 de diciembre, fue ascendido póstumamente a teniente coronel.

El 5 de septiembre de 1954 se develó allí un monumento en memoria a los hermanos caídos, Ramón, Donato y Juan Delgado González, en la antigua finca “Pastrana” en el "Wajay", escenarios de algunos de sus combates como la toma del Fuerte Vigoa o en el ingenio "Mi Rosa", San Felipe en Quivicán e incluso incursionó por Marianao. En ese acto estuvieron presentes algunos de los integrantes de aquel regimiento de caballería, como los Comandantes José Cadalso Cerecio y Fermín Otero Gutiérrez, así como el teniente Avelino Rojas.

Otros integrantes del Regimiento de caballería Santiago de las Vegas, conocido también como "Mayía" Rodriguez":

  • Comandante Crescencio Chacón, jefe del 2do escuadrón
  • Teniente Generoso Falcón, ex integrante de la escolta del General Máximo Gómez.
  • Coronel Dionisio Arencibia Pérez, segundo al mando, que al morir Juan Delgado lo sustituye como jefe del regimiento.
  • Comandantes Fermín Otero y Adolfo Villa.
  • Capitán Carlos Marrero.
  • Rafael Sánchez Maclas, conocido como Tata 
  • Manuel Forcade, jefe del 1er escuadrón
  • Adolfo Viñas 
  • Manuel Padrón
  • Florentino Sigler 
  • Francisco Arencibia Pérez 
  • Ambrosio Díaz 
  • Comandante Rodolfo Bergés, jefe del 4to escuadrón
  • Ignacio Castro Ruiz
  • Rafael Díaz 
  • Rafael Martínez 
  • Francisco Díaz 
  • Francisco Hernández 
  • Sargento Tomás Negrín
  • Capitán Ramón Delgado
  • Vicente Delgado
  • Comandante Donato Delgado, jefe del 3er escuadrón.

Solo agregar que al termino de la guerra, el coronel Dionisio Arencibia fue jefe de la policía en el Wajay y, posteriormente, su alcalde. Además que célebre fue la leyenda de que a más de uno se le apareció en la Ceiba el "fantasma de Juan Delgado" que, al parecer, custodiaba un tesoro que él había enterrado en 12 tinajas de barro al pie de la famosa Ceiba de la finca de Pedro Pérez, en el Cacahual, donde habían sido sepultados secretamente los cuerpos del general Maceo y Panchito Gómez.

Maldita Hemeroteca. 

Fuentes: Miguel Varona Guerrero, "Guerra de Independencia de Cuba. 1895-1898", 1946. Vol. La II. // "Mi Mando en Cuba", diario del general Valeriano Weyler y Nicolau. // Revista Bohemia.
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