MARIANAO: Historia de una playa y su dueño

Lo que queda de la antigua casa del señor Viriato. // 

En la finca Flores, en el antiguo reparto de Marianao, había un trozo de costa llamado playa "El Viriato", o creo que se siga llamando así. Pero resulta que el Viriato que yo conocía era aquel héroe que enfrentó a Roma, e incluso llegue a pensar que la playa tenía ese nombre por este personaje. Pues no, estaba en un error, más tarde me enteré que Viriato era otro que, quizás no tanto, pero igual de poderoso. 

Según recoge la historiografía cubana, se trataba del abogado de origen español, Viriato Gutiérrez Valladón, que aunque había nacido en Cienfuegos en 1890 su padre había llegado desde Castro Urdiales, bella zona costera de Cantabria al norte de España. De joven se hizo abogado, y con el tiempo se convirtió en un potentado de la industria azucarera, entre otros negocios. Fue Viriato quien mandó a construir esa playa en 1920, en forma de cala, protegida por dos muros, quizás como recuerdo para su acongojado padre.

La zona estaba llena de "diente de perro" (arrecifes cortantes), sin embargo Viriato la mandó a rellenar de arena y le edificó una especie de malecón, o muro, para evitar de alguna forma la erosión del aire. Para tener una mejor idea en donde estaba situada, digamos que era un tramo de costa frente a la avenida primera, siempre contando del mar hacia la ciudad, entre las calles 184 y 186 del reparto "Flores", nombre que tenía la Finca y que hoy sería Miramar, en el municipio Playa, en vez de Marianao como era entonces. 

Viriato contrajo nupcias con la señora María Adelaida Falla y Bonet, una de las hijas del multi millonario Laureano Falla Gutiérrez, originario de Santander, igual en Cantabria, que en su momento llegó a ser uno de los hombres más rico de Cuba, si no el más, con una fortuna superior a los 30 millones de dólares de la época. Un dato más actual: Adelaida era hermana de María Teresa, que a su vez era abuela de la actual duquesa de Luxemburgo, su alteza real, María Teresa Mestre y Batista. 


Volviendo a Viriato. Se había iniciado en los negocios en su pueblo natal de Cienfuegos con una modesta tienda de ultramarinos, y con los años, finalizada la guerra del 1898, aprovechó el boom del desarrollo en la isla y se hizo "de piedra" (Rico) como se suele decir. Encima al emparentarse con la hija de semejante millonario, pues acabó consolidando su poderío.

La chica era una "paisana", de manera que todo quedaba en familia como dios mandó siempre en España. Solo un hombre así, con ese poder que tenía don Laureano, pudo regalarle a su yerno e hija un "casoplón" como el que se encuentra todavía en pie en la Calle B, esquina a 13, en el barrio habanero del Vedado, que se muestra en la imagen.

Viriato llegó a ser secretario de la presidencia cuando integró el gabinete del general Gerardo Machado y Morales, que estaba compuesto además por Guillermo Fernández Mascaró en Educación; Carlos Miguel de Céspedes en Obras Públicas; Rogelio Zayas Bazán, en el Ministerio del Interior; y Jesús María Barraqué, en la cartera de Justicia. 

Cuando se produce el crack económico mundial de los años 30, y la longaniza con que se amarraban los perros en Cuba se acaba, el presidente Machado cae por la presión popular y una de los lugares que fueron vandalizados por las hordas salvajes fue, precisamente, las propiedades que tenía Viriato en aquella playa. Ya sabe como hemos sido los Cubanos de extrovertidos, por llamarnos de alguna manera, que nos cebamos con el que aplaudimos antes.

No solo eso, el gobierno de los cien días del doctor Ramón Grau San Martín, muy revolucionario y anti imperialista él, por eso murió en la Habana despreciado por el tirano, le intervino la citada mansión del Vedado; y gracias a Fulgencio Batista en 1940 se la devuelven. Al parecer ya no sentían lo mismo por esa casa, y decide venderla a uno de los dueños de la cervecería "Polar", el señor Antonio Giraudier Ginebra, un "cerebrito" graduado en Oxford University, en Inglaterra.

Abuelos José Antonio Mestre Batista y María Teresa Batista Falla. A color La duquesa de Luxemburgo hace unos años.

Y puede que la playa Viriato no sea ni remotamente un Varadero, ni siquiera un Guanabo, pero por su arena caminó en 1946 alguien tan importante como el señor Winston Churchill, invitado por Giraudier precisamente, quien después se encargó de enviarle al Reino Unido aquellos enormes puros Romeo y Julieta que el Primer Ministro acostumbraba a fumar. De hecho ese año visitó la fabrica Cubana, y la vitola la cambiaron en su honor.

Entre las propiedades controladas por el señor Viriato, sea como dueño o con participación, podemos citar el cine "Payret" en la Habana, el central Adelaida en Nauyú, en Morón, Ciego de Ávila, con casi 3 millones de arrobas diarias de caña producidas en sus 1100 caballerías. En 1958 se encontraba siendo administrado Viriato Gutiérrez Falla, su hijo. Es de los pocos que se salvó de la embestida Castrista. 

Viriato controlaba también - no sé si en propiedad o sociedad - los centrales Violeta, el Andreíta en Cruces, el Patria, el Manuelita en Palmira, del que era co-propietario el abuelo asturiano de la hoy candidata a la presidencia de Madrid por el partido VOX, doña Rocío Monasterios, el señor Antonio Monasterio Díaz de Tuesta. 

Churchill en 1947 en la playa Viriato.
Tambien el Punta Alegre, con mas de 4,600 trabajadores, y el San Germán, así como la petrolera "Transcuba", entre muchos otros. No en balde cuando muere Laureano, sumando el capital que heredó su mujer, que además falleció primero, su fortuna llegó a sobrepasar los 70 millones de pesos. 

Un aparte con su cuñado Eutimio Falla Bonet. 

Fue otro de los grandes hacendados azucareros que su familia y la de Viriato estuvieron relacionadas. Eutimio poseía una fábrica de tablas de bagazo, dos bancos, una papelera, una destilería, un teatro y dos plantas productoras de henequén. Se le estimaba un capital ascendente a 8 millones en 1956. 

El 3 de abril de 1935 fue secuestrado saliendo de casa de su hermana Teresa, por un comando dirigido por un tipo sumamente violento como Antonio Guiteras Holmes, dirigente de "La Joven Cuba", el mismo que durante el gobierno de los cien días se dio gusto expoliando y destruyendo propiedades. 

Guiteras extorsionó a la familia de Eutimio con 300 mil pesos que fueron pagados al siguiente día. Con ese dinero compró el yate Amalia, con el que pretendía salir el 8 de mayo de 1935 hacia el extranjero por la zona del Morrillo, en Matanzas, pero no tuvo suerte, ni él ni el comunista venezolano Carlos Aponte que le acompañaba. El bueno y noble de Eutimio, porque fue un filántropo de cojones que no se sabe la de instituciones católicas que remodeló, fabricó y donó, como la sala de niños del hospital Curie, la Escuela de Arte y Oficios o la casa de Beneficencia de San Lázaro y Belascoain, falleció en Madrid en 1965. 

Pero antes, en 1959, Viriato ya se había marchado con su familia a Miami, donde falleció el 14 de marzo de 1974 a la edad de 83 años resentido y triste por todo lo que le robó Fidel. Hoy la mayoría de esas propiedades están en ruinas. Ah, se me olvidaba, el acceso a la playa "El Viriato" está prohibido. Es de exclusivo uso privado. Y aunque no sabría decirle de quien, apuesto lo que no tengo que de alguna familia perteneciente a la "mermelada" Castro comunista heredera. 

Por Jorge García
Maldita Hemeroteca
Fuente: Artículo de Álvaro J. Álvarez, publicado en la web LIBRE.
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