OCUPACION MILITAR 1899-1902



El día 28 de abril se iniciaba la Guerra Hispano-americana y el día 12 de agosto después de haber destruido la totalidad de la Armada española se acababa la guerra en Cuba.

En la mañana del 1 de enero de 1899 en La Habana se realizó una ceremonia protocolar de traspaso de mando y entrega de la soberanía de Cuba de manos del último capitán general español, Adolfo Jiménez Castellanos, para ser recibidas por el nuevo gobernador militar norteamericano, general John R. Brooke, como representante de los Estados Unidos. Ese día se bajaba la bandera española y en los edificios públicos cubanos se izaba la norteamericana.  

Adolfo Jiménez Castellanos fue el último Capitán General de Cuba, y abandonó la isla a bordo del vapor «Cataluña»

Poco más de un mes después, una vez organizada la repatriación de las tropas nacionales, partió hacia España, dejando atrás la tierra en la que había residido durante veinticinco años y a la que estaba unido por fuertes lazos afectivos, al haberse casado con la cubana Carmen Barreto, de cuyo enlace nacieron seis hijos, dos de los cuales, Adolfo y Ramón Jiménez-Castellanos y Barreto, continuaron la carrera militar de su padre, alcanzando también el generalato.

Castellanos pasó a la historia como uno de los oficiales españoles que llegó a vencer a los rebeldes bajo mando del líder independentista Máximo Gómez, y llegando incluso a apoderarse de Nueva Paz en la Habana, poblado donde los mambises celebraban sus reuniones el autoproclamado Gobierno Provisional cubano. Todos estos triunfos, glorificados por la prensa española, hicieron que el Gobierno le concediera la promoción a teniente general en 1898.

Después de este traspaso del cargo en el Palacio de los Capitanes Generales, todo quedaba listo para que dos años después, el 20 de mayo de 1902, el presidente Tomás Estrada Palma comenzara a formar su gobierno, el gabinete, gobernadores provinciales y autoridades civiles y militares.Era un momento de gran júbilo y el pueblo tenía muchas expectativas. Estrada Palma, un hombre sencillo, humilde y conservador, desde el principio le dio esas mismas características a su gobierno. La austeridad y el manejo pulcro y honesto de los recursos del estado fue una de sus virtudes sobresalientes.

Maldita Hemeroteca

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