La suerte que tuvo Nina

Marie Louise Hartman, también conocida como Nina Hartley, actriz porno, comunista y luchadora feminista.

Resulta muy fácil defender las ideas comunistas viviendo en democracia, y sobre todo si se trata del país más capitalista y rico de este planeta, los Estados Unidos. Y esa opción política es la que defiende la señora Marie Louise Hartman, más conocida en el mundo del porno como "Nina Hartley". Hablamos de una afanada actriz de cine X, que le sorprenderá saber que es además educadora sexual, feminista con ideas de izquierda. 

Nina nació el 11 de marzo de 1959 en Berkeley, una localidad del área de San Francisco conocida por haber sido campo de protestas estudiantiles, y un paraíso del amor libre en los sesenta. De padres comunistas, un padre luterano y madre judía, que en el caso del primero llegó a ser expuesto en las  listas negras del senador Joseph McCarthy y su famosa "cacería de brujas" de 1957, que acabó con la carrera de cientos de intelectuales y ciudadanos sospechosos de ser comunistas.

En 1984 Nina se graduó en enfermería recibiendo la distinción magna cum laude, una especie de reconocimiento académico a su título, aunque nunca ejerció su profesión. Dijo que fue por culpa de la novela erótica inglesa, "Autobiography of a Flea", que se vio atrapada por el mundo de la pornografía. Desde entonces, ha protagonizado más de mil escenas en ciento de películas del cine X, mientras ha sido directora en 18.

Las estadísticas la sitúan con 650 películas y 1200 escenas de sexo acreditadas, así que vaya sacando cuenta. Su debut en el mundo del porno fue durante el ultimo año de la universidad en 1984, con la película "Educating Nina", convirtiéndose en la protegida de otro mito del cine porno, Juliet Anderson. En 1986 contrajo matrimonio con un tal Dave, a quien había conocido con 19 años, pero a su misma vez mantenía otra relación bi sexual con otra mujer de nombre Bobby Lilly, hasta que en el 2003 finalmente "se divorciaron".

Nina la Maoísta.

Nina, que está considerada como precursora de ese fenómeno conocido ahora como “poliamor” y es además su predicadora, también hizo lo suyo en la política a favor de los demócratas, por supuesto. En 2008, durante las elecciones presidenciales que enfrentaron a Barack Obama y el republicano y ex militar John McCain, Hartley apareció en Who's Nailin' Paylin? una parodia en contra de la republicana Sarah Palin, la ex gobernadora republicana de Alaska.

Nina fue pionera en la reivindicación de los controles sanitarios obligatorios y del uso de preservativo en su oficio, pero también ha sido una de las más firmes defensoras del derecho a existir de la industria X en Estados Unidos, ya que considera al porno como una manera más de ejercer la libertad de expresión contemplada en la constitución americana.

Aseguró además, que leyendo textos comunistas del filósofo judío Ebert Marcuse, se percató de que el sistema y el porno "iban de la mano". Se convenció, -dijo-, que el socialismo era la única vía política para conseguir la "plena satisfacción sexual". De hecho, ha mantenido una incesante lucha contra la doble moral norteamericana, que le ha llevado a manifestarse públicamente en multitud de ocasiones; e incluso a tener enfrentamientos con la ley.
“Estoy orgullosa de mis raíces, de su historia intelectual y de su empatía con los perseguidos. Pero no soy sionista; políticamente soy izquierdista. Quiero que todo mundo tenga un trabajo, comida, ropa, casa, educación y cuidado médico. La utopía podrá ser comunista pero mientras tanto debemos tener alguna forma de socialismo”.
En 2003, tras separarse del peculiar trío amoroso que mantuvo durante 16 años, se casó con el productor y director porno Ira Liveine, más conocido en ese mundo como Erns Green, con el que vive actualmente en Los Ángeles. En el 2018, la universidad de Wisconsin-LaCrosse la invitó, por el módico precio de 5000 dólares, para que diera una charla al estudiantado sobre el disfrute de la pornografía.

A sus 63 años no solo es la actriz más longeva del porno americano, más de 36 años en el oficio, sino una firme defensora de este cine y una activa militante por las libertades de la mujer. Y es curioso que sea ella la defensora, cuando la pornografía está perseguida y sancionada por los regímenes comunistas precisamente. En Cuba, por la parte que nos toca, está prohibida hasta su literatura, e incluso unas simples revistas, por muy light que sean su contenido, pueden buscarte un serio problema.

Batida policial a la supuesta prostitución masculina

Es cierto que en los primeros años de la revolución la distribución de filmes pornográficos en Cuba era lenta y precaria por las propias dinámicas tecnológicas que existían, pero ya no es así, evidentemente. Pese a todo, "la moral del hombre nuevo" no contempla ningún tipo de "relajo sexual" en sus códigos morales ni penales.

Vayamos al texto:

Ley No 62, artículo 303, inciso C, "se penaliza con sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o multa de cien a 300 cuotas al que produzca o ponga en circulación publicaciones, grabados, cintas cinematográficas o magnetofónicas, grabaciones, fotografías u otros objetos que resulten obscenos, tendentes a pervertir y degradar las costumbres”.

Sin embargo, y esto probablemente lo sepa Nina, en Cuba hasta 1959 la maléfica dictadura de Fulgencio Batista no tomaba parte en estos asuntos. En la Habana existían varios establecimientos dedicados a este giro especialmente, siendo la capital un destino preferido para el turismo norteamericano, entre otras cosas porque no constituía delito alguno.

Y a propósito de judías, la escritora, ensayista y filósofa norteamericana Susan Sontag, escribió un artículo en la revista "Rampart" donde afirmaba esto: "Cuba es un país conocido principalmente por el baile, la música, las prostitutas, los tabacos, los abortos, los centros turísticos y las películas pornográficas".

Con la llegada de la revolución castrista en 1959, todo aquel sub mundo mundo se acabó de cuajo. Al menos institucionalmente. Castro les prometió justicia social, basado en la democracia popular y en la soberanía política y económica de la mujer. Es cierto que aún sin gozar de libertad, la mujer avanzó muchísimo socialmente, pero jamás pudo erradicar la prostitución y el vicio de la mente del cubano.

Tanto fue así, que con los años la prostitución se convirtió en una de las más importantes fuentes de divisa en miles de los hogares cubanos. Tanto, que la dictadura "comenzó a mirar para otro lado". En fin, mucha suerte tuvo la señora Nina que nació en EEUU, porque si llega a ser en un régimen como el que tanto ama y defiende, hoy estuviera presa, sería una jinetera o como hacen miles de cubanas, "haciendo un tour por los volcanes". Y eso en el mejor de los casos, ya ni te cuento en Corea del Norte, Arabia Saudí, Irán o en China, por citar solo algunos. 

Maldita Hemeroteca 
Articulo Anterior Articulo Siguiente