DOS GENERALES: Y un ultimo enfrentamiento.

Fuerte español en Gibara, Holguín.

Los últimos tiros entre Españoles y Cubanos durante la guerra de 1895, se dispararon un día como hoy 15 de agosto de 1898. Una nutrida columna española, salida de Aguas Claras con destino a la villa de Gibara, que en esos momentos se encontraba ocupada por efectivos del ejército libertador, fue interceptada por las tropas del lugar teniente general Calixto García Íñiguez. 

Esta acción militar está considerada como la última entre Cubanos y Españoles. Los hechos se precipitaron cuando unas desesperadas tropas hispanas decidieron salir en busca de provisiones. Asediada por los insurrectos, sin suministros y encima pasando un hambre atroz, el general de división malagueño, Agustín Luque Coca, decidió avanzar hacia Gibara en busca de esos vitales suministros.

Calixto les había dado órdenes a los generales José Manuel Capote Sosa y Luis de Feria Garayalde que ocuparan posiciones entre Holguín y Gibara. Los regimientos Oriente y Holguín fueron situados en la localidad de Aguas Claras, cubriendo el flanco izquierdo bajo las órdenes del general Luis de Feria, en tanto que los regimientos Martí y Ocujal, al mando del general Capote, cubrieron el centro y el flanco derecho. 

Alrededor de las 10 de la mañana las tropas de Feria tuvieron el primer contacto con el enemigo, siendo apoyado por las del general Capote. No obstante las tropas hispanas - al mando de Luque - consiguieron hacerse con el poblado de Auras, por lo que Calixto situó sus fuerzas en el camino que unía este pueblo con Gibara, colocando incluso sus piezas de artillería en las elevaciones para bombardear al pueblo. Por suerte para todos, desde el puerto de Gibara llegó una comunicación del capitán del buque estadounidense Nashville, que le informó a Calixto que los Españoles se habían rendido en Santiago de Cuba y que por tanto, la guerra había había finalizado al fin.

General Luque
LOS GENERALES

El general Agustín Luque, quien había sido gobernador de Santa Clara, fue quien derrotó al general Antonio Maceo en el combate de "Paso real de San Diego", en la provincia de Pinar del Río en uno de febrero de 1896, acción esta donde fue ascendido a general de división.

De regreso a España tras la derrota, ocupó la capitanía general de Andalucía con el grado de Teniente General, llegando a senador en la política española y ministro de la guerra en dos ocasiones.

En tanto que el general García Íñiguez, jefe del ejercito de oriente y segundo al mando de todo el ejercito libertador, fue depuesto de ese cargo por sus enemigos cubanos en el mismo mes de agosto de 1898, pues decían que sus acciones de apoyo al ejercito americano las acometía al margen del ejercito. De hecho Calixto se retiró en Jiguaní y estando allí, ya sabe como somos los cubanos, se acordaron de él nuevamente para que tramitara la plata del ejercito con los Americanos.

Hacia esa misión fue designado por la Asamblea de Representantes en Santa Cruz del Sur, en unión del general José Miguel Gómez, el doctor Antonio González Lanuza, los coroneles Manuel Sanguily y José Villalón y como secretario el doctor y también coronel Cosme de la Torriente y Peraza. El n noviembre de 1898 partió para Washington para nunca más volver. Al menos con vida. Murió de neumonía el 11 de diciembre de 1898 en el hotel Raleigh, debido al tremendo frío que había entonces en el distrito de Columbia, en Washington.

Hoy, en cambio, los flipados del patrioterismo castrista le sitúan como un anti americano o peor aun, como un anti imperialista, cuando en todo momento Calixto estuvo a disposición de las ordenes del general norteamericano William Shafter, lo mismo en el Caney, que en la loma de San Juan o el asedio a Santiago. Es increíble como manipulan la historia.

Y ante su normal protesta por no permitírsele la entrada a Santiago de Cuba durante la rendición, es Shafter, precisamente, quien le escribe una amable carta donde, además de explicarle que eran ordenes de Washington y no suyas, se temía que debido a tantos años de enfrentamientos entre Cubanos y Españoles, los primeros pudieran protagonizar actor de venganza que pusieran en riego el traspaso de los poderes. 

Una vez completado los procedimientos de firma de paz y entrega de poderes, el general Leonard Wood organizó un magno recibimiento al general Calixto García y a su Estado Mayor. El general Wood esperó al prócer cubano en las afueras de Santiago de Cuba junto al Estado Mayor del general Lawton, un grupo de oficiales cubanos y 200 soldados de caballería. ¿Es tan difícil de entender esto?. No para los cubanos que nos conocemos muy bien. 

Es que le digo más. 

Su cadáver regresó a la Habana en el mismo acorazado USS Nashville el once de Noviembre de 1899; y luego de sido velado en el salón de sesiones del Ayuntamiento, durante la marcha fúnebre al cementerio de Colón presidida por el gobernador norteamericano John R. Brooke, - que debió ser conjunta - ocurrieron varios altercados violentos a la altura de las calles Obispo y Monserrate, a cargo del general Fernando Freire de Andrade. Incluso los asambleístas cubanos se retiraron en pleno de la procesión.

Imagen de Calixto y Shafter
Aquella carta del general Shafter al general Calixto García decía así: 

Mayor General William R. Shafter, jefe del V Cuerpo de Voluntarios del Ejército norteamericano al Lugarteniente General Calixto García Íñiguez: 

Mayor General Calixto García Íñiguez: 
Mi querido Gral. García.

No puedo menos que expresar a Ud. la gran sorpresa que me ha causado su carta, recibida esta mañana, sintiendo en extremo que Ud. se haya considerado agraviado en lo más mínimo. Recordará Ud. el hecho de haber sido invitado por mí para ir a la ciudad de Santiago de Cuba a presenciar la rendición, invitación que Ud. no aceptó.

Esta guerra, como lo sabe Ud., tiene lugar entre los Estados Unidos y España y está fuera de toda duda que la rendición de Santiago de Cuba fue hecha al Ejército Americano. Yo no puedo discutir la política del gobierno de los Estados Unidos, al querer que continúen en sus puestos, temporalmente, las personas que lo ocupaban. Para que Ud. se entere bien, le remito copia de las instrucciones del Presidente que recibí ayer, las cuales resuelven cualquier dificultad que pueda suscitarse en el gobierno de este territorio, mientras esté ocupado por los Estados Unidos.

En mi informe oficial al gobierno he hecho completa justicia a Ud. y a su valiente ejército, y quiero expresarle el reconocimiento que hago de la gran ayuda y valiosa cooperación que Ud. me ha prestado en la actual campaña. Siento profundamente el saber su determinación de retirarse de estos alrededores.

Queda siempre de Ud. muy sinceramente, William Rufus Shafter, Mayor General Jefe. 


Por Jorge García
Maldita Hemeroteca.

Fuente: Esta carta la dio a conocer el doctor y coronel Cosme de la Torriente y Peraza, el 11 de diciembre de 1952 ante la Academia de la Historia de Cuba, donde ofreció una conferencia titulada: "Calixto García: Cooperó con las fuerzas armadas de los EE. UU en 1898, cumpliendo órdenes del gobierno cubano".
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