Otra historia de vascos en Cuba

Lehendakari José Antonio Agirre Lekube

En julio del 2018 el ayuntamiento de Ribera Alta, ubicado en la provincia de Álava, organizó un evento llamado "De Anúcita a Cuba", en donde homenajeaban al peor negrero que ha tenido la historia esclavista de nuestro país, el rico hacendado Julián de Zulueta y Amondo (1814-1878), marqués de Álava y vizconde de Casablanca, que además fue un importante político durante la etapa colonial en la isla. 

En ese evento se ponderaba la fama que alcanzaron los Zuluetas en Cuba como grandes y ricos comerciantes. Y sí efectivamente, el miserable tráfico de esclavos dejaba a los que lo practicaban muchísimo dinero. Esa es la verdad. Pero esta vez no hablaremos de este soberano hijo de la gran puta, si no de uno que fue muy distinto, a pesar de tener ideas republicanas. 

El Lehendakari José Antonio Agirre Lekube estuvo de visita en Cuba en dos ocasiones, una en 1942 y la otra en 1954, no eran viajes turísticos si no políticos. Sin embargo, el dirigente se encontró en la Habana a unos coterráneos que ya no se parecían casi nada a él, de hecho los pocos vascos que llegaban a Cuba en esa época, no eran muy bien recibidos que digamos.

Luego, en febrero de 1959, escasamente un mes de haber triunfado la revolución castrista, pasó brevemente por la Habana en otra de sus giras latinoamericanas, y entonces declinó reunirse con Fidel Castro. Quizás había comprendido que con la llegada de este aprendiz de dictador al poder, la historia de los vascos en Cuba había llegado a su fin. No solo para los pocos que entraban, si no para los que ya abandonaban la isla en masa.

Pasaron los años y en la década de los 80 los vascos retomaron los contactos con la dictadura castrista, no sé si por amistad o conveniencia, y esto ultimo lo digo porque a partir de esos años, sobre todo en los 80, el terrorismo en España estuvo bastante activo. Solo hay que ver que ya para el 1983, Castro le propuso al entonces presidente Felipe González que se encargaría de controlar una colonia ETARRA en Cuba, si el gobierno de España renunciaba a la extradición. 

En el año 2015 Cuba fue readmitida en la lista de países patrocinadores del terrorismo, entre otras cosas por por proporcionar atención médica y asistencia política a miembros de las FARC y de ETA, (Euskadi Ta Askatasuna) tanto así, que segun afirmó un ex agente castrista asilado en España, algunas de las técnicas de sabotaje empleada por el movimiento rebelde colombiano, eran idénticas a las usadas en España por los Etarras.

La verdadera intención de Castro era que los ETARRAS o sus simpatizantes que quedaban en Europa, espiaran a la Unión Europea entre "otros trabajitos en el área". De hecho ya para 1992 el dictador autorizó la primera sucursal de ETA en la Habana, dirigida entonces por el miembro de Herri Batasuna, Jokin Gorostidi, según lo afirmó Carlos Woztkov en un artículo fechado en 1999 en la web CubaNet.

Por otro lado, la jueza anti terrorista francesa Laurence Le Vert, fue de las primeras que denunció que el gobierno castrista estaba recibiendo en la Habana a todos los integrantes de la banda que en ese momento se encontraban escondidos en la República Dominicana, en Venezuela, en Nicaragua y en México. Incluso aseguró que estaban siendo entrenados por un oficial de la contra inteligencia castrista, el general Renán Montero, alias Buruzuri (Canoso en vasco)

Hace unos años se asiló en España el ex agente cubano Julio Antonio Alfonso Fonseca, que decía ser el encargado de los ETARRAS en la Habana, y en una entrevista dijo que en ese momento habían 15 refugiados llegados desde Nicaragua, como el caso de Miguel Ángel Apalategui, desde Panamá y de Cabo Verde.  Esta entrevista la publicó el diario El País.

Coincidentemente el historiador Raúl López Romo afirmó en el Informe Foronda, que trata el efecto que causó el terrorismo en la sociedad vasca, lo violenta que fue esta etapa de finales de los 70 y principio de los 80. Según afirma, tanto la ETA como los comandos autónomos anticapitalistas de corte marxista que operaban tambien en el país vasco y navarra, asesinaron a 11 personas en 1977, a 66 en 1978, la cifra subió a 80 en 1979 y a 96 en 1980, año en el que más se asesinó en España durante la transición.

Beloki - de gafas - en la Habana 

Dicho esto, no deja de llamar la atención que Agirre haya declinado esas reuniones con Fidel Castro e incluso, nos hubiera gustado saber su opinión acerca de un terrorismo que por suerte - dicho de alguna manera - no le tocó vivir. Aunque para para el 1968 la ETA ya comenzaba a matar policías, como el guardia civil José Pardines Arcay, que fue tiroteado en un control de carreteras.
 
Por lo pronto, en su favor hay que decir que fue un hombre que respetó los derechos humanos, y que no fue igual de cruel como fueron los republicanos en otras regiones de España. Es más, fue de los que protestó por los asesinatos de comunistas contra curas, monjas y toda aquella histérica barbarie anti clerical roja. No solo eso, decretó pena de muerte para todo aquel que cometiera el mismo delito en sus dominios.

Además, y esto le honra todavía más, liberó a las 112 mujeres que había en las cárceles vascas, y como si fuera poco cuestionó "la dirección democrática" de la entonces Unión Soviética. Recordemos que a los pocos meses de esas visitas, Fidel Castro expulsó de Cuba a 136 clérigos católicos, sesenta de ellos españoles y 45 cubanos, entre ellos el obispo camagüeyano Eduardo Boza Masvidal, y el resto de otras nacionalidades.

Quizás eso explique algo.


Por Jorge García
Maldita Hemeroteca
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