OBELISCOS: Españoles caídos en la ciudad de Cárdenas


El 13 de mayo de 1850, una expedición de 650 hombres al mando del general venezolano Narciso López zarpó desde el muelle Leveé, en New Orleans, Estados Unidos, con destino a las costas de Matanzas, en Cuba. La embarcación "Creole" tocó tierra por el muelle de Lucas Muro.

En esta expedición solo venían 49 cubanos, el resto eran norteamericanos y de otras nacionalidades. Una vez formados en dicho atracadero, bordearon la poceta de Muro hasta alcanzar la intersección de las calles Ruiz y Héctor. Aquí el coronel Pickett, uno de los jefes de la expedición, con unos cuantos soldados del regimiento de Kentucky, se separó y se dirigió a la estación de trenes para tomarla, lo que pudo lograr con pocos esfuerzos.

El coronel Florencio Cerutti, el entonces gobernador militar de Cárdenas, tratando de hacer frente a la ofensiva de López y en contra de la opinión de uno de sus subordinados, decidió responder con las pocas fuerzas con que contaba, contraatacando desde los balcones y la azotea de la casa de gobierno. Sin embargo, siendo hostigado por casi todos los flancos, Cerutti decidió rendirse y con una saya de una de las hijas del propietario del edificio, el Canario, Alejandro Rodríguez-Capote, la enarboló por un balcón en la punta de una bayoneta. 

Una vez cesó el tiroteo, Cerutti depuso sus armas en la plaza y tanto el capitán Crespo como el propio Rodríguez-Capote, le suplicaron a Narciso López que sofocara el fuego la casa la cual había mandado a incendiar. Serían entre las siete y ocho y media de la mañana del domingo 19 de mayo de 1850. Horas más tarde de la rendición, López volvió a la casa de gobierno para tomar el dinero que allí había. Hizo lo mismo con lo situado en la Administración de Rentas Reales, sumando todo $6,624.75. 

En ambos lugares extendió un recibo a los funcionarios correspondientes para que no quedara en entredicho la honestidad de nadie. Al parecer el general López desembarcó allí con la idea de tomar Cárdenas, reaprovisionarse y partir hacia la ciudad de Matanzas, donde se suponía con un mayor número de partidarios. 

Allí intentaría cortar las comunicaciones entre La Habana y el resto centro oriental de la isla, la que sublevaría contra el Capitán General. Al final, Narciso López y sus hombres se hicieron a la mar en el "Creole", ante la inminente llegada de las tropas Españolas desde Matanzas. 

Como se conoce, Narciso fue traicionado por su amigo José Antonio Castañeda, siendo capturado por Pinos de Rangel. Es trasladado a La Habana en el vapor Pizarro, llegando a la capital a las 8 de la noche. A las 11 entra en capilla, escribe el testamento a las 4 de la mañana y, tres horas después sube al patíbulo donde fue agarrotado (garrote vil) por el delito de traición.

Antes...

Nuestra bandera fue desplegada primero en el muelle en la bahía cardenense, y luego fue paseada por las calles de la población, por donde avanzaron las tropas, hasta que fue clavada en el centro de la plaza, justo frente a la puerta principal del templo parroquial que hacía apenas cuatro años se había inaugurado.

Con los años, aquel edificio gubernamental se convirtió en el hotel y restaurante "La Dominica", un edificio que a pesar del altísimo valor histórico que tenía, el régimen castrista ni siquiera mantenía hasta hace apenas unos años. De hecho en el 2018 anunciaron una reparación capital por miedo a un desplome. Es que no lo arreglaban ni siquiera siendo un bien decretado patrimonio nacional desde el 2000. 

Sepa además, que en ese hotel se hospedó el general Antonio Maceo durante su visita a Cárdenas. Esta construido en un terreno que fue propiedad del citado emigrante y rico hacendado canario Alejandro Rodríguez Capote, quien construyó además la calle de Princesa muy cerca de la Plaza de Fernando VII y que fuera rebautizada más tarde como Plaza Cristóbal Colón por el Alcalde José Zabala en 1858, y dos años después de develó su estatua. 

Un dato de importancia, es que en esos momentos el Teniente Gobernador de la Villa de Cárdenas, el Brigadier Don Domingo Verdugo y Massieu, estaba casado con la destacada poetiza camagüeyana Gertrudis Gómez de Avellaneda, fallecida en Madrid y considerada una de las figuras más destacadas del romanticismo Español. 

De hecho, una de las mejores obras dramáticas de la autora, la novela en prosa de tres actos "Tres Amores", nació en 1858 a raíz de que Verdugo resultara gravemente herido en una disputa. Solo agregar que en el año 1859 el matrimonio se traslada a Cuba, donde el coronel Verdugo morirá en 1863 a consecuencia de esa herida recibida en Madrid. Diez años después moría ella en la capital Española. 

Regresando al edificio...

Para finales del siglo XIX estuvo radicado allí la primera estación del telégrafo que tuvo Cárdenas, para entonces era propiedad del tambien emigrante catalán, Jobita de Arnaud, en los momentos en que Maceo se hospedó. Por suerte, tenemos entendido que la citada reparación se hizo por fin, y el lugar histórico recuperó su segunda vida. Aún así, tuvieron que demoler una parte que ya se encontraba muy deteriorada. 

¿Qué fue de la bandera?

Juan Manuel Macías, abanderado de la expedición, fue quien recogió la bandera en el momento de la retirada. Con ella se cubrió el féretro de Francisco Vicente Aguilera cuando su cadáver fue expuesto en la Casa Consistorial de Nueva York. Alicia Macías Brown, hija del abanderado, donó en 1918 la enseña al general Mario García Menocal Deop, presidente de la República.

A su vez, Menocal la obsequió Manuel Sanguily y, en 1954, su hijo el doctor Manuel Sanguily Aristi, donó la reliquia al Senado de la República de Cuba. Hoy se atesora, se exhibe y se venera en la sala de las banderas del museo de la ciudad de La Habana, en el antiguo palacio de los Capitanes Generales.

Finalizar diciendo que con motivo del asalto y toma de la ciudad de Cárdenas por el general López el 10 de mayo de 1850, el gobierno y personalidades españolas de la isla acordaron erigir un obelisco en memoria de los soldados que perecieron en aquella acción bélica, y cuyas cenizas se depositaron al pie del mismo monumento. Fue una obra del ingeniero, y mariscal de campo, don Mariano Carrillo de Albornoz; y se inauguró ese año del 1858.

Entre 1840 y 1845 el ingeniero Carrillo trazó un plan de paseos y calzadas vertebrado por el Prado y la línea de terrenos libres de las murallas: el paseo de Carlos III, conjunto que comprendía, la Alameda de Isabel II, las calzadas de la infanta Luisa Fernanda y de la Reina, la de Belascoain y el paseo Militar o del Príncipe, obras terminadas hacia 1850. Además, realizaba obras de saneamiento de la capital (alcantarillado), alumbrado de las calles por medio del gas y su pavimentación, 

También fueron proyectos suyos el Hospital Militar de la Factoría, el cuartel San Ambrosio y un proyecto del edificio de la Subinspección de Ingenieros. También hizo planos para la ciudad de Matanzas y del Puerto de Santiago de Cuba y, finalmente, los faros de Matanzas, San Antonio y Manzanillo, remodeló el Teatro Principal y el Coliseo en la Alameda de Paula, así como los proyectos del Colegio General de la ciudad, o la ermita de San Nicolás.

Además, entre 1847 y 1851, edificó las calles prolongación de la Calzada entre S. Francisco de Paula y Guines, la Calzada de San Lázaro, desde Beneficencia hasta el Torreón, un repaso de la Calzada de Vives, desde el Arsenal al Puente de Cristina, el camino de Luyanó a Guanabacoa, el camino de Luyanó a Bucaranao, la carretera a Santiago de Cuba y, finalmente, el camino a la farola de Batabanó. Además, llevó a cabo la reparación de los puentes de Calabazar, Arroyo Jibaro, Maboa Agua Dulce, Juan de Toro, Alambique, Sarama, Guacán, el de Yumuri y el de Marianao.


Maldita Hemeroteca 

Fuente: 
Real Academia de historia
Convivencia
Diario de la Marina
Internet
Articulo Anterior Articulo Siguiente