SUICIDIO DE EDUARDO CHIBAS: El golpe a la democracia

El senador Eduardo Chibas entrevistado por German Pinelli

Eduardo René Chibás y Ribas Agramonte era hijo de una de las familias más acomodadas de Guantánamo, los Agramonte, que con los años se convirtió en un destacado líder estudiantil y uno de los creadores del Directorio Estudiantil Universitario en los años treinta.

Para el 1946, ya siendo entonces senador y quizás desilusionado de la corrupción gubernamental y el gansterismo del presidente Ramón Grau San Martín, decide fundar el partido Ortodoxo y postularse como candidato a la presidencia, quedando tercero en los comicios de 1948 que resultó electo el doctor Carlos Prío Socarrás.

Fue a partir de aquí entonces que comenzó a utilizar los programas de radio para atacar a personalidades y denunciar lo que él entendía era sus corrupciones y chanchullos. Y un 5 de agosto de 1951, en el momento de una emotiva transmisión de radio, se disparó en el estómago luego de haber faltado a su palabra a la hora de demostrar unas supuestas acusaciones de corrupción contra el ministro de educación Aureliano Sánchez Arango que no pudo probar. Le acusaba de haberse robado 800 mil pesos, y de tener en secreto una empresa maderera.

Y fíjese que siempre me ha quedado la duda del porque no se dio el disparo en la cabeza o en el corazón, como la mayoría de los suicidas, e imaginé que a lo mejor fue un acto de vergüenza pensando quizás en que no iba a morir, vamos que decidió salir de aquel atolladero lo más digno que pudo dentro de su personal concepto del honor. No lo sé, es solo una opinión personal, e incluso voy más allá, siempre he pensando que a lo mejor convendría más muerto.


No han sido poco los que afirman, que en el tiempo que estuvo hospitalizado su estado de salud mejoró, ya comía y había comenzado a conversar con los visitantes, sin embargo la noche del día quince empeoró sorpresivamente. Una vez leí, que se había propinado el disparo de esa manera, para evitar que los que estaban a su lado intentaran evitarlo e incluso, que el culpable de su muerte había sido el doctor Iglesias Betancourt, que aún estando ya fuera de peligro decidió inyectarle Dicumarol, un anti coagulante que le provocó la fatal hemorragia.

Lo cierto es que su muerte, ocurrida diez días después en el hospital - querida, provocada o lo que haya sido - fue un drama político que dio al traste con la irremediable ruptura del partido ortodoxo, además enturbió la política cubana de mala manera que facilitó el golpe de estado de Fulgencio Batista en el mes de marzo de 1952 y peor aún, lo que vino después. No obstante hay que decir que Eduardo Chibás - por cierto anti comunista que quede claro - fue uno de los políticos más importantes de aquella republica que hoy, aun con todos sus defectos, seguimos añorando.

Sus ultimas palabras antes de apretar el gatillo fueron: "Compañeros de la Ortodoxia, adelante! ¡Por la independencia económica, la libertad política y la justicia social! ¡A barrer a los ladrones del Gobierno! ¡vergüenza contra dinero!". Pueblo de Cuba, levántate y anda, despierta!" 

Y pegando un golpe en la mesa termina: 

"-Este es el último aldabonazo, el más fuerte aldabonazo. Despierta, despierta ... " 

Palabras que vienen que ni pintadas para estos momentos.


Jorge García
Maldita Hemeroteca
Articulo Anterior Articulo Siguiente