De cómo Israel descabezó Hezbolláh en dos semanas

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sentado en una silla desde Nueva York, autorizaba vía telefónica el bombardeo en Dahye. Foto: EFE.

El anunció de la eliminación del líder de Hezbolláh, Hassan Nasrallah en Beirut, no solo resultó un duro golpe para esta organización terroristas, también para Irán que se vio privada de un aliado influyente en el mundo árabe y no solo eso, es que la estructura de mando fue decapitada con más de una decena de altos líderes "borrados de la foto".

Desde el día en que los israelíes encontraron la manera de sabotear un pedido beepers y walkie talkies de esos milicianos islamistas y detonarlos todos al mismo tiempo, después de once meses soportando sus lanzamientos de cohetes contra las poblaciones del norte del país, cambió la decoración del partido.

Los israelíes destruyeron de un plumazo la autoestima de Hezbolláh, los planes de Irán y las redes de comunicación que unen a estos dos países. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, describió el asesinato de Nasrallah como un paso necesario para “cambiar el equilibrio de poder en la región en los próximos años”. Y vaya si lo han cambiado.

La foto del primer ministro de Israel, sentado en una silla desde Nueva York autorizando por vía telefónica el bombardeo en Dahye, hoy recorre el mundo, en tanto que la política de negociación defendida por el secretario de estado estadounidense, Antony Blinken, suena cada vez más vacía, sobre todo cuando han sido ellos - precisamente - los que han clasificado a Hamas y a Hezbollah como organizaciones terroristas.

"La guerra de Gaza “puede terminar ahora: Todo lo que tiene que hacer Hamás es rendirse, entregar las armas y liberar a los rehenes”. dijo el ministro Israelí, Benjamín Netanyahu que, por otro lado, acusó a la ONU de ser antisemita. "Tengo un mensaje para ustedes: ESTAMOS GANANDO".

No obstante, se presume que cualquier expectativa de rendición de estas organizaciones, incluso que pidan la paz en los términos Israelitas, es muy remota, de hecho ya tienen a sus milicianos en Siria y hutíes de Yemen exigiendo venganza, y además mantienen un arsenal de armas en el que se incluyen misiles, muchos de ellos de largo alcance.

Y si los lanzan, la respuesta de Israel sea devastadora y causará estragos en la infraestructura de Líbano o incluso en la Irán, que ya por si acaso escondió a su líder el ayatolá Alí Jamenei. Y si no las tomó cuando Israel dio baja a Ismail Haniya en una casa de huéspedes del propio Teherán, es posible que esta vez se lo vuelva a pensar cuatro veces.
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