Fue Régis Debray el chivato o el mensajero del verdadero chivato

Régis Debray, en el momento en que era condenado a 30 años de prisión.

Gracias a su nacionalidad francesa y a las negociaciones del presidente galo Charles De Gaulle, así como el apoyo de muchos intelectuales franceses liderados por Jean Paul Sartre, el extremista de izquierdas Régis Debray salvó su vida.

En diciembre de 1970 el presidente boliviano Juan José Torres amnistió a este intelectual que había sido condenado a 30 años de prisión, así como a su compañero y ex guerrillero argentino Ciro Bustos, quienes por mucho tiempo fueron, y aun lo siguen siendo según quien sea, sospechosos de haber sido los traidores que delataron al guerrillero Ernesto Guevara en Bolivia hace ya 56 años.

No son pocas las fuentes que señalan al este "burguesón" y miembro del partido socialista francés, como el hombre que reveló a la CIA que el guerrillero argentino estaba oculto en la selva boliviana donde finalmente fue ejecutado. Entre esas fuentes está una investigación hecha por Erik Gadini y Traik Saleh, dos periodistas suecos. 

Debray, amigo de Fidel Castro, discípulo de Jean-Paul Sartre y uno de los más prestigiosos defensores intelectuales de la Revolución Castrista, alertó a las fuerzas especiales bolivianas y a la CIA sobre las huellas del Che, filmando su condena a muerte, aseguran estos suecos que son autores de una cuidadosa investigación sobre los últimos días del Guevara y de la sinuosa posición de Debray, al que siempre rondó haber sido el delator.

La investigación de estos suecos fecha la traición del ex niño prodigio de la izquierda francesa en abril de 1967, cuando Debray había sido arrestado en Bolivia luego de haber estado en la jungla con el guerrillero Argentino que, en teoría, intentaba exportar la revolución castrista o en su lugar, buscarse una en propiedad donde fuera él su único autoritario líder. 

Y aunque por otro lado las sospechas recaían en un compañero de Guevara, el pintor argentino Ciro Bustos, que había sido detenido junto a Debray, esta investigación fue reforzada con una entrevista que les concediera el general Gary Prado Salmón, autor de la captura del argentino, quien fue contundente en su declaración:

"Para nosotros -dijo- nunca fue importante quién habló primero. Entre los militares se sabe bien que fue Debray. Leí todos los interrogatorios. Desde el inicio, él confirmó que Guevara estaba en Bolivia". 

Según Bustos, la idea de Guevara era pasar de Bolivia a la Argentina

Poco tiempo después, en otras declaraciones suyas, estas desde Santa Cruz y a la agencia EFE, este general señaló - sin ninguna duda - a Fidel Castro como el causante intelectual de la captura. Al respecto dijo: «Después de tantos años, lo que se ha desentrañado es que finalmente al Che lo mandaron a morir aquí. Esa es la realidad. La cúpula del partido comunista cubano ya no toleraba su carácter y por eso lo enviaron a una pelea que estaba perdida de ante mano» 

En el 2001 se estrenó un documental de 60 minutos dirigido por estos dos suecos titulado "Sacrificio: Who betrayed Che Guevara", donde se tocan todos estos temas, en especial las declaraciones de Ciro Bustos quien hasta ese momento había guardado silencio. Bustos deja bien claro que en el momento de su detención, no hacía falta haber hecho ninguna confesión puesto que no se la pidieron. La CIA conocía perfectamente la ubicación de Guevara y su grupo, e incluso sabían que "Ramón" era su nombre secreto.

La hija de Guevara fue otra de las que continuó con el guion diseñado. En declaraciones hechas al periódico "El Clarín" de la Argentina, Aleida Guevara responsabilizó a Debray por la muerte de su padre, lo que motivó una rápida respuesta del intelectual francés: "Aleida Guevara dice eso porque cumple órdenes del Gobierno de La Habana", agregando además que su padre era hombre arbitrario, sectario y un sicópata autoritario". 

Lo cierto es que dos años antes de su muerte, en 1965, Guevara se puso el mismo la soga al cuello cuando cargó contra la URSS durante un discurso pronunciado en la Conferencia Afroasiática celebrada en la capital de Argelia. Allí, el argentino se vino arriba y acusó a los soviéticos de ser cómplices de la explotación imperial mediante prácticas «inmorales». Se había sentenciado a muerte él mismo sin saberlo. 

Esta versión fue corroborada por uno de sus mas fieles guerrilleros en el exilio europeo, el manzanillero Dariel Alarcón Ramírez, alias Benigno, fallecido en 2016, un tipo que, a pesar de encontrarse exiliado en Francia, seguía "sangrando por la herida". 

Fue uno de los cinco hombres que consiguió "echar un pie" y escapar de los rangers Bolivianos en aquellos durísimos días en que estuvieron abandonados en aquella intrincada selva. Hay un libro titulado "Vida y Muerte de la Revolución", donde este humilde campesino y ex agente de la seguridad del estado, narra sus peripecias al lado de Guevara desde la Sierra Maestra en Cuba, África en 1966 y finalmente Bolivia. 

Ex guerrillero cubano Dariel Alarcón Ramírez

Este Alarcón, que se desempeñaba como profesor de guerrilleros internacionalistas, para que después nieguen los castristas el papel desestabilizador que ha jugado ese régimen en todos estos años, responsabiliza igualmente a Fidel Castro en una entrevista concedida al diario italiano «Corriere della Sera». 

Entonces "el ex agente Benigno" dijo: «La muerte se debió a una maquinación de la que son responsables Fidel Castro y la Unión Soviética, que consideraba al Che un peligro para sus intereses. Fue la URSS la que le lanzó a Fidel un ultimátum y este no lo dudó ni un segundo". 

Solo agregar que este Debray había sido expulsado de España en 1975, por encontrarse "en una reunión" clandestina en la planta No 15 de la Torre Madrid, según lo reseñó la agencia cifra, firmante de un articulo publicado por el periódico "La Vanguardia".

Entre los asistentes se encontraba el afamado actor galo Ives Montand, que en el momento de la redada se encontraba haciendo uso de la palabra y cargando contra la pena de muerte. Al parecer buscaban denunciar, mediante un manifiesto, el uso de la pena de muerte de aquellos años, aun bajo la dictadura de Francisco Franco. El director de cine franco - griego Costa Gravas, fue otro de los 25 expulsados.

Quien haya sido, las ordenes o los motivos que tuviera, para el caso dio igual. Para las familias que vistió de luto mientras fue un insaciable verdugo les valió igual, porque con la captura y posterior ejecución aquel 8 de octubre de 1967 consumada por el sargento Mario Terán, este asesino pagaba al fin todo el daño que su conciencia cargaba, aunque no de la forma que nos hubiera gustado.
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