La Habana mafiosa, pero cual.


En 1928, el gánster de Chicago, Mr Al Capone, visitó la ciudad la Habana por asuntos de negocios. Se hospedó en el lujoso Hotel Biltmore Sevilla, el más caro de la época, donde reservó toda la sexta planta para él y su gente. Se sintió tan a gusto allí, que ese primer día mandó a buscar a todos los empleados que le sirvieron y les dejó una "propinilla" de 100 dólares para cada uno. 

Cuatro años después, la capital Cubana y la Mafia italo norteamericana tuvieron su primera cita "formal", cuando el entonces presidente Fulgencio Batista recibió al célebre Meyer Lansky, el genio financiero de la Cosa Nostra, cuyo poder económico en esos momentos era superior al del presidente de la General Motors. 

Por entonces Las Vegas no existía, y mientras la ley seca regía en Estados Unidos, en la Habana corría el alcohol y el juego era un nicho virgen. Aquella mafia no tardó en percatarse del potencial de la isla, y en 1946 celebró en el "Hotel Nacional" una histórica convención encabezada por Charles "Lucky" Luciano y el mítico cantante Frank Sinatra, organizada por Meyer Lansky en su condición de judío residente en Cuba.

Eran años en que Luciano se había catapultado directamente desde italia, donde había sido deportado por los EEUU, a la habitación 211 del lujoso "Hotel Nacional" habanero. Luciano había sido detenido en 1936 y condenado a 30 años de cárcel, pero gracias a sus servicios de inteligencia que evitaron sabotajes enemigos en los muelles de Nueva York y facilitó además el desembarco aliado en Sicilia, le había sido conmutada la pena por una deportación.

A la Reunión no pudo asistir Al Capone, pues para ese tiempo había salido recién de la cárcel y además ya se encontraba bastante enfermo. Tras aquel encuentro, Batista le concedió al mafioso el control del Hotel Nacional y su casino, gracias al cual Lansky creó las estructuras idóneas para convertir  a la Habana en una gigantesca empresa al servicio de la Mafia. 

Procedentes de New York y New Jersey asistieron Joe Adonis, Albert Anastasia, Joe Bananas, Frank Costello, Tommy Lucchese, Joe Profaci y Willie Moretti, entre otros. De Buffalo, Steve Magaddino, y de Chicago su principal consejero, Tony Accardo y los hermanos Fischetti, Charlie y Rocco, herederos en representación de su primo Al Capone. También estuvo Vito Genovese mientras que por New Orleans el peligroso y temido Santos Trafficante.

Poco después, ese mismo modelo financiero sería aplicado en Las Vegas con los mismos exitosos resultados. En los años siguientes la llamada 'París del Caribe', se convirtió en lo que algunos llamaron un 'burdel, mas que nada por un turismo masivo protagonizado por miles de norteamericanos que aterrizaban en la isla para emborracharse de vicios que, en su país, no podían. Lo mismo que vemos hoy en islas como las Canarias o Baleares, sin ir más lejos 

No solo gente mundana, seamos justos, que por aquella Habana pasaron gente tan importante y encopetada como Winston Churchill, Walt Disney, Cantinflas, María Félix, Rita Hayworth, César Romero, Francis Ford Coppola, Spencer Tracy, John Wayne, Josephine Baker, Jean Paul Sartre, Marlon Brando e incluso, españoles como Sara Montiel o Lola Flores, también integraron la interminable lista de celebridades.

Baste un ejemplo: catorce años después de la legalización del juego en Nevada, en 1945, Las Vegas seguía siendo un mero poblado con apenas 9.000 habitantes. La Habana, mientras tanto, rozaba el millón de habitantes. En 1946, casi una treintena de líderes llegados de diferentes partes de Estados Unidos, entre los que se encontraban Joseph y Rocco, primos de Al Capone, se reunieron en la capital cubana. 

Capone en el Sloppy Bar de la Habana

Lansky fue el encargado de que la cumbre mafiosa fuera lo más parecido a unas vacaciones: reclutó un ejército de 150 prostitutas para satisfacer a los capos y solicitó los servicios de Frank Sinatra para que amenizara las veladas y, de paso, sirviera de tapadera a todo el evento. 

El encuentro fue un éxito: todos los grandes capos lograron fotografiarse junto a un sorprendido Sinatra y las jornadas laborales mafiosas marcharon viento en popa. Cuando Lucky Luciano murió en 1962, la policía italiana que registró su mansión napolitana halló una pitillera de oro en la que podía leerse el siguiente grabado: «A mi amigo Lucky, de Frank Sinatra».

En la conferencia del Nacional se trataron varios temas relevantes. Uno era si entrar de lleno en el negocio de las drogas, como quería Genovese y a lo que Luciano se oponía, y también el asunto de la expansión en Cuba y el problema con Benjamin "Bugsy" Siegel, el capo de la Camorra, y la estafa de su hotel Flamingo a punto de inaugurarse en Las Vegas, donde la organización había gastado millones y se pronosticaban grandes pérdidas. 

La mayor parte de los delegados eran partidarios de liquidar a Bugsy por haberles estafado, pero se decidió dar un margen para ver qué pasaba con la apertura. Finalmente, Siegel fue acribillado a tiros seis meses después en Beverly Hills, en California. Sin embargo, lo que en realidad se estaba dirimiendo en el cónclave de La Habana era algo mucho más importante: el liderazgo de la organización. En sus memorias Luciano escribió lo siguiente: 

---“Abrí la reunión expresando mi agradecimiento de que todos hubieran aceptado mi invitación. Y también les agradecí los sobres. Entonces expliqué que ahora estaba de vuelta de este lado del Atlántico y que dirigiría las cosas con mi nombre verdadero de Salvatore Lucania. Les recordé que me llamaran de ese modo y que no usaran el nombre de Luciano ni Charlie Lucky, porque era importante hacer el menor ruido posible”. ---

Agregó además que durante aquel encuentro miró a los ojos a Genovese al comentar que él no quería el título de Jefe de Jefes, pues para algo había creado la Comisión.... 

---“Anastasia se puso de pie y me dijo: ‘Charlie, perdona si interrumpo. Quiero decir esto delante de todos. Para mi eres el Jefe de Jefes, te guste o no, y me gustaría que si alguien no piensa de la misma manera, lo dijera”.---

Al Capone al centro, de visita en la Tropical.

Genovese le pidió después a Luciano reunirse a solas en la habitación, y allí le soltó que los tipos de Washington ya sabían que él estaba en Cuba y podía haber problemas para todos, por lo que le aconsejaba retirarse y cederle el mando, no sin antes dejarle la mitad de las ganancias de Italia. Luciano se volvió loco y se abalanzó sobre él: 

---“Le di en el estómago y en los riñones y cuando cayó al suelo le empecé a patear en la panza. Con cada golpe, le decía que solo era un mierda y una podrida rata napolitana y traidora… Lo golpeé tanto que no pudo salir de su habitación durante tres días”. ---

Terminada la conferencia, en las siguientes semanas Luciano cometió un grave error. Había empezado a salir con una belleza neoyorquina llamada Beverly Paterno, y ambos se exhibieron en el hipódromo, en clubes y restaurantes, hasta que la prensa norteamericana publicó la noticia de la presencia de Luciano en La Habana. 

En marzo, por presiones de EE UU, fue deportado a Italia. Mientras tanto Lansky, Trafficante y Battisti siguieron en La Habana como si nada, y al Nacional continuaron llegando estrellas de Hollywood. Al Capone murió el 25 de enero de 1947 víctima de la sífilis contraída cuando era joven con prostitutas. 

Y aunque pasó gran parte de sus últimos años preso en la tenebrosa cárcel de Alcatraz, y luego en el hospital de la prisión, fue finalmente liberado en noviembre de 1939 cuando ya no podía caminar y con su mente muy enferma. Luciano - por su parte - murió en Nápoles en 1962 de un infarto agudo del corazón. Dos años antes Fidel Castro y los suyos habían tomado el poder, lo que significó el fin para Fulgencio Batista y aquella hampa italo norteamericana. 

Sin embargo, pese a que se han pasado criticando aquella época un tanto oscura de nuestra historia, por otro lado no reparan a la hora de exhibir - por pura pasta - todos aquellos objetos que pertenecieron a tan "ilustres visitantes". Sobre todo los pertenecientes al mayor delincuente que recuerde la historia, Mr Alfonse Capone.

Falsa casa de Al Capone en Varadero

No solo eso, han tenido de la desfachatez de convertir una casa del reparto Kawama en Varadero, que fue propiedad del coronel mambí Eugenio Silva Alonso, tachado de "burgués" por el castrismo, quien fuera un propulsor del deporte del Polo en Cuba y contribuyente al desarrollo urbanístico de aquella apartada zona, en una supuesta mansión de Al Capone, cuando el célebre mafioso jamás estuvo en aquella playa Matancera. 

Es más, la casa fue construida en 1930 en unos terrenos por los cuales el coronel pagó 250 mil pesos; y en esos años Al Capone había fijado su residencia "en el condominio Alcatraz", con lo cual resulta imposible que viviera allí. ¡Es que ni de visita estuvo! 

Luego se repitió la historia, la familia abandonó Cuba en 1960 y el Castrismo se quedó con todo, incluyendo el club Kawama. Es que incluso tratándose de un personaje nefasto como lo fue Al Capone, no tuvieron ni el menor rubor y vergüenza de propagarlo después como una atracción turística.

Fuente: El País
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