A 112 años de una hazaña polar


Los exploradores Noruegos, capitaneados por Roald Amundsen, arribaron a la bahía de las Ballenas el 14 de enero de 1911. Con tiros de perros, se dispusieron a adelantar a los británicos en la carrera al polo Sur. 

El barco de Amundsen, el Fram, cedido por el explorador ártico Fridtjof Nansen, era el no va más en buques polares. Los depósitos de alimentos básicos para la exploración polar fueron de vital importancia para la supervivencia de los dos equipos, una vez iniciada la marcha. A 80° de latitud Sur, Amundsen anotó: 

"Nos detuvimos para dejar un depósito de reservas […] de 12 cajas de penmican para los perros […] unos 30 kilos de filetes de foca y 50 kilos de grasa junto con 20 tabletas de chocolate. Además, 1 caja de margarina y 2 cajas de galletas".

Amundsen, y sus cuatro compañeros esquiadores expertos, alcanzaron la meta el 14 de diciembre de 1911. Pasaron tres días «marcando el Polo», esto es, realizando observaciones para determinar su ubicación exacta. El quinteto de Scott, ósea los británicos, llegaron 33 jornadas después y que hoy, 17 de Enero, se cumplen 112 años.

A propósito de esta epopeya. Hay una película Cubana en la que un jefe de policía, quiero recordar que fue ambientada durante la época de Batista, ejemplificaba sarcásticamente el hecho de que los Noruegos habían vencido a los Ingleses en la carrera por el polo debido a que se habían comido a sus perros, justificando de esa forma "ciertas decisiones y sacrificios" que había que hacer en la vida.

---En este caso Amundsen consideró, y así lo escribió en su diario, que únicamente era posible llegar al Polo Sur con éxito si se empleaban perros esquimales.---

Las tres ventajas principales en las que basaba su empleo eran que estos, debido a su menor peso podían pasar mejor sobre los puentes de nieve formados sobre las grietas que había en el hielo y, en caso de que el puente se hundiese y el perro cayera al gua, no ocurría una desgracia, ya que se se le agarraba de la nuca y se colocaba de nuevo sobre hielo firme.

La segunda gran ventaja, decía el explorador, es que el perro puede ser alimentado con carne de los propios perros, lo que permitía mayor provisión de alimentos para estos animales. Según se iba avanzando, el peso que se arrastraba con los trineos iba disminuyendo por la comida consumida, tanto por los hombres como por los perros, al igual que se reducía el petróleo utilizado por un carro.

Por ello se puede prescindir durante la marcha de algunos perros sacrificando los de menos cualidades, así se alimentan a los demás. El hecho de que los perros comieran carne fresca de vez en cuando, fue un factor clave para que el grupo pudiesen realizar el esfuerzo que se les exigió durante este extenuante viaje al Polo Sur. Ahora, sobre si participaron o no de semejante festín canino, de eso no dice nada. 

Maldita Hemeroteca 
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