Historias de hombres nuevos


El ex taekwondista cubano Ángel Valodia Matos, ex campeón de los juegos de Sidney 2000, pasó a la historia como el único competidor que se atrevió a agredir a un árbitro, en este caso al sueco Chakir Chelbat, durante una máxima competición.

El hecho ocurrió en los juegos de Pekín ocho años después, y constituyó una vergonzosa imagen que le dio la vuelta al mundo. Sin embargo en Cuba recibió el apoyo del dictador Fidel Castro. En aquel combate de los 80 kilos, triunfó por descalificación el kazajo Arman Chilmanov, mientras que él, así como su entrenador Leudín González, fueron suspendidos de por vida por la Federación Mundial de la disciplina.

En concreto Matos, disgustado por la decisión del juez, le propinó una patada en el rostro, así como un empujón al segundo referee. “Lamento grandemente haber hecho esto. Reconozco que fue algo antideportivo y lamento haber involucrado a mi entrenador que fue sancionado sin tener nada que ver, porque fui yo quien cometió el error y él estaba tratando de impedir que me comportara de esa manera”, afirmó Valodia en una declaración que, si bien no era cierta, al menos resultó aparentemente elegante.

No era cierta porque Valodia no sabe que el mundo entero vio como ese entrenador ofendía al árbitro gritándole "corrupto" y de estar "comprado" por la delegación Kazaja. ¡Lo gritó hasta en inglés!. Incluso, Valodia se atrevió a decir que le habían ofrecido perder por dinero, lo cual resulta algo impensable que suceda en unos juegos olímpicos. De hecho de haber sido cierto, debió haberlo comunicado a la federación a través de los canales establecidos, cosa que no hizo evidentemente y que, de hecho, desacreditó su discurso.

En otra entrevista en el sitio oficialista "Cubahora", la propia periodista que lo entrevista le dice sobre la patada: "Creo que no era para tanto",y a continuación le pregunta: "Si miramos a su carrera deportiva, ¿se siente satisfecho?";y el tipo responde: "No me siento satisfecho, pero sí honrado de ser el único campeón olímpico de mi deporte hasta el momento".Encima agregó: 

"Quiero agradecerle al Comandante Fidel Castro por no dejarme solo en un momento tan duro como fue el 2008 para mí. Donde quiera que esté, le envío mi agradecimiento eterno y no solo por estar de mi lado sino por todo lo que hizo por los cubanos, por Latinoamérica y por muchos países del mundo". 

Huelgan los comentarios.

Glenis Hernandez
Pasaron los años y, en el 2014, escenario de los juegos centroamericanos y del Caribe en Veracruz, México, otra taekwondoca cubana, Glenis Hernández, la vigente monarca mundial en ese momento en la división de -73 kilos, también resultó suspendida.

En este caso solo fue por un año, al sacar el dedo en un gesto irrespetuoso durante la premiación donde se tuvo que conformar con la presea de plata, al caer derrotada por la local María Espinoza. No solo no estuvo de acuerdo, si no que esa fue la manera que ella encontró para expresar su inconformidad con la decisión arbitral.

Aunque no lo sabemos con exactitud, es muy probable que ambas actitudes hayan sido inéditas en la historia, al menos de este deporte, y en cuanto a la federación cubana, lejos de sentirse abochornada, tuvieron el cuajo de solicitar una audiencia que fue rechazada evidentemente. Nada, actitudes propias de ese tipo de "hombre nuevo" que ha sido formado en la revolución de los Castro.

Maldita Hemeroteca 
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