LA HISTORIA DE HOY: De boleros y mambises.


En la guerra de independencia en Cuba hubo un mambí que se llamó Armando André Alvarado y, una vez finalizada la guerra, la que terminó con los grados de comandante, derivó en un destacado periodista de línea editorial bastante áspera y conservadora, director del diario "El Día".

Fue el mismo Mambí que les puso las bombas al general español Valeriano Weyler en la capitanía general de la Habana, edificio situado entre las calles Obispo y Mercaderes que, debido a la extraordinaria calidad con la que fue construido, las detonaciones no causaron los daños esperados. De hecho Weyler ni se enteró, estando incluso en su oficina del piso superior del baño donde fueron colocadas. 

En fin...

Lo cierto es que este periodista fue el causante de que en nuestro panorama musical exista esa bella página amorosa que se titula "Longina", un "bolerón" en toda regla escrito por el destacado compositor Manuel Corona Raimundo, (Caibarién 1880 - Marianao 1950) ya saben, el tema que dice...

--"En el lenguaje misterioso de tus ojos, hay un tema que destaca sensibilidad.
--En las sensuales líneas de tu cuerpo hermoso, las curvas que se admiran despiertan ilusión".

Pues bien, el 8 de octubre de 1918 André, que al parecer tenía un amorío con una chica llamada Longina O´Farril, (otros aseguran que solo era su amiga) fue a verlo para que el maestro Corona le hiciera una canción dedicada. Tres días después Corona le entregaba la letra y la armonía de este tema ya listo, y que con los años pasó a ser uno de los más grandes y bellos de este centenario género cubano. Manuel Corona murió en el barrio de Marianao, la Habana, el 9 de enero de 1950 y se dijo que muy pobre y prácticamente olvidado.

Lástima para un compositor que formó parte de la élite dentro del panorama musical en la isla, al mismo nivel, o quizás superior, de otros grandes de la trova tradicional como Patricio Ballagas, Emiliano Blez, Sindo Garay, Alberto Villalón, Salvador Adams o Rosendo Ruiz. El bolero tradicional fue un género que estuvo igualmente olvidado, y que luego fue resucitado por músicos dela talla de "Compay Segundo", Eliades Ochoa, Juan de Marcos o Ibrahím Ferrer, dentro del conocido proyecto del guitarrista norteamericano Ray Cooder, el "Buena Vista Social Club".

De hecho el primer bolero de la historia mundial, "Tristeza", por supuesto cubano y compuesto por el santiaguero José "Pepe" Sánchez en 1883, (¡141 años!) para más detalle el sastre que le hacía la ropa a la familia del general Antonio Maceo, llevó la aprobación del maestro Corona que, en cuanto lo escuchó, vaticinó su inmortalidad.

Por su parte André, periodista de línea conservadora como ya dijimos, fue asesinado el 20 de agosto de 1925 a la salida del restaurante "Café Central" de las calles habaneras de "San Miguel" y "Consulado". Sucedió durante el gobierno del general Gerardo Machado y Morales, quien al parecer no toleró muy bien las durísimas críticas, entre ellas de tipo personal, que este le hacía en su periódico.

Murió de trece balazos frente a su casa en la calle Concordia No 125, entre Belascoain y Gervasio, donde estaban los dos sicarios, siendo conducido el hospital "Emergencias" donde fue llevado en el Dodge por un habitual chofer de taxi de su entera confianza, el señor Federico Domínguez Roldán.

Sin embargo, y sin ánimos de justificación alguno, solo faltaría eso, las acusaciones hacia Machado vinieron de parte de los de siempre, de gente como Sergio Carbó, "uno de los muy pacíficos angelitos Auténticos de Grau San Martín", y de quien si no, de Don Julio Antonio Mella, como no podía ser de otra forma.

Tambien estuvo el hecho de que André, que por otro lado era un tipo que en sus artículos rozaba lo impúdico en lo personal, (de hecho acusaba a Machado de mujeriego) tenía una estrecha amistad con el ex presidente y mayor general Mario García Menocal y Deop, que tampoco era fácil, acérrimo enemigo político del liberal Machado que generó el famoso episodio bélico de la "Guerra de la Chambelona", focalizada básicamente en las provincias de Oriente y Camagüey.

Sobre este comandante Antonio André, hace ya un tiempo publicamos una amarga experiencia que sufrió en 1896 durante su encuentro con el general Máximo Gómez, siendo incluso recomendado por el lugarteniente Antonio Maceo, y que él mismo lo narró en su libro, "Explosiones en la Ciudad de la Habana. 1896".

Cuenta de como intentaba incorporarse a la guerrilla mambisa y, de paso, comunicarle al generalísimo el plan para asesinar al capitán general Valeriano Weyler y Nicolau en la Habana, y donde Gómez no solo se burló y se expresó muy mal de los habaneros, también del brigadier santiaguero Enrique Collazo Tejada, jefe de la expedición en la que él había llegado a Cuba desde Tampa, en la Florida, causándole una gran desilusión la persona por la que sentía la mayor admiración.

Maldita Hemeroteca. 
Articulo Anterior Articulo Siguiente