Los Elpidios Valdés españoles


A menudo se suelen narrar las hazañas de los líderes e insurrectos cubanos durante la etapa independentista del siglo XIX, sin embargo aquellas historias solían tener a veces a otros protagonistas que no necesariamente resultaron ser los vencedores de siempre.

Y si en días pasados nos referíamos a Eloy Gonzalo García, "El héroe de Cascorro" quien fuera inmortalizado por una hazaña similar ocurrida el cinco de octubre de 1896, hoy lo hacemos con el no menos valiente sargento Víctor Hortigüela Carrillo, quien al estallar esa misma sublevación de 1895 se encontraba destinado en la jurisdicción de Holguín, ocupándose su batallón de la protección de la línea del ferrocarril de Jibara a esa importante ciudad oriental, donde se supone desembarcó el almirante Cristóbal Colón durante su primer viaje el 28 de octubre de 1492.

El 20 de agosto de 1896 se produjo una tremenda ofensiva lanzada por más de dos mil mambises (rebeldes cubanos) contra dicha línea férrea, donde se encontraba un grupo de 20 soldados españoles al mando de este sargento, destinados al custodio de un fortín muy cerca del poblado de Aguas Claras, en dirección Victoria de las Tunas. Fueron atacados por Cubanos al mando del generalísimo Máximo Gómez, del lugarteniente Calixto García y de otros líderes insurrectos que, tras un nutrido cañoneo, lo dejaron casi en ruinas.

Carrillo
El asedio era tan brutal que a los españoles se hacía imposible permanecer allí, y entonces fue que este sargento ordenó a varios de sus soldados que salieran y condujeran a los heridos hacia otro fortín más alejado a tres kilómetros de distancia. 

Sin embargo él decidió permanecer allí, y junto a otros dos soldados aguantó heroicamente en las ruinas mientras protegía la retirada del resto de sus hombres. No sólo lo consiguió, sino que tanto él, como los soldados que permanecieron a su lado, lograron también salvar sus vidas sumando 18 los sobrevivientes.

Al final solo murieron dos, mientras que otros cinco resultaron heridos. Por esta actuación Hortigüela fue condecorado con la cruz laureada de San Fernando el 4 de marzo de 1898, con toda la guarnición de la plaza de Holguín presente, y le fue entregado un diploma de ascenso a segundo teniente de la reserva por el general de división malagueño Agustín de Luque. La fiebre amarilla hizo que fuera trasladado a la península, alcanzando el grado de coronel y pasando a situación disponible. Logró vivir en Burgos hasta el siete de junio del año 1948.

Como puede ver, del bando contrario también los hubo protagonistas, y muy valientes también, aunque en el caso de Cuba haya sido un antagonista por supuesto. Sin embargo eso no resta para nada que haya tenido características únicas que lo hicieron memorables en el devenir de esta historia que, por lo general, no ha sido narrada para nada con la honestidad que requieren sus tramas, los que no siempre giraron en la dirección que según quien se supone.

Maldita Hemeroteca 
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