La verdad sobre la bomba de Tropicana

¿Sabías que el pelotero Sungo Carrera y el pianista Bebo Valdés, estaba vinculados al marginal mundo Habanero?.

En una publicación de la revista Bohemia, con fecha del 1 de Enero de 1956, se informaba que una bomba colocada en el cabaret Tropicana en la Habana había mutilado seriamente a una joven de nombre Magaly Martínez Arredondo, de 17 años y residente en la Avenida 69, número 12021, en la barriada habanera de Marianao.

Como consecuencia le tuvieron que amputar el brazo herido. En la misma explosión resultó igualmente lesionada otra joven, de nombre Marta Pino Donoso, de 18 años y residente en la misma calle pero en el No 12209, con lo cual se suponía fueran vecinas o amigas. 

Resulta que este hecho se señaló - y no pocas veces además - a la joven Magaly Martínez como víctima del terrorismo callejero de los miembros del 26 de julio Fidelista en su lucha frontal contra Fulgencio Batista, sin embargo victimas del estupor o porque lo que omitieron a exprofeso tratándose de esa revista, fue que lejos de ser ella una víctima inocente del mortal artefacto, en realidad había sido la causante directa.

En concreto hubieron dos declaraciones que probaron la inculpación de esta joven mutilada, la primera fue hecha por Domitila Tillie Fox, sobrina del dueño del cabaret Tropicana, el guajiro Martin Fox, mientras la segunda fue por la propia Magaly, causante de la explosión, de la que no sabemos si aun vive ni cual es su paradero. A continuación las declaraciones: 

Domitila Tillie Fox

"Mi familia nunca estuvo a favor de Batista. No estaban a favor de nadie. Todo lo que queríamos era llevar el negocio y que nos dejaran en paz. Mi padre (Pedro Fox) soñaba despierto, pasó de ser un granjero a dueño del Tropicana con casi siete acres de tierra. Mi tío Martín complació a papá dándole una parcela en la parte trasera de la propiedad para cultivar frutas y tener animales. 

Aunque a mi familia no le gustaba la política, a menudo visitábamos la finca Kuquine, donde residía Batista muy cerca de La Habana. Era como la clásica casona de campo cubana. Tenía muchos ventanales de cristales y pisos de baldosas en blanco y negro, jardines y huertos de frutas, parrillas para asar lechones, mesas de dominó e incluso caballos para montar. 

Sin embargo las cosas cambiaron en Cuba a partir de 1956. Las bombas caseras y los cócteles Molotov estallaban en casi todas partes. Los estudiantes estaban organizando manifestaciones anti-Batistianas, mientras que la policía les disparaba al estilo de la "masacre de Kent State". (Tiroteo ocurrido en la universidad de Kent, en Ohio, en 1970)

La gente tenía miedo de salir a clubes y cines, y mi madre me tenía a su lado a todas horas. Hay bombas, repetía con ansiedad. ¡Explotarán de nuevo en cualquier momento!. Esa víspera de año nuevo, mi familia y yo fuimos a celebrar en Tropicana y nos situamos en una mesa al costado del escenario. Justo antes de la medianoche, cuando Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo, y la orquesta tocaban, escuchamos un estruendo aterrador. Una bomba atravesó la barra y causó estragos en el club. 

Una chica esbelta y morena llamada Magaly Martínez fue abatida por la explosión. Tenía solo 17 años. Era la primera vez que esto sucedía en Tropicana. Nunca sabremos si a la niña le lavaron el cerebro para que pusiera la bomba o si alguien se la había colocado en un bolso de mano sin que ella lo supiera.

Se dirigía al baño, pasando por la barra con el bolso bajo el brazo, cuando la bomba estalló justo debajo de su hombro. Mi madre iba con la niña en la ambulancia mientras sus padres corrían al hospital. Cuando vio a su madre, lo primero que dijo la niña fue "Perdóname Mamá".  
Siempre me pregunté... ¿Por qué pediría perdón si supuestamente no tendría nada que ver?.

Declaraciones de Magaly Martínez, en ese momento una recepcionista jubilada:

"Estábamos aterrorizados en Cuba durante ese período. La policía te vigilaba constantemente, y tenías que tener mucho cuidado o podrías ser atrapado y despertarte rígido".  (Igual los hubiera dejado ella si aquella bomba hubiera estallado como lo tenían planificado)

"No te sentías seguro en ningún lado sabiendo que había una conspiración donde quiera para derribar a Batista. La Universidad de La Habana había sido clausurada. La policía seguía a algunos estudiantes, pero no a los ricos, que podían moverse fácilmente con sus guarda espaldas". 

Fragmento de la revista Bohemia

"Me niego a hablar de la noche del accidente. Aquella Nochevieja de 1956 fue la primera vez que puse un pie en Tropicana, ya que solo los ricos podían permitirse ir a un lugar tan lujoso. Mi familia era pobre. Mi padre trabajaba en el ferrocarril y mi madre trabajaba como acomodadora en el cine local. Después de mi accidente, Martín y Ofelia Fox (Los dueños de Tropicana) me enviaron a Estados Unidos para que me adaptaran un brazo artificial. 

Cuando volví, me invitaban al cabaret todos los sábados, pero finalmente se alejaron cuando se dieron cuenta de que mis opiniones eran las de un revolucionario. Aun así, me pidieron en varias ocasiones que me fuera del país con ellos, pero no pude dejar a mi familia ni a Cuba".

Algunos, con una imaginación privilegiada, señalaron un  arreglo de cuentas entre las familias mafiosas de Santos Trafficante y Meyer Lansky, ambos capos muy vinculados a este cabaret por aquellos años. Lo que acabó de confirmarlo fueron unas declaraciones reproducidas en la revista radiofónica de Gladys Palmera, hechas por el afamado pianista Bebo Valdés, el padre de Chucho y ex director de la banda musical Irakere, quien escuchó decir ese día, de boca de los empleados, que la gente de Fidel esperaban que Fulgencio Batista asistiera al cabaret esa noche.  

Años después...

En otro artículo publicado por el vocero del partido comunista cubano, "el periódico Granma", se denunciaba un supuesto plan para colocar una bomba en el mismo cabaret habanero y, vaya causalidad, entonces sí hablaron de acciones terroristas. Según este articulo, la acción estaba planeada supuestamente por el señor Luis Zúñiga Rey, entonces directivo de la fundación Cubana Americana con sede en EEUU, acusación que nunca fue probada legalmente. 

En cambio otros artefactos si fueron colocados en hoteles y centros turísticos de la zona de Miramar y la Habana vieja, y en uno de ellos perdió la vida un empresario italiano a fin al régimen Castrista. Dicen que las denuncias fueron hechas por un supuesto agente de la inteligencia Cubana de nacionalidad guatemalteca, Percy Alvarado Godoy, conocido como el agente "Fraile", que afirmó haber "penetrado" aquellos grupos patrocinados por la Fundación. 

En realidad pudo haber sido una historia de su propia cosecha, pues nunca aportó una sola prueba legal que lo demostrara. Al final resultó que la "supuesta bomba del terrorista Zuñiga" nunca llegó a ser colocada, mientras que la de Magaly sí y encima importándoles bien poco los daños que esta pudiera haber ocasionado a los allí presentes. Por suerte para ella solo le interesó el brazo, cuando le pudo arrancar hasta su propia cabeza. 

En cuanto a Bohemia, bueno una vez leí que varios genízaros de Batista se llevaron detenido a su director, el señor Miguel Ángel Quevedo y, dentro de un apartado hangar de aviones, le hicieron beber a la fuerza una botella de "Palma Cristi", de ahí su odio visceral hacia "El mulato de Banes". Odio que le hizo publicar un artículo tan ridículo como este y como tantos otros como aquel famoso de los "20 mil muertos" que no se lo creía ni él mismo.

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