CONTRA EL OLVIDO: General de división Juan Fernández Ruz


En cuba hay una localidad que se llama Curato de Monte de La Hanábana, esta situada en Amarilla, unos seis kilómetros al sur de Calimete, en la provincia de Matanzas. Pues allí hay en un modesto cementerio que lleva sepultando muertos desde su creación en 1774. 

En una de sus parcelas se encuentran los restos del general de división de la guerra de independencia, el Tunero Juan Fernández Ruz. No murió combatiendo, pero bien pudo, pues fue de un derrame cerebral a los 75 años. Este señor participó en las tres guerras cubanas y dio, como se dice allí, "un ján del carajo". De hecho la muerte le sorprende 24 horas después de que había enfrentado a las fuerzas españolas en los combates de Raíl del Jobo y en el de Aragón. 

Imagínese que su expediente libertador abarca desde su primer alzamiento en el Cano en octubre de 1868, la toma de Bayamo, la guerra chiquita, hasta el ultimo alzamiento de 1895, al que se incorporó un años después como expedicionario desde Estados Unidos y desembarcando por la costa de Nuevitas. Era evidente que ya no estaba para semejantes trotes. Pero viejo y todo, si no lo hizo antes fue por recomendaciones de José Martí que, pensando en su avanzada edad, le aconsejó que aún no era el momento apropiado:

«[...]Prepárese, pero no para hoy, porque no tiene derecho de exponerse a perecer sin fruto uno de los que con más justicia está llamado mañana a guiar.», le dijo el maestro. 

Vino a Cuba en el vapor “Bermuda”, junto con Calixto García, que trajo una valiosísima carga de 1,200 rifles, un cañón de Hotchkiss y casi un millón de cartuchos, la cual estuvo dirigida por general Emilio Núñez y piloteada por el capitán norteamericano Johnny O’Brian. No se la cantidad de combates que libró este viejo mambí Juan Fernández Ruz, sin embargo los hay que fueron mayores generales e hicieron menos, pero ese no es el tema nuestro de hoy.

El asunto es que en ese modesto cementerio de Amarilla es donde reposan sus restos, sin embargo uno podría preguntarse ¿por que no están en el panteón de los mambises caídos en el cementerio de Colón en la Habana, donde están sepultados otros generales que ni siquiera eran Cubanos?. Puede que haya sido su deseo o el de sus familiares, porque nos llama la atención que ni siquiera se tomaron el trabajo de trasladarlo al Mausoleo a los mártires de la patria del municipio Cárdenas, en la misma provincia de Matanza, inaugurado desde 1900.

No conocemos los motivos, lo que si se conoce es que este general fue uno de los que más se opuso al lugarteniente Antonio Maceo. Sí señor, de esto no se habla porque no conviene, pero su antagonismo con el Titán de Bronce fue legendario. En una ocasión Maceo lo llamó y, luego de un halago, le ofreció la jefatura de la primera División, a lo que el general Ruz rechazó argumentando que solo recibía ordenes del general Vicente García. 

Ya sabemos la fuerte pugna existente entre las fuerzas Orientales y las Camagüeyanos, no digamos ya las Villareñas, y que entre otras cosas dio al traste con la paz del Zanjón. De hecho, en una carta enviada al general Vicente García el diez de junio de 1875, Ruz tacha a Maceo de poco menos que racista y traidor. Lo hizo utilizando el feo epíteto de "Hicotea", que para el caso era lo mismo. Ruz fue de aquellos Cubanos reformistas que, inspirados en la revolución gloriosa o septembrina ocurrida en España en 1868 y que depuso a la reina Isabel II, intentaron hacer lo mismo en la isla de Cuba. 

Solo agregar que, por su cercanía con la Habana, aquellas fuerzas libertadoras de Matanzas estaban obligadas a pelear casi todos los días. La prueba fue la alta mortalidad de jefes mambises en esa división, el general Ángel Guerra, el coronel Clotilde García Morejón y su hermano Eustaquio, Felino Álvarez, Bienvenido Sánchez, Alfredo Goold, coronel Regino Alfonso, Arcadio Ramos, entre otros. 

De hecho una de las más sonoras derrotas de Máximo Gómez fue en los combates de Algarrobo y Cantabria, en Marzo y Abril de 1896 respectivamente, ya que las fuerzas españolas estaban muy bien avitualladas y fortificadas en toda aquella zona. Nada, que el general Ruz no forma parte de esa narrativa castrista de héroe libertador. Por el contrario, forma parte de un panteón no ya de mambises, ni te cuento de los que fueron esclavos, el de esa larga lista que no interesa su historia. 

Maldita Hemeroteca 
Articulo Anterior Articulo Siguiente