Miguel Pérez |
Según relato del ilustre poeta guantanamero Regino Eladio Boti, el tal Pérez de Céspedes era un hombre de buena presencia, alto, moreno, de pelo negro y bigote escaso. Aquí un fragmento de esa descripción:
"Era de carácter afable; y aunque sus ideas políticas no fueran las de sus hermanos en armas, no por eso hemos de dejar de reconocer sus méritos y su valor, mucho más cuando cada cual es libre de sustentar las ideas de sus simpatías y máxime cuando estas ideas, como en el caso de Pérez y Céspedes, se abrazan con sinceridad".
Por sus actividades Pérez Céspedes se convirtió en un objetivo vital para el general en jefe Máximo Gómez, quien le encargó a al entonces comandante Guillermo Moncada su aniquilación inmediata durante la invasión a Guantánamo. Según los relatos del escritor José Pérez Aroche, el cruce de amenazas entre ambos fue inmediato...
"A Guillermón Moncada.
En donde se encuentre, Mambí.
No está lejos el día en que pueda, sobre el campo de la lucha, bañado por tu sangre, izar la bandera española sobre las trizas de la bandera cubana.
Miguel Pérez y Céspedes"
La respuesta de Guillermón fue inmediata al dorso del propio papel y dejado en el mismo camino:"A Miguel Pérez y Céspedes.
En donde se hallare.
Enemigo:
Por dicha mía se aproxima la hora en que mediremos nuestras armas. No me jacto de nada; pero te prometo que mi brazo de negro y mi corazón de cubano tiene fe en la victoria. Y siento que un hermano extraviado me brinde la triste oportunidad de quitarle el filo de mi machete. Mas, porque Cuba sea libre, hasta el mismo mal es bien.
Guilllermón.
Por su fecha de nacimiento puede verse que era un hombre bastante mayor, y que contaba con una hoja de servicios de más de 54 años ya que, desde bien temprano a los 17 años, se había unido al cuerpo disciplinado de milicias de Santiago de Cuba y de Bayamo.
Moncada, como medio de provocación, incendió todos los cafetales de la zona de "Ojo del Agua", de manera que el 5 de mayo de 1871 el comandante Céspedes salió a su encuentro en la zona de Yateras y, en un primer encuentro de más de 5 horas de encarnizado combate, los mambises fueron rechazados.
Moncada decide entonces que sería mejor cercarlo que enfrentarlo directamente, y al efecto prepara un cerco. Al percatarse de las intenciones del militar rebelde, Pérez Céspedes aprovechó la oscuridad de la noche para intentar escapar de la encerrona, pero el capitan Mengana dio la voz de alarma y la de "al machete", del comandante Moncada, no se hizo esperar.
El viejo guerrillero cayó en esa emboscada de Sabana Abajo, Lomas del Peladero, y no solo él, también fue macheteado su ayudante, el perro que siempre le acompañaba y el mulo de su carga personal. Según afirmó Boti, su cadáver, bastante desfigurado, fue sepultado en el nicho numero 7 del panteón del cementerio de la ciudad.
Al día siguiente el Mayor General Máximo Gómez recibía el parte de la victoria, la espada y las insignias de Miguel Pérez. Y fíjese lo importante que fue poder liquidar a este hombre, que Máximo Gómez ordenó el ascenso de toda la tropa participante y los grados del teniente coronel para Moncada.
Sin embargo, en referencia al supuesto duelo que sostuvieron, ningún escritor de prestigio se ha atrevido a asegurarlo. Según los apuntes biográficos publicados por el escritor cubano Abelardo Padrón Valdés, el periódico español publicado en Cuba "Juan Palomo" informó esta muerte de forma muy escueta:"La muerte del Jefe de las Escuadras de Guantánamo Don Miguel Pérez y Céspedes que en setenta y un año de edad, llevaba cincuenta y cuatro de numerosos servicios a España".
Maldita Hemeroteca
--Pérez Aroche, José. "Odisea del General Pedro Agustín Pérez y anécdotas revolucionarias" 1930
--Boti Barreiro, Regino Eladio. "Breves apuntes acerca de los orígenes de esta ciudad de Guantánamo" 1912.