viernes, 22 de septiembre de 2023

FAMILIA FERNÁNDEZ - MIRANDA: Los suegros gallegos de Fulgencio Batista

Batista junto a sus hijos José, Aleida, hija de su anterior matrimonio con Elisa Godinez, su esposa Marta Fernández y su hijo Bobby, el mas chico en Pompano Beach, Florida

La española Emelina Miranda Casais marchó a Cuba para estudiar. Era de una familia acomodada de Vilameá (A Pontenova) y dos tías de buena posición en La Habana la llevaron para educarla en el prestigioso Colegio de las Ursulinas. Por su parte Ramiro Fernández Ledo llegó a la isla en 1910, desde Chantada, (San Fiz de Asma) y se hizo mecánico mientras compaginaba su oficio con el de chófer del autobús del colegio, donde se conocieron.

Ninguna familia emigrante tuvo tanto poder en Cuba como la formada por este matrimonio gallego de Emelina y Ramiro. Sus cuatro hijos - Marta, Roberto, Cecilia y Lilia - formaron un clan alrededor del dictador Fulgencio Batista, que los llevó a la cima económica y social. Todo comenzó el día en que el coche de Batista atropelló a la joven Marta (tenía 22 años) cuando montaba en bicicleta por una calle del Vedado.

Luego del atropello, Batista se hizo cargo de los gastos de hospital de la muchacha, además la visitaba todos los días. El amor prendió del presidente por Marta prendió de tal manera, que dejó a Elisa Godínez con la que llevaba casado veinte años y tenía tres hijos. Y aunque le doblaba la edad, se casó con Marta en 1945.

Marta figuró en el Guiness World of Records en 1962 como una de las mujeres más ricas del mundo.

El matrimonio de Marta con Batista cambió la suerte de su familia que se entregó con fervor a la causa Batistiana. Y eso que el padre, Ramiro, regresó a España en 1937 para defender la República, cuando su hermano Ramón fue detenido e inhabilitado por los franquistas. Al llegar, él mismo fue encarcelado dos meses en Lugo antes de que le obligaran a volver a Cuba.

Cuando Batista dio el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, la casa de Emelina sirvió para recluir a los detenidos. Y el propio Ramiro se quedó en la fina de Kuquine con un pelotón para defender la familia y los bienes, en caso de que sucediera algún problema.

En su papel de primera dama, Marta realizó obras sociales y complementó la labor política de su marido con un estilo próximo y sensible, que hizo que fuese llamada, al estilo Eva Perón, "Marta del Pueblo". En el plano personal participó en varias sociedades mercantiles y empresas, que la llevaron a ser una de las mujeres más ricas del mundo a fines de los años 50.

De izquierda a derecha, Fulgencio Batista, el cardenal Manuel Arteaga, Marta Fernández Miranda, esposa del dictador cubano, y Emelina Miranda, natural de A Pontenova, no de Ribadeo, como tradicionalmente se creía (BIBLIOTECA NACIONAL JOSÉ MARTÍ)

Sus hermanos se mantuvieron a la sombra de Batista igualmente. Roberto fue nombrado Ministro de Deportes y Jefe de la escolta personal de su cuñado. Fue dueño de hoteles y restaurantes, socio de Codeco, la constructora que ejecutaba obras del gobierno, y accionista de clubes, sociedades y casinos. 

Su hermana Cecilia se casó con Rafael Saladrigas Hevia, hijo de Carlos Saladrigas Zayas, ex primer ministro constitucional y Ministro en la Dictadura. Rafael era ingeniero y Batista lo nombró Secretario de Obras Públicas. Su otra hermana, Lilia, se casó con Carlos Salas Humara, Ministro de Sanidad en 1957.

Homenajes en España

En octubre de 1957, el Concello de Ribadeo, presidido por Pancho Maseda, nombró a Marta como "Hija Adoptiva" por ser su madre «natural de este antiguo Condado» y por «sus atenciones y caridades con los hijos de esta Comarca en Cuba». 

No fue el único homenaje a la familia. En julio de 1953, su madre, Emelina, fue homenajeada por el Centro Gallego de Madrid con una cena en el Hotel Ritz. Asistieron un el entonces joven político Manuel Fraga Iribarne; el presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Delicado; el alcalde de Betanzos, Tomás Dapena; Lobo Montero, entre otros. 

Los Fernández Miranda mantuvieron los vínculos y contactos con Galicia. Visitaron Ribadeo y Chantada y tuvieron una casa en a Coruña. Emelina murió en Madrid en 1968, Batista en Marbella en 1973 y Marta en West Palm Beach, Florida, EEUU, el siete de octubre del 2006, aunque como todos en esa familia fue sepultada en Madrid junto a su esposo Fulgencio.

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