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Calle Obispo a finales del siglo XIX. // |
en una fecha próxima a la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana. En aquellos tiempos se encontraba ubicada al sur de la Plaza de Armas y a un costado del Palacio de los Capitanes Generales, desde las riberas de la bahía hasta la calle de Monserrate, donde el 8 de agosto de 1863 se inició el derribo de las murallas.
Según afirmó en su día el geógrafo, arqueólogo, historiógrafo y pedagogo cubano, José María de la Torre, el origen de esta calle se debió a que el obispo don Pedro Agustín Morell de Santa Cruz acostumbraba frecuentarla en sus paseos. Sin embargo, el historiador gaditano Manuel Pérez Beato Blanco afirmó que este nombre va más allá en el tiempo, de cuando el obispo Fray Jerónimo de Lara vivía por los años de 1641 en esta calle, esquina a Compostela y se llamó "Calle del Obispo"
En 8 de febrero de 1897 el Ayuntamiento acordó cambiarle el nombre por el del capitán general mallorquín, general Valeriano Weyler, que en esa fecha gobernaba la isla con mano dura y su política de concentración de civiles había ocasionado estragos en la isla. De hecho se decidió colocar en el salón de sesiones el retrato suyo. Fueron cambios que, al decir del Historiador de la Ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring, se realizaron en forma caprichosa e inconsulta.
Al ocurrir en 1898 la derrota y su posterior evacuación española, el pueblo de La Habana arrancó y destruyó las placas que ostentaban su nombre en esta calle. Ya en la época republicana el 27 de marzo de 1905, y a propuesta del concejal Francisco Piñeiro, el Ayuntamiento habanero acuerda ponerle el nombre de don Francisco Pi y Margallel, político español que fue presidente del poder ejecutivo de España, y un gran defensor de la lucha emancipadora y los derechos y libertades de Cuba. Aquella disposición del 25 de mayo de 1905 decía así:
"De acuerdo con la Base 1a, proponemos se restituya a esta calle el nombre de OBISPO, y se dé el nombre de Pi y Margall al trozo del Malecón comprendido desde la Plaza del Maine hasta la calle G de El Vedado"
Uno de sus ilustres vecinos fue el filósofo y presbítero Félix Varela, quien vivió en la casa marcada antiguamente con el número 91, hoy 462, en la cuadra comprendida entre las calles de Villegas y Aguacate. Sobre ella refiere el historiador José María de la Torre, Varela la heredó de su padre, el capitán del regimiento fijo de la Habana, don Francisco Varela Pérez.
Maldita Hemeroteca
Fuente: Administración de la alcaldía de la Habana // Dr. Guillermo Belt y Ramírez 1936 // Cuaderno de historia Habanera, del Dr Emilio Roy de Leuchsenring.