Presidente de Brasil João Goulart (sonriendo) y Fidel Castro que, a juzgar por el gesto, no le resultó del agrado que el fotógrafo lo tomara del brazo. // 

Después de negar durante décadas su rol como exportador de revoluciones, Fidel Castro reconoció oficialmente su papel de promotor de la subversión en América latina, durante la década del 60 y del 70, cuando Cuba intentó crear un Vietnam gigante a lo largo de toda la región.

Así se expresó el dictador en 1998, ante unos 400 economistas reunidos esta semana en La Habana, en ocasión del foro organizado por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe. Hoy los archivos desclasificados del caso JFK revelan que esa subversión fue cierta y mucho más grande de lo que se creía. Explica además que cómo se llevó a cabo esa injerencia cubana durante la Guerra Fría, en especial con Brasil.

El documento desclasificado y publicado esta semana por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, señala que, antes del derrocamiento del presidente João Goulart, “Ya Cuba estaba inmersa en una peligrosa actividad subversiva proporcionando fondos, entrenamiento guerrillero y apoyo propagandístico a grupos comunistas en ese país", según apunta Infobae en su artículo de hoy.

También hay un capítulo importante en las 88 mil páginas relativas al asesinato del presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, que se hicieron públicos este 18 de marzo. La Orden Ejecutiva 14176, firmada el 23 de enero por el presidente Trump, ha devuelto así al mundo y también al país latinoamericano algunos secretos de la historia subversiva castrista en Brasil.

Los 2342 archivos, ahora disponibles en la web, abren una puerta muy importante a las complicadas relaciones entre Estados Unidos y América Latina durante la Guerra Fría. Sobre todo, dicen mucho sobre el papel crucial de Brasil en aquel complejo y peligroso tablero geopolítico que enfrentó a Washington con Moscú y que encontró en Cuba la amenaza más cercana.

Cuando Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald, aún no había comenzado la dictadura militar instaurada pocos meses después por un golpe en Brasil. A través de la mediación del mandatario izquierdista Joao Goulart, que gobernó Brasil entre el 8 de septiembre de 1961 y el 1 de abril de 1964, el presidente John F. Kennedy llegó a negociar con la dictadura Castrista la devolución con vida de los supervivientes de la fallida invasión de la bahía de Cochinos en 1961.

Kennedy intentó negociar la liberación de los alrededor de 1.200 supervivientes a través de varios países, desde la antigua Checoslovaquia al Vaticano, pasando por México, Brasil y Chile, sin embargo la vía brasileña fue quizás la más efectiva en parte porque Goulart, del izquierdista Partido Laborista Brasileño (PTB), pues estaba interesado en recibir ayuda de Estados Unidos y mantenía buenas relaciones con las nuevas autoridades de La Habana.