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CALLEJERO: BREVÍSIMA HISTORIA DE UNA EMBLEMÁTICA CALLE

Vista de la calle en la década del 20.//

En el siglo XVIII hubo un mandamás en Cuba que se llamó Feliz del Rey y Boza, que se cree haya nacido en la Habana en ese siglo y que en cambio murió en México en 1787, donde fungía como alcalde del Crimen de ese país y oidor de Guatemala.

Intelectualmente consiguió el grado de bachiller en Teología, Leyes y luego Licenciado en la Universidad de La Habana, y el 28 de agosto de 1771 fue nombrado teniente gobernador, auditor de guerra y asesor del gobierno y capitanía de la capital Cubana. Aún el cargo de Capitán General no estaba instituido.

Pues el nombre de este señor, bueno más bien su cargo, es el que tiene esa pequeña, estrecha, adoquinada y mítica calle de la Habana "Teniente Rey" en el sector viejo de la ciudad, según se puede leer en libro del catedrático e historiador habanero José M. de la Torre, “Lo Que Fuimos Y Lo Que Somos o La Habana Antigua y Moderna”, publicado en 1857.

En su trayecto acoge una serie de históricos sitios como el antiguo colegio El Salvador, la famosa droguería del catalán Sarrá; la iglesia de María Auxiliadora; también forma uno de los lados de la plaza del Santo Cristo del Buen Viaje, hasta llegar al Capitolio. Se extiende desde la calle de los Oficios hasta la Avenida de Monserrate.

Allí se encontraba la sede del Banco Franco-Cubano, con un capital en su momento de cuatro millones de pesos, y clasificaba entre los treinta bancos más importantes del país. Un detalle, por esta calle pasó el primer acueducto de Cuba, una simple zanja, la Zanja Real, no vaya creer usted que era otra cosa. Estamos hablando del año 1592.

Nadie sabe porque ni por quien, pero algún poderoso en Cuba, no sabemos si antes o posterior a la dictadura castrista, se le ocurrió un día, así por sus santos cojones, rebautizarla como "Calle Brasil". ¿A quién coño se le puede ocurrir semejante imbecilidad?.

Y en el caso que haya sido una decisión de la dictadura que me suena probable, no respetaron ni que allí estaba ubicada la oficina del plastilino historiador de la Habana Eusebio Leal, aprendiz de Leuchsenring, que debió tragar en seco y cerrar la boca como siempre hacía. 

Como ha sucedido con otros inventos de este tipo, nadie le llamó de esa manera, prevaleciendo el de Teniente Rey como dios manda. En el año 2022 sufrió un importante derrumbe en una de sus cuarterías próximas, si se pueden llamar así, situada entre esta calle y Muralla.