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MACEO Y CASAL. MAS ALLÁ DE LA IMAGINACIÓN


Una vez leí que el famoso pintor maño, Francisco de Goya, y su amigo Martín Zapater, fueron pareja sentimental. También que el escritor W. Somerset Maugham, casado con la diseñadora británica Syrie Barnardo, mantuvo sonadas relaciones con otros autores como Thomas Mann o H. G. Wells.

Héroes del celuloide, la música o el arte en general, fueron famosos bisexuales igualmente, Isadora Duncan, Joan Crawford, Marlon Brandon, Cesar Romero, (el nieto de José Martí), Billie Holliday, Cary Grant, Greta Garbo, Marlene Dietrich e incluso Katharine Hepburn, que a pesar de aparentar una estable relación con Spencer Tracy, tuvo relaciones con más de ciento cincuenta mujeres.

Es más, recuerdo que la actriz Angelina Jolie dijo una vez en una entrevista que se había «enamorado profundamente» de una mujer, aunque en ese momento no dijo quien. Luego se supo que era Jenny Shimizu, su compañera de reparto en la película Foxfire de 1996. 

Recordemos en el contexto cubano ,como José Martí criticó a la sexualidad de la poetiza  y novelista Gertrudis Gómez de Avellaneda, sobre todo por su mari-machismo poético, pero en realidad la Tula fue una mujer que no se doblegaba ni se humillaba ante nadie, y quizás el apóstol no entendía eso. "Es mucho hombre esta mujer", decía también el crítico literario español Manuel Bretón de los Herreros. En fin, vamos al lío y nunca mejor dicho...

ANTONIO MACEO Y GRAJALES

Partimos de una pregunta: ¿Cómo en un mundo tan homófobo como aquel del siglo XIX, el general Antonio Maceo y Grajales pudo trabar una amistad con alguien que significaba todo lo contrario, el poeta Julián del Casal. Resulta difícil imaginar una amistad como esta, fíjese que alguien como el doctor Fermín Valdés Domínguez, persona culta y estudiada, que incluso conoció media Europa, era un homófobo.

El tema viene dado por un conocido artículo titulado: "Casal y Maceo y la Habana Elegante", de la autoría de Oscar Montero y publicado en 1999, hablamos de la famosa revista fundada el cuatro de agosto de 1883, el autor ofrece un análisis comparativo de las figuras históricas y culturales del poeta Casal y el general Maceo, el guerrero independentista, el mítico héroe conocido como el "Titán de Bronce".

El autor examina el breve, pero significativo, encuentro entre ambos en La Habana en 1890, contrastando sus vidas como representaciones de las tensiones culturales y políticas de Cuba de finales del siglo XIX. Montero explora cómo las narrativas nacionales posteriores polarizaron a estas dos figuras en opuesto, e intenta reconsiderar cuales fueron los límites de estos estereotipos. 

La figura de Maceo, al menos la que se ha construido, nos cuenta un ser casi inmortal, capaz de soportar en su varonil cuerpo más de 25 heridas, al menos es así como la gente prefiere conocerle, en cambio Casal era un hombre enfermo, tísico, débil, triste y deprimido, amante de los kimonos, de los adornos chinos y del sándalo, algo amanerado para la época, que aborrecía a Cuba pero no la abandonaba. "Estoy de Cuba más arriba de las cejas que ya no veo nada", solía decir. 

A Casal nunca se le conoció mujer, y esas que le achacan como María Cay, Juana Borrero, Julia o Ina Lasson, solo fueron inspiraciones para sus poemas. A la primera, matancera y que dicen era una mujer de cuerpo escultural, le dijo: "Mas no te amo. Tú hermosura encierra tan sólo para mí focos de hastío… ¿Podrá haber en los lindes de la tierra un corazón tan muerto como el mío?. 

Aunque nunca lo admitió, se cree que a ella le dedicó "Estatua de carne" del libro "Hojas al viento". Es que cuando Casal describía el erotismo de las mujeres en realidad lo hacía pensando en el sexo contrario, en ese que no se atrevía, pero que describía tan fenomenalmente bien que hasta llegaba a convencer. 

¿imagen apócrifa?
Esta foto ha estado circulando desde hace tiempo en varios sitios en internet, pero podría ser ilegítima. No obstante Juan Marinello como Leonardo Griñán Peralta aseguran haberla visto 

Puede que Maceo, que ya dijimos que proyectaba una imagen totalmente diferente, fuera un hombre sensible y capaz de superar esos prejuicios, que le molestaba el hecho de que Casal pudiera pensar lo contrario. Sabía que el poeta veía en él al hombre capaz de cambiar el destino de Cuba. Existe alguna posibilidad que entre hombres tan disimiles existiera alguna inusual atracción. 

Una vez leí un artículo en Rialta.org, donde se aseguraba que Casals y Maceo llegaron a pasearse del brazo por las calles de la Habana. Lo supieron por una tesis de la doctora Esperanza Figueroa, y si eso fue así en realidad, no cabe dudas que a Maceo le importaba muy poco los comentarios al respecto. 

De hecho, en su estudio de 1936, Leonardo Griñán Peralta afirma lo siguiente: “[Maceo] ve como Julián del Casal tiene por la más alta gloria retratarse junto a él y le obliga a ello”. Resulta difícil entenderlo, lo sabemos, pero todo puede suceder. Durante su estancia en la Habana, Maceo se hospedaba en casa del musico Raimundo Valenzuela ubicada en la calle Villegas, entre Obrapía y Lamparilla.

Aquí un fragmento de lo que Casal vio en Maceo, publicado por Oscar Montero en "La Habana Elegante":

"Sólo he encontrado en estos días una persona que me ha sido simpática. ¿Quién se figura que sea?.. Maceo, que es hombre bello, de complexión robusta, inteligencia clarísima y voluntad de hierro. 

No se si esa simpatía que siento por nuestro General es efecto de la neurosis que padezco y que me hace admirar a los seres con condiciones y cualidades opuestas a las mías; pero lo que le aseguro es que pocos hombres me han hecho tan grata impresión como él.

Ya se ha marchado y no se si volverá. Después de todo me alegra, porque las personas me aparecen mejor a nuestros ojos vistas de lejos".
 
No queremos molestar a nadie, sabemos que el mínimo intento de apartarse del molde estereotipado y preconcebido de nuestros héroes es suficiente para que algunos te salten al cuello, pero el hecho de ser patriotas no le inhibe a nadie sus propios gustos y preferencias.

En un final valientes "amanerados" fueron exaltados, como lo hizo el general Vicente García en su libro "Héroes humildes y los poetas de la guerra" en relación al general colombiano Avelino Rosas, del que ya hemos hablado aquí en otras ocasiones, un patriota que muchos mambises de su época no pudieron igualar su altura. 

Por tanto, saber si Maceo llegó a tener alguna relación con Casal más allá de la amistad, eso nunca lo sabremos. Y como muestra de que no nos abriga ninguna mal intencionalidad, le dejamos este fragmento escrito por el poeta donde se hace evidente la gran admiración que por el guerrero sentía:
 
"Maceo tiene una voluntad de hierro y entusiasmo pico por la causa de la independencia de Cuba. Este es su único ideal. Aunque yo soy enemigo acérrimo de la guerra, me he convencido al oírlo hablar, de que es necesaria e inevitable. Creo que dentro de un año estaremos en la manigua".

Antecedentes: Varios historiadores dejaron entrever también una curiosa y especial relación entre Antonio Maceo y su medico personal Maximo Zertucha. Para empezar, este galeno era el único de toda la tropa que estaba autorizado a compartir mesa con el Titán de Bronce, ni siquiera su fiel escudero, o alabardero más bien, el general catalán José Miró Argenter.

Quizás fuera ese el motivo por el cual cuando Maceo cae mortalmente herido y todos salieron huyendo hacia el campamento, al regreso fuera Zertucha el foco escogido para descargar sus frustraciones. Tanto fue así, que temiendo por su vida decidió presentarse a los Españoles. Así lo entendió el mayor general Mayía Rodriguez que le exoneró de toda culpa. En fin, son opiniones, consideraciones o puntos de vistas de los cuales puede usted estar de acuerdo o no. 

CASAL

Como dato adicional diremos que Casal publicó dos poemarios, "Hojas al viento", en 1890, y "Nieve", en 1892, en cambio no llegó a ver publicado su tercer libro, "Bustos y rimas", que vio la luz un año después. En el quinto tomo de las Obras Completas de José Martí, hay un párrafo que se lee lo siguiente: 

Martí
"Aquel nombre tan bello que al pie de los versos tristes y joyantes parecía invención romántica más que realidad, no es ya el nombre de un vivo. 

Aquel fino espíritu, aquel cariño medroso y tierno, aquella ideal peregrinación, aquel melancólico amor a la hermosura ausente de su tierra nativa, porque las letras sólo pueden ser enlutadas o hetairas en un país sin libertad, ya no son hoy más que un puñado de versos, impresos en papel infeliz, como dicen que fue la vida del poeta".

El apóstol se refería a Casal, fallecido el veintiuno de octubre de 1893 debido a la fisura de un aneurisma seguido de una mortal hemorragia producida por una incontrolada carcajada durante una tertulia en casa del doctor Lucas de los Santos Lamadrid en la calle Prado.

Apenas contaba con 29 años de edad, y contrario a Martí a Casal no le movió mucho la libertad de Cuba, lo que no quiere decir que no la deseara. Ahora bien, literalmente no tenía nada que envidiarle a Martí, incluso varios especialistas en el tema aseguran que como poeta fue superior. 

Habana Elegante
Triste ha sido tambien ver como con el paso de los años la casa donde murió el poeta fue convertida por el castrismo en una cuartería, donde apenas queda una desvencijada tarja de calamina, ni siquiera de bronce, languideciendo en la fachada.

Como si fuera poco, sus restos fueron sustraídos misteriosamente de la bóveda de Rosell-Saurí de la familia Malpica donde habían sido sepultados en el cementerio de Colón, y estas son las horas que no se conoce su paradero. Mejor así, porque con los años aquello se convirtió en una letrina repleta de basura, y un punto de encuentro para que morbosos y fetichistas dieran rienda suelta a su lujuria. Le dejamos un ejemplar de la Habana Elegante del 1894.

En fin que para concluir este tema, no hay indicios ningunos de que Maceo fuera bisexual, pero para que no se alarme usted con el tema por el tema, una personalidad como Thomas Jefferson Withers, prominente político de Carolina del Sur y nada menos que durante la guerra civil, mantuvo una conocida relación con el futuro gobernador James Henry Hammond entonces, ¿por que Maceo no?.

Maldita Hemeroteca

Fuente: Dr Benjamín de Céspedes, "La prostitución masculina" en La prostitución en la Ciudad de la Habana, 1888// Citadas en el texto.