CEMENTERIO DE COLÓN EN LA HABANA: Paz es lo menos que hay


El 27 de Mayo fue un día que marcó la historia de esta impresionante necrópolis situada en el mismo corazón de la Habana, el cementerio de Colón a secas. 

Un valioso y gigantesco campo santo que durante años y años ha sido para el recuerdo de los seres queridos, que se recuerda una historia y por supuesto, el lugar donde nos resistimos a olvidar a aquellos que fueron parte de nuestras vidas y que, de una manera u otra, forman parte también de su historia.

Sin embargo lo irónico es que mientras el Castrismo lo declaraba un "Monumento Nacional" en 1987, por otro lado le ha importado poco el daño que ha estado sufriendo este tesoro mundial, lo mismo por el rigor de los años que por el que le han causado los ladrones que han acabado y profanado todo lo que han querido en sus propias narices. Para ellos es mas grave escribir en una pared "Abajo Raúl" o "Diaz Canel Singao" que los horrores que allí se cometen. 

Como bien dijo una de las fuentes de este trabajo, el periódico español ABC, si hay un lugar en la Habana que refleje la llegada de la revolución y sus consecuencias en la sociedad cubana, ese lugar es sin duda el cementerio de Colón. Por eso, y por muchas cosas más, mejor recordamos algunas de sus más curiosas y famosas moradas.

Panteón del generalísimo Máximo Gómez.

Cuenta la historia que el cementerio de Espada fue la primera necrópolis pública de Cuba y de Hispano América. El proyecto y ejecución de aquel campo santo estuvo a cargo del arquitecto francés Etienne - Sulpice Hallet, que se vino a la Habana en 1800. Fue edificado en un área que forman las calles San Lázaro, Aramburu, San Francisco y Vapor, siendo clausurado en 1878. 

Parejamente a este, estaba el cementerio de los Protestantes, o de los Americanos, y el cementerio de los Ingleses. No obstante el crecimiento de la población habanera, obligó a cerrar este viejo cementerio y comenzar uno nuevo mucho más grande y céntrico. El Cristóbal Colón. 

Para la construcción de este nuevo cementerio, se creó un concurso que fue ganado por el arquitecto español Calixto Aureliano de Loira y Cardoso. La primera piedra del nuevo campo santo se colocó el 30 de octubre de 1871 y las obras fueron concluidas totalmente casi quince años después, en 1886. En 1934 se le efectuó una ampliación.

Luego de esos 15 años de trabajo, las obras constructivas quedaron terminadas en noviembre de 1886, al menos en sus partes fundamentales, mientras que en la Gaceta del 6 al 8 de ese mes, se notificaba como abierto al público. Por ironías del destino, el primer cadáver enterrado en el cementerio el 29 de septiembre de 1872, fue el del propio arquitecto y constructor, Calixto de Loira.

Panteón de Amelia Goyri, la famosa Milagrosa

La Milagrosa

 
La tumba más visitada por los turistas y los locales es la de Amelia Goyri de Adot, más conocida como la Milagrosa. Cuenta la historia que Amelia murió en el parto con su bebe y ambos fueron enterrados. Amelia nació en la Habana en 1877 y pertenecía a una familia de la clase media. Mantuvo un noviazgo desde los siete años de edad con su primo José Vicente con quien se llega a casar, sin embargo la felicidad se acabó al poco tiempo. 
Se asegura que solo el cementerio monumental de Staglieno, en Génova, Italia, supera al de la Habana en  valores e importancia mundial arquitectónica
Amelia murió al año siguiente víctima de unas convulsiones en el mismo parto, cuando tenía apenas 24 años de edad. Aseguran que años más tarde, cuando abrieron la tumba para sacar sus restos al osario, Amelia apareció abrazada a su niño. 

Sin embargo por otro lado se cuenta que eso no fue del todo cierto, ya que en sus papeles no aparece ninguna exhumación por deseo expreso de su marido. Incluso que no fue enterrada tampoco con el feto como asegura esta leyenda. Como quiera, y desde entonces, los locales acuden a la lápida a pedirle milagros y, cuando estos se conceden, las personas involucradas le dejan una nota agradeciéndoselo. 

La tradición consiste en saludarla haciendo sonar una de las cuatro argollas de metal encima de la bóveda, y acariciando la parte inferior de la imagen esculpida. Los visitantes le dan la vuelta al panteón, mientras que van solicitando su petición sin darle la espalda en la retirada. A "La Milagrosa" se le acreditan grandes y milagrosos poderes, al punto de que muchos han pedido su canonización por parte de la Iglesia Católica.

La tumba de la canaria Juana, la reina del dominó

Otro curioso panteón es el de la canaria Juana, conocida como la reina del dominó. Cuenta la historia que Juana Martín, española de las islas Canarias, fue una gran jugadora de dominó que estaba en medio de una partida y solo le quedaba una ficha, el doble 3, con el que esperaba "pegarse". Sin embargo, la contrincante que le tocaba jugar antes tenía un 3-1 y colocó su ficha antes que ella.

Aquí yace Juana Martín y su doble 3

Pero Juana, al ver que ya le era imposible ganar "la data", (partida) se enojó tanto que sufrió un ataque al corazón y quedó muerta "redondo" con la ficha en la mano. Esto ocurrió el 12 de Marzo de 1925. Los amigos de partida, así como sus hijos, reunieron el dinero necesario para hacerle en su memoria una gran pieza de mármol con la fatal imagen del doble tres que la llevó a la tumba.

Monumento a los bomberos. El más impresionante de todos.

En la avenida principal que da acceso a las oficinas centrales del cementerio, encontramos el mausoleo más alto de toda la necrópolis. Este lugar, de gran belleza, esconde una bonita, pero triste a la vez, historia sobre la vida de esos bomberos. 

Había un dueño de una ferretería llamado Isasi, que entre sus productos vendía dinamita de contrabando. Se dice que el hombre incendió su propio establecimiento porque quería cobrar un seguro, cosa que no se sostiene teniendo en cuenta lo que escondía, declarándose un terrible incendio con su respectiva demolición por las explosiones.

Los bomberos y vecinos de la zona intentaron apagar el incendio, pero las llamas eran tan intensas, que los pobres bomberos se abrasaron sin poder salir de la tienda, la vez que otros morían por la caída de los cascotes.

Monumento a los bomberos 

Es por ello que el pueblo cubano recolectó dinero para construir este fastuoso mausoleo. En la torre se pueden apreciar las caras de los bomberos que fallecieron en ese incendio, aunque algunos de los bomberos se pueden ver sus rostros esculpidos de forma duplicada, ya que dicen que el escultor no tenía muy claro como era el del resto de los que murieron en acto de servicio.

Tumba de José Raúl Capablanca:

Es la tumba del único campeón mundial cubano de ajedrez y uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos. Su bóveda resalta por una gran ficha del rey esculpido en mármol blanco, que la hace sobresalir entre todas las vecinas y hace que se divise desde notable distancia. Se trata del talento del artista Florencio Gelabert, quien fuera su amigo personal, y consta de más de un metro de alto con mármol de Carrara.


La muerte le sorprende en 1942 mientras contemplaba una partida en el Manhattan Chess Club de Nueva York. Se levantó a coger su abrigo del perchero, y cayó fulminado al suelo para no despertar jamás. El propio Alexander Alekhine, el ruso borracho y miserable que nunca le permitió la revancha, dijo de él lo siguiente: "¡Ha muerto el más grande ajedrecista de todos los tiempos. Jamás volverá a nacer uno igual!".

En la vida del que fuera el mas grande, hubo algo curioso. Sus familiares descendían de una larga saga perteneciente al ejército español, mientras que Gloria Simoni Betancourt, su primera esposa, era sobrina de la viuda de un general independentista.

Panteón de doña Catalina Laza

Catalina Lasa fue una de las mujeres más bellas de aquella Habana de primeros del siglo XX. Este monumento fue mandado a construir por su viudo, Don Pedro Baró, quien vivió y murió perdidamente enamorado de ella. El panteón, frente del mausoleo de los bomberos, destaca por su estilo Art Decó, pero en especial por su majestuosa puerta considerada una de la más bellas del cementerio; así como por su cúpula de vitrales que permite que el sol ilumine los sepulcros de su interior. 

Una imagen de doña Catalina, y el estado en que se encontraba, en el momento de la foto, el interior de su panteón y su tumba. No sabemos ahora.

Sin embargo hace ya un tiempo se supo que unos ladrones acabaron con ella, además del deterioro que ya tenía producto del tiempo sin reparación. Se dice que fue la primera cubana que se divorció. Cuenta la historia que estando estaba casada, viajó a París y allí se enamoró prendidamente de un cubano adinerado de nombre Pedro Baró.

La mujer quería divorciarse y como no era permitido en aquella época, viajó hasta el Vaticano para pedir la nulidad matrimonial. Finalmente consiguió el divorcio y se casó con su nuevo amado, pero cuando volvió a Cuba, fue mal vista por la población.

"La Pirámide" de José Mata 

Comenzó cuando el romance, ella estaba casada con Luis Estévez Abreu, hijo del vice-presidente de la república Luis Estévez Romero, quien se negó a darle el divorcio. Ellos insistieron en la relación, pero tuvieron que enfrentar durante largos años el rechazo de la sociedad de aquel entonces.
A la llegada de los alzados Castristas en enero de 1959, se procedió a la intervención y expropiación de la necrópolis bajo una resolución No 259 que dictaron como tantas otras.
Finalmente Catalina logró el divorcio otorgado por el Papa y legalizado en 1917 por el presidente Mario García Menocal. En 1926 se inauguró un soberbio palacete en el 406 de la calle Paseo, donde se fue a vivir la pareja. Sin embargo la felicidad duró poco, pues Catalina enfermó y murió en 1930. 

El vandalismo se debió a que se supo que Catalina fue enterrada con todas sus joyas y sepultada bajo una gruesa tapa de mármol de Bérgamo con el objetivo de protegerla, que fuera diseñado todo por la Casa René Lalique de París, un proyecto que se había presentado en el Salón de Artes Decorativas de la capital francesa en 1925.

Se dice que Baró quiso que el panteón de su esposa fuera el más alto del camposanto, pero una directiva ordenaba que ningún monumento podía sobre pasar el de los bomberos antes citado. Lo que no contaba Baró es que con el pasar de los años el "hombre nuevo que formó la invencible revolución Cubana" no creería ni en el sepulcro divino si se lo ponían delante. Don Juan Pedro murió diez años después, y su deseo fue que lo enterraran a los pies de su adorada esposa.


 
Toque dedicado al Taita José y a doña Leocadia en su tumba.

La Tumba de Leocadia y el Hermano José. 

Una de los panteones más populares y visitados de este cementerio es la de Leocadia y el Hermano José, exponentes de la religión yorubá. Leocadia Pérez Herrera fue durante muchos años una médium, o santera, muy famosa de la Habana, que con sus aciertos y premoniciones se ganó el respeto de creyentes y no tan creyentes.

Alcanzó popularidad y respeto porque a ella acudían personas importantes, así como gente de pueblo de bajo nivel económico con mucha fe, que la señora consultaba y muchas veces ayudaba a solucionar sus problemas, penas o dolencias, sin cobrar nunca un centavo. 

El Hermano José, conocido como el Taita José, era el guía espiritual, el "muerto" a la que ella le consultaba. Un espíritu, que por boca de Leocadia realizó grandes obras de caridad. Nadie supo nunca su verdadero nombre ni su procedencia. Según se dice el mismo exigió -desde el más allá- que un artista pintara un retrato suyo y de esa forma sus devotos, además de escucharlo a través de la médium, también podrían observarlo. 

Panteón de Jeannette Ryder y su mascota Rinti

Dicen que en varias ocasiones se intentó fotografiar, pero en todas las fotos salían manchadas de blanco. Según esta historia, Taita José predijo el día exacto de la muerte de Leocadia, y le juró que él también descansaría eternamente junto a ella. Leocadia falleció el 3 de junio de 1963 y fue enterrada en una modesta tumba junto al cuadro de Taita José, acompañada por un cortejo fúnebre impresionante.

Así mismo las hay ciertamente curiosas, como la tumba del arquitecto cubano José Mata, que falleció en 1919, y que imita una pirámide egipcia que fue diseñada por su gran amigo y arquitecto, Armando Gil Castellanos. Se cree que es la única con estas características. También encontramos una muy curiosa, conocida como tumba de la lealtad o de la fidelidad, donde la norteamericana Jeannette Ryder, afincada en Cuba, fue enterrada junto con su perro Rinti.

Ultraje a los monumentos y tumbas 

Hace unos años la web católica "Palabra Nueva", la revista de la archidiócesis de La Habana, ponía el dedo en la llaga en un documentado reportaje donde relataba cómo durante la década de los sesenta la Iglesia católica dejó de administrar el camposanto, pasando a manos del Estado Cubano. 

Entrada principal - o Puerta de Paz - por la calle Zapata y 12. Al fondo, en amarillo y cúpula roja, se ve la impresionante capilla, Y punto central de este extenso campo santo.

En esa época coincidió que muchas familias burguesas dejaron la isla, sus panteones y capillas quedaron abandonados, y encima el ateísmo impuesto a la fuerza se extendió por toda la sociedad. Desde entonces, casi ningún panteón ha escapado a la barbarie; ya no falta nada por robar. 

El ultraje a la memoria de miles de personas sepultadas en las 56 hectáreas que componen el área de esta necrópolis plagada de leyendas, ha estado ocurriendo con mayor regularidad en los últimos meses. Desde próceres de la patria, intelectuales, empresarios, aristócratas isleños, políticos, religiosos, hasta el cubano más humilde, están sepultados en este cementerio.
La Necrópolis de Colón posee más de 56,000 mausoleos, capillas, panteones, galerías u osarios, donde según cálculos están sepultados más de 2 millones de personas en general
Entre el general Máximo Gómez, el escritor Alejo Carpentier o los padres de José Martí, quedaron sepultados gallegos, catalanes, asturianos canarios o vascos y sus descendientes. El monumento de los oriundos de Ortigueira (La Coruña) es el más impresionante de estas comunidades. Por lo general son los que mejor se mantienen, gracias a una pequeña mensualidad que recogen sus administradores.

Tampoco los panteones de los españoles han escapado al vandalismo. Los delincuentes buscaban alhajas entre los restos, incluso de las monjas, como una de las causas de este lucrativo fenómeno. Otros expertos señalan también a la práctica de religiones paganas. La conocida como «paleros», descendiente de las religiones africanas procedentes del Congo y Camerún, utiliza calaveras para sus ritos y se dice que pagan a quien se las consiga. 

Esto lo aseguró un trabajador del cementerio que, desde que fue expropiado por el Castrismo, pertenece a los Servicios Necrológicos de la Dirección Provincial de Servicios Comunales del comunista Poder Popular. Les dejamos un vídeo, donde se pone de manifiesto el sistemático vandalismo que está ocurriendo en este campo santo habanero. 

Maldita Hemeroteca

Fuente: ABC / Datos obtenidos en Internet / Vídeo de Martí Noticias. 

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