La vida y la muerte de Mella se reducen a cenizas y nunca mejor dicho


Un día como hoy, 27 de noviembre pero del 1933, llegaban a Cuba -desde México- las cenizas del líder comunista Julio Antonio Mella. 

La muerte de este marxista jamás fue aclarada por la policía mexicana, y debido a esta incertidumbre fue que la izquierda aprovechó, y aun lo sostienen, para señalar como autor al entonces presidente cubano, y ex general de la guerra de independencia, Gerardo Machado y Morales, un argumento tan simplista como irrisorio a la vez. 

Aún hoy, 27 de septiembre de 2023, existe una sola prueba que lo demuestre, en cambio lo que sí fue un hecho constatado fue lo incómodo que resultó Mella para el partido comunista Mexicano y, sobre todo, para los dirigentes en Moscú. De eso no hablan los que defienden esa teoría, claro está. 

Machado cometió crímenes políticos, eso no es secreto para nadie, pero que objetivo tendría asesinar a Mella si fue él, precisamente, quien firmó su amnistía durante la huelga de hambre y permitió, además, que se marchara a Guatemala desde donde pasó a México, que era entonces una especie de nido o refugio comunistas por aquellos años. 

Sinceramente, sin defender a nadie, ¿qué sentido tendría matarlo en México y no en Cuba, sobre todo con el follón internacional que esto significaba?. Todo muy raro. Sería bueno recordar que, por si no lo sabe, que Mella tuvo que renunciar a la dirección de la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Habana, a la que había sido elegido en 1922, por el sectarismo que siempre le caracterizó. 

De hecho un año después lo detuvieron por la supuesta colocación de una bomba en un famoso teatro, y fue entonces que se declaró en huelga de hambre hasta que fue liberado. Debido a su incesante activismo político fue expulsado de la Universidad, e incluso hasta del propio partido Comunista y no le quedó más remedio que exiliarse en México.

A su llegada en 1928, en la "Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos", su actitud partidista entró rápidamente en conflicto con el comunista Mexicano, fiel al Kremlin Estalinista y liderado por el mexicano Rafael Carrillo y el miembro de la  Internacional Comunista Richard Francis Phillips, quienes tomaron de inmediato una posición frontal contra Mella. 

¿Porque?...

Todo indica que las ideas de Mella se posicionaron a favor de León Trotsky, líder disidente soviético asilado allí, de hecho la propia revista que funda Mella en ese país, "Tren Blindado", llevó el símbolo de Trotsky precisamente, lo que viene a demostrar en buena parte esta teoría.

Es aquí donde entra a jugar su papel un tipo extremadamente peligroso como el italiano Enea Sormenti, alias Carlos Contreras o Vitorio Vidali, un extremista de izquierda que en 1921 huyó de Italia tras la victoria del dictador Benito Mussolini. A él - se dice - se le encargó el asesinato de Mella. 

Este italiano, que había estado en Cuba antes de viajar a México, se relacionó allí con un "selecto grupo" compuesto por Tina Modotti, David Alfaro Siqueiros, Gustavo Machado, Augusto César Sandino y Farabundo Martí. Todo indica que fue la comunista Tina Modotti, la Matahari italiana, la agente secreta del Komintern en Polonia, Rumanía y Hungría, la encargada de "pegarse" al Cubano mediante un supuesto romance amoroso. 

Modotti había sido señalada anteriormente en el intento de homicidio del entonces presidente Pascual Ortiz Rubio; lo cual declaró el fotógrafo Edward Weston, su amante secreto mientras se encontraba casada con el pintor y poeta francés Roubaix “Robo” de l’Abrie Richey. La policía mexicana encontró en su estudio fotográfico la parafernalia que se iba a emplear en el asesinato de este mandatario, que había sido electo en 1930 en unas fraudulentas elecciones.

Al final la "inofensiva Modotti" trabajó para Moscú en el aparato ejecutivo del SRI, donde fue responsable durante varios años de la sección latinoamericana, nada mas y nada menos. Sabía mucho, dicen, por eso murió en un taxi en 1942. 

Su partida de defunción reza "infarto cardíaco", otros, en cambio, aseguran que fue envenenada, lo que no nos extraña visto lo visto. De hecho el muralista mexicano Diego Rivera, comunista hasta los tuétanos, aseguro que su muerte se produjo "al estar demasiado ligada a Vidali". Al final la Procuraduría del Distrito, encargada de efectuar la autopsia, nunca concluyó nada.

Total que otro comunista, el señor Juan Marinello Vidarrueta, asilado en México, fue quien trajo las cenizas a Cuba cuando Machado ya había sido destituido. A propósito, este Marinello, junto a Blas Roca y Salvador García Agüero, fue uno de los que aprobó la carta magna de 1940 durante el periodo presidencial de Fulgencio Batista. En ese momento era delegado comunista a
la Asamblea Constituyente. 

Incluso al
año siguiente, y gracias a la democracia que después ayudó a cercenar junto al Castrismo, fue candidato a la presidencia del país por el partido Socialista Popular. En fin, que si tenemos que creernos que el comunismo fue inocente de esta muerte, a pesar de que nunca lo probaron, .... ¿Por qué concluir que Machado lo fue entonces?.

Maldita Hemeroteca
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