Breve historia de un oficio muy antiguo


A mediados del siglo XIX, España estableció en Cuba los primeros reglamentos que pretendían organizar - bajo vigilancia municipal - los burdeles oficiales registrados con un control sanitario.

Distintas enfermedades venéreas como la sífilis o la gonorrea, generaron auténticos estragos entre los varones comprendidos en edades productivas, tanto desde el punto de vista económico como reproductivo. En el caso concreto de Cuba, esta situación sanitaria se agravó con los conflictos armados entre los ejércitos españoles e independentistas en la segunda mitad de esa década.

El problema cobró mayor relevancia en las ciudades, que se caracterizaron siempre por una abrumadora mayoría de población masculina. A ello coadyuvó la situación de la isla y el papel dado a esta por la Corona española. El movimiento continuo de inmigrantes, soldados y marineros, propio de toda ciudad portuaria —sobre todo en una ciudad de tan alto volumen comercial e importancia como La Habana— originó una ingente presencia de hombres en estado de soltería y la consiguiente demanda de sexo femenino.

Para 1873 se puede decir que no existía un único barrio, es más, diremos que toda La Habana Vieja era un gran centro de prostitución. Para intentar paliar de algún modo esta situación, se establece una normativa que regule las casas toleradas y sus estructuras . Así, el artículo 20 del Reglamento de 1873, estipulaba que las amas y prostitutas habitarán los pisos altos.

En el censo de burdeles y prostitutas según el color de la piel hecho en La Habana en 1869, encontramos un total de 498 prostitutas. De ellas solo 19 eran pardas y 27 negras, lo que supone un 9% del total lo cual es una cifra realmente reducida en comparación con el resto. Otros datos nos muestran que en 1874 y 1875 existían unas 400 prostitutas inscritas y que, tres años después, el número llegó a 500. Así se mantuvo hasta 1886.
Si estudiamos los porcentajes entre las prostitutas de color y las blancas observamos que, al menos dentro del submundo que supone la prostitución reglada, son las blancas las que tienen mayor porcentaje, aunque con un claro declive que va desde el 76,1 % en 1873 hasta el 56,8 % en 1887.

Ese mismo año de 1873, el gobernador político Antonio Pérez de la Riva ordena que en vista del crecido número de prostitutas existentes en la ciudad “por las naturales causas de la guerra”, se inscriban con objeto de establecer una cuota para cubrir los gastos originados por la creación de una plaza de médico higienista, así como una sección especial administrativa.

Según el historiador cubano Manuel Moreno Fraginals, el negocio de la prostitución de negras y mulatas esclavas y también libres llegó a sus más altas cotas hacia la mitad del siglo XIX, cuando hubo que agruparlas en tres, luego en cuatro y hacia 1888 en cinco demarcaciones de la ciudad de La Habana.

Con respecto al protagonismo que fueron alcanzando estas mujeres en la sociedad cubana, ese mismo año de 1888 se produjo en Cuba - y tal vez en América - un hecho inaudito, cuando las prostitutas aparecieron como protagonistas e impulsoras de un periódico destinado a defender sus intereses. ¿Su nombre?, "La Cebolla", periódico ilustrado y órgano del partido de su nombre dirigido por Victorino Reinieri.

Este periodista tendría un objetivo político a la hora de publicar el semanario, pues La Cebolla intentaba desmantelar los valores sobre los que se basaba el discurso nacional defendido por las élites criollas. La Cebolla y su discurso sexual, ayudó a comprender cómo fue utilizada la sexualidad femenina para la creación de la identidad nacional por los grupos sociales en un momento histórico tan convulso.
 
Desde principios del siglo XX hay referencias del control que la nueva metrópoli trató de establecer sobre el fenómeno de la prostitución. Entre las medidas de cumplimiento inmediatas dictadas por el primer gobierno de ocupación norteamericano estuvo el saneamiento de la isla y, para el control de las prostitutas, el establecimiento de “casas de tolerancia” en las que se ubicaban a las meretrices en una región específica de la ciudad.

La prostitución había sido asimilada como un mal social necesario, según la tradición agustiniana de la Edad Media, donde ella aportaba, a pesar de todo, una especie de servicio. Por lo tanto, lejos de eliminarla buscaron como alternativa un espacio por y para el ejercicio del “viejo oficio”. No solo se heredaba esta tradición, sino que se afianzaba cada vez más en la sociedad cubana, amparado en mayor o menor medida por los gobiernos de turno.

En los años veinte se comienza a combatir.

La moralización de las costumbres iniciada por el gobierno de Mario García Menocal (1913-1921), y continuada por Alfredo Zayas (1921-1925) y Gerardo Machado (1925-1933), se extendió aún más. La persecución de este tipo de vicios conllevó a su sanción. Se comienza a cerrar algunos establecimientos donde se practicaban manifestaciones inherentes a la prostitución y que eran comunes en la República. 

De esta forma se cerraron teatros o academias de bailes en las que las mujeres realizaban sus actividades desnudas, se persiguió el juego y - como es lógico - la prostitución propiamente dicha. En tal sentido la moral, y las costumbres de la época, se hicieron sentir con mayor peso. A pesar de ello la prostitución persistió y no solo eso, se afianzó, sobre todo en las décadas de los 40 y los 50, aprovechando la relajación moral que caracterizaron estos años.

En 1951, el ministro de Gobernación publica una comunicación dirigida al pueblo cubano. En ella abogaba por la prohibición de la prostitución y aseguraba, además, que llevaría a cabo una ofensiva para erradicarla de la sociedad. Sin embargo, esto no logró eliminarla; al contrario, aumentaron y de manera clandestina.

REVOLUCIÓN CASTRISTA

Uno de los que le hizo la peor propaganda a la mujer Cubana fue el propio dictador Fidel Castro. ¿Cuántas veces habrá escuchado usted decir... "En 1959 Cuba era el prostíbulo del mundo" y además se daba el lujo de citar que habían miles prostitutas en un país con una población de 6 millones de habitantes, según arrojaron los datos del censo de 1953.

Dijo que el número de mujeres Cubanas entre los 14 y los 50 años, (la edad más propia para ejercerla) era de 460 mil dentro de una población de 6 millones de personas, lo que suponía que una de 4,6 Cubanas era una puta y lo que es peor aún... ¡Que en cada hogar cubano había un prostíbulo!.

---Las prostitutas son perseguidas por el régimen castrista señaladas por el delito "estado peligroso", un tipo de concepto de criminalidad social por el cual son encausadas judicialmente---

Todavía existen cretinos que no son ni capaces de echar mano de una simple calculadora, y continúan repitiendo como cotorras semejantes barbaridades. Por suerte existe gente seria y que no delira como este enfermo. Por ejemplo la Dra. María Elena Benítez Pérez, que en su libro, "Características sociodemográficas de la familia cubana 1953-1970 de la editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1979", cifra el número de prostitutas cubanas ese año en 11, 500.

"Jineteras" Cubanas. Así se les denomina peyorativamente

En 1961, el Gobierno promulgó la Ley 993, con la que hacía pública y oficial su posición contra la prostitución y el proxenetismo. Y como ha sido típico en los sistemas comunistas, lo que hizo fue internarlas en granjas e intentar "rehabilitarlas". Desde entonces las consideraron como una “lacra social”. En aquellas granjas llamadas "escuelas" y que aparecieron en varios lugares del país, se les obligaba a aprender otros oficios.

Yanet: “Llevo en esta lucha desde los 13, los fines de semana a eso de las diez estoy entre Coppelia y el malecón, a la altura del Hotel Deauville, hasta encontrar algún yuma [turista extranjero]”, cuenta. Yanet quiere estudiar medicina. “Mi padre es médico, su sueldo mensual, unos 50 dólares, lo puedo ganar yo en una tarde. (El País.es)

Una de ellas se estableció en el Wajay, a las afueras de La Habana, tomó el nombre de “América Libre” y ocupó los terrenos de la finca "La Comparsa", propiedad del músico Ernesto Lecuona, antes de ser confiscada por el régimen. Para entonces, sólo en la Habana existían a fines del año 1961 más de 5000 mujeres que, de una forma u otra, vivían de la prostitución, la gran mayoría procedían de zonas rurales.

(Fuente: Sexo y Revolución. Escuelas para prostitutas en Cuba / Abel Sierra Madero).

En unas declaraciones de la argentina Elena Reynaga en noviembre de 2021, ex prostituta y secretaria ejecutiva de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), en relación con la situación de las trabajadoras sexuales en Cuba aseguró que la negación de la realidad por parte del régimen Castrista condenaba a las prostitutas a la persecución, y a no poder defender sus derechos.

Hoy Cuba sí es un prostíbulo lastimosamente, al punto de que la mayoría de los hombres que viajan a la isla van a por ella. Y lo que es peor aún y que no existía antes de su maldita revolución, que el número de menores de edad que la ejerce es incalculable e incluso, la pasividad de la población ante este flagelo le hiela la sangre a cualquiera. 

---Desde el CENEX, Mariela Castro, la hija de Raúl castro, lesbiana y supuesta defensora de los derechos gays en la isla, asegura que en Cuba no existe ninguna razón económica que estimule la prostitución ,y que los obstáculos para erradicarla van desde la falta de experiencia de las autoridades, la tolerancia y la aceptación por las familias de que esas mujeres venden sus cuerpos---

Las trabajadoras sexuales en Cuba no están reconocidas ni protegidas, sino que son estigmatizadas socialmente por el Gobierno. Desde hace décadas a las mujeres que ofrecen sus servicios sexuales a extranjeros se les denomina "jineteras", un término peyorativo que muchas suelen cargar de por vida. El Código Penal vigente no castiga explícitamente la prostitución, pero el Artículo 73 considera "estado peligroso" a todo aquel que incurra en alguno de los índices de "peligrosidad" siguientes: "la embriaguez habitual y la dipsomanía, la narcomanía, y la conducta antisocial".

Arlen: “Me animé a acostarme con hombres a los 13 años por curiosidad, ya que una compañera lo hacía. Conseguía dólares a diario y me encantaba ese poder adquisitivo. Luego dejé la escuela y empecé a desaparecer de casa con más frecuencia. Acabé en una casa de citas clandestina hasta que detuvieron a los dueños en una redada”. (El País.es)

No es de extrañar que la exitosa obra del escritor cubano Amir Valle, "Habana Babilonia ó Prostitutas en Cuba ó Jineteras" haya sido censurada hasta prohibirse definitivamente, siendo incluso uno de los mayores éxitos literarios en los últimos años. En Cuba se torna muy difícil precisar el número de prostitutas que existen, y no solo en la Habana, en el resto del país sigue siendo un número que asusta.

El 30 de noviembre de 1971, Fidel Castro dijo en uno de sus discursos: “En nuestro país, la prostitución se erradicó hace muchos años. En nuestro país, todas esas tristes y horribles cosas de una sociedad explotadora ya no existen”. Otra de sus grandes mentiras y otra muestra de la hipocresía de ese régimen que son - al parecer - perfectamente consientes del filón económico que este negocio representa.

Maldita Hemeroteca
Fuente: Internet.
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