Historia de Tropicana: Los inicios (I parte)

Villa Mina, los terrenos donde fue construido el cabaret Tropicana. // 

Este trabajo lo hemos dividió en partes por la amplia información que abarca. La historia de Tropicana no se escribe en dos pliegos por muy concisa que se haga, de manera que trataremos de hacerlo en partes que encontrará - si le apetece claro- y siempre a la espera de que sea de su agrado.

EL ORÍGEN 

Se cuenta que un señor llamado Víctor de Correa, un experimentado promotor de espectáculos italo brasileño, llega a Cuba acompañado de su esposa la cupletista española que se hacía llamar artísticamente "Teresita de España", procedente de Panamá donde operaban un cabaret.

En la Habana abre el "Edén Concert", un night club situado en la calle Zulueta entre Ánimas y Virtudes, al fondo del hotel Sevilla, y contrata a los coreógrafos Sergio Orta, Julio Richards y Henry Bell, cuyas evoluciones llevarían el respaldo de la orquesta del compositor Alfredo Brito. Con el tiempo "se levantan ciertas leyendas y rumores" sobre este lugar, y como resultaba pequeño decide buscar otro sitio más amplio y que reuniera ciertos requisitos, como la posibilidad de tener juego y crear espectáculos de mayor envergadura. 

"Villa Mina" era una quinta de recreo que se encontraba en la Avenida "Truffin", llamada así por el apellido de su propietario que vivía en Marianao, localidad situada al oeste de La Habana. La finca tenía una superficie de alrededor de una caballería cubierta de frondosos árboles y cuyo propietario, Regino Truffin, cónsul de Rusia en Cuba, dejó en manos de su viuda doña Mina Pérez Chaumont. 

Esta propiedad había sido objeto de innumerables fiestas donde sus propietarios agasajaban a sus amigos, por lo que era muy conocida de la sociedad en esa época. Además, sirvió de alojamiento por algunos meses al embajador de los Estados Unidos en Cuba. Esta viuda, negra quizás, se casa en segundas nupcias con un senador del gobierno del presidente de los EEUU, Franklin D. Roosevelt, pero el destino quiso que enviudara nuevamente. 

En medio de la crisis económica de finales de los años treinta, Correa le hace proposiciones que ella acepta inmediatamente: arrendó la casa-quinta por cien pesos mensuales que en ese momento era una cantidad a considerar. Al parecer Correa tenía la intención de montar allí, bajo las estrellas, una especie de restaurante campestre rodeado de una exuberante vegetación, además de tener la posibilidad de organizar grandes espectáculos, sobre todo salas de juego acogiéndose a la nueva "Ley del Tesoro", dictada por el presidente Alfredo Zayas, que autorizaba el juego en la zona de Marianao. 

A tal efecto arrienda inicialmente el antiguo comedor de la residencia a un jugador llamado Rafael Makarov, representado por un coronel de la dictadura militar de apellido Ferrer. Para montar los espectáculos se hizo acompañar del experimentado Sergio Orta y de la orquesta de Alfredo Brito. Así las cosas, el 31 de diciembre de 1939 inaugura el "Boite Du Nuit", como inicialmente quiso llamarlo Correa, con una capacidad aproximada de trescientas personas y una pequeña sala de juego que resultó del agrado de los asistentes. 

Mina Pérez Chaumont y su segundo esposo

La construcción original consistía en una plataforma con acceso por los laterales y una pista circular de baile. El escenario aparecía como escoltado por una palma a cada lado, que, aparentemente, sostenían una placa volada en singular simetría y alarde de equilibrio. El bar estaba retirado del salón, desde donde se apreciaba el show cómodamente y todo elaborado básicamente con caña brava. El aprovechamiento de la flora del lugar, donde se destacaban las palmas, entre ellas las conocidas como "palma cana", le daba un toque realmente singular. 

EL NOMBRE DE TROPICANA 

Su moderno diseño y exquisita decoración, acompañados de su bien iluminada vegetación, lo identificaba como un lugar exótico y sensual, y su mobiliario, construido sobre la base de fibras vegetales simulando el mimbre, ofrecía un ambiente campestre muy acogedor. En los meses siguientes Sergio Orta escucha la canción Tropicana compuesta por Alfredo Brito a solicitud de Correa, que fuera grabada en la casa situada en Calzada del Cerro No 1269, y decide utilizarla como tema del inicio de los espectáculos. 

Brito la llamó de esta manera teniendo en cuenta la vegetación y las citadas "palmas canas". De hecho al unir las dos palabras resultó el nombre de Tropicana, siendo rebautizado el cabaret con esta denominación el 31 de diciembre de 1940. Muy poco tiempo estuvo cerrado el Edén Concert. Julio Burger, un cubano hijo de alemán, lo reabre con el nombre de "Zombie Club", cuya especial atracción era la ya popular orquesta Casino. 

Su pista circular permitía el cambio de orquestas simultáneamente. Con el tiempo se convertiría en uno de los preferidos de los habaneros. De esta manera surgía un nuevo centro nocturno que unido al "Sport Antillano", al "Rumba Palace", "Pennsylvania", "Chaflán", "Panchín", "Mi Bohío Colonial", "Kurssal" e incluso el modesto "Choricera", conformaban los lugares nocturnos recreativos más conocidos de esa época y sin dejar de nombrar a los poderosos "Gran Casino Nacional", "Sans Soucci" o el "Summer Casino de la Playa" . 

Fin de la primera parte 

(Condensado de Arte por excelencias // del libro inédito "Tropicana: Tras los Arcos de Cristal")
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