Terroristas al amparo del Castrimo 1


Potts junto a su esposa Cubana en las inmediaciones de la embajada de EEUU en la Habana

El norteamericano Williams Potts pasó 13 años encerrado y condenado por piratería aérea. Su nombre reapareció en los medios norteamericanos cuando aprovechando la administración del presidente Barack Obama y estando viviendo en Cuba, decidió volver a Estados Unidos luego de pasar casi tres décadas al amparo de los Castro. 

Un 27 de marzo de 1984, con 27 años, el miembro de las "Panteras Negras", ala ultra izquierdista en la lucha por los derechos civiles de los negros en EEUU, le hizo llegar una nota a Carl Gamble, capitán de la nave del vuelo 337 de Piedmont Airlines, justo antes de mostrarle un arma y encerrarse en el baño con una supuesta bomba en su poder. En ella le aseguraba que podía hacer estallar la aeronave, y reivindicaba la acción por sus "hermanos Sudafricanos". De paso criticaba la intervención estadounidense contra el gobierno sandinista de Nicaragua. En fin...

--Se trataba de William Potts Jr., alias "teniente Espartacus", quien había secuestrado un avión que partió de Newark, New Jersey, con destino a Miami y que obligó a seguir rumbo hacia la isla comunista, amenazando la vida de los 57 pasajeros y la tripulación, amenazándoles con que tenía una bomba en su maleta.--

Esta especie de Ernesto Guevara de tez negra, pensó que sería recibido en la Habana con bombos y platillos, e incluso hasta pensó que le darían capacitación militar por parte del ejercito Cubano para enfrentarse al gobierno de su país. Sin embargo luego de liberar a los 57 rehenes de la nave, lo metieron en una prisión. Más tarde los tribunales cubanos le juzgaron y le sentenciaron a 15 años de cárcel por el delito de piratería aérea. Y salió bien, porque cientos de jóvenes cubanos de muy poca edad, purgan condenas mayores por el "delito" de pedir libertad en las calles.

Al salir de prisión, y durante los siguientes 16 años, se dedicó a la agricultura con ingresos de unos 10 dólares mensuales. Se casó con una cubana de nombre Aimée Quesada y, como casi todos ellos, se convirtió al islam. Al parecer sus dos hijas no compartieron las mismas inquietudes revolucionarias y políticas de su querido padre, y en 2012 partieron hacia a EEUU definitivamente. A raíz de esta partida, a Potts se le ocurrió la idea de un posible regreso.

En territorio de los Estados Unidos

No fue una decisión fácil ni inmediata. Potts solicitó, sin respuesta, un indulto al presidente Barack Obama y también propuso un acuerdo a la fiscalía federal de Miami. 

“He vivido con la culpa de qué hubiera pasado si el avión se hubiera caído, entonces no tenía esa perspectiva, pero ahora la tengo y la tendré hasta el día que me muera", dijo el terrorista ahora arrepentido y agregó: "Hubiera sido responsable de todas esas muertes, pero en el sentido legal soy libre. Cometí el crimen y cumplí mi sentencia por eso. Pagué el precio por el crimen que cometí, merezco una segunda oportunidad”. 

Aunque no mostró su disposición a pedir perdón a la tripulación y a los pasajeros secuestrados, algunos de ellos ya fallecidos. Pero a principios del 2017, la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana lo escuchó, e inició los trámites para su regreso. Sin embargo a su llegada al aeropuerto de Miami, le arrestaron con cargos de piratería aérea penados en EEUU con 20 años de cárcel e incluso cadena perpetua.

En 2017 los fiscales optaron por acusar al auto titulado "teniente Espartaco del Ejército Negro de Liberación" de secuestro en vez de piratería aérea, un acuerdo que le daba la posibilidad de invalidar una sentencia obligatoria de 20 años de prisión, teniendo en cuenta los 13 años que estuvo recluido en Cuba. "En Cuba estuve recluido en en una celda oscura e infestada de gusanos, era como un Gulag soviético, donde sufrí golpizas de los carceleros. Además sufrí malnutrición, disentería y neumonía", aseguró Potts a los medios.

Fuente CNN // Internet
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