Jesús Menéndez. La historia no contada

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Recién finalizó la zafra azucarera en Cuba y, según publicaron los medios locales el régimen esperaba apenas alcanzar algo más de las trecientas mil toneladas de azúcar. Ni siquiera en la zafra del 1898, plena guerra de independencia en que los destrozos a la economía plagaban la isla, se vio tanto desastre azucarero.

Dijeron entonces que la modesta meta tenía como objetivo la recuperación de un sector que, como se ve, sigue siendo un desastre con muy pocos centrales funcionando, varios menos que en la zafra anterior. Y a leer esto, no pudimos evitar preguntarnos, ¿Qué hubiera pensado el protagonista de esta historia que, hasta que ocurrió su muerte, la peor zafra que conoció la republica fue de 1,2 millones de toneladas en 1901.

Como es habitual, el castrismo culpa a todo el mundo. Lo mismo al clima, a la falta de organización, de financiación, de piezas de repuesto, de materia prima y de transporte, pero en cambio no señala a los corruptos responsables que dirigen esta otrora importante rama de la economía. Muy lejos quedaron los tiempos en que la isla era reconocida como "La Azucarera del Mundo". En este caso nos referíamos al líder azucarero Jesús Menéndez Larrondo, un tipo que sentía tanto el azúcar en sus venas que hasta su vida le costó. 

Un tipo como este, colérico e irascible, hubiera explotado ante los mendrugos que dirigen hoy esta industria. Puede, incluso, que del cabreo que hubiera agarrado, un par de tiros le hubiera pegado a más de uno. Sin embargo no son estos los mismos tiempos, ahora ya le hubieran domado ese recio carácter como se lo han domado a todo un pueblo. Un comandante Guevara le hubiera enseñado "tres o cuatro cosas" al impulsivo mártir azucarero. 

Existen varios documentos relacionados con el juicio a que fuera sometido el entonces capitán Joaquín Casillas Lumpuy, relacionado con la muerte de Jesús Menéndez ocurrida un 28 de enero de 1948 en aquel apeadero de trenes de Manzanillo, que difieren bastante a la narrativa habitual del régimen castrista. Son declaraciones que ya tienen algunos años, pero que fueron hechas por testigos que presenciaron, "in situ", aquel fatal incidente. 

Incluso las del propio oficial Casillas que comparecía en calidad de acusado, y que fueron publicadas por el investigador y profesor universitario, Newton Briones Montoto, hermano de Antonio, aquel guerrillero castrista que resultó muerto en Venezuela. 

El señor Newton Briones Montoto, fallecido hace unos meses en un intento de atraco en la 5ta avenida de Miaramar, fue miembro del MININT (Interior) por espacio de 28 años, hasta que la purga generada por el escándalo de la droga, le obligó a una jubilación forzosa. Uno de los tres hijos suyos, de nombre Ulises, era propietario (o lo es todavía, no sabemos) del famoso local "The Place" en la ciudad de Miami Beach. Eso es solo un detalle.

LOS HECHOS

Concretando un poco, diremos que el entonces general y jefe nacional de la policía, Enrique Hernández Nardo, designó al cabo No 85 B de investigaciones, Enrique Chartrand, para que efectuara las diligencias investigativas pertinentes en torno a este caso que provocó la muerte de Jesús Menéndez, así como las heridas a varios de los militares, y así dice del informe: 

Cabo No. 211. OFICIAL DE GUARDIA. Al Jefe del Bureau de Investigaciones. –JEFATURA Ratificación: Folio. 403 Ciudad. Señor: 

En cumplimiento a lo ordenado por su Superioridad según telefonema No. 302 de fecha 25 de enero ppdo., designándome para efectuar una amplia investigación en relación con los hechos acaecidos en la Ciudad de Manzanillo y en los que resultara muerto el Representante a la Cámara por la provincia de Las Villas, Sr. Jesús Menéndez Larrondo, tengo el honor de informarle que he practicado la investigación ordenada, de la cual resulta lo siguiente: 

HECHOS Y CIRCUNSTANCIAS: …

Que el día 22 de enero ppdo., en horas de la tarde, el Capitán del Ejército Joaquín Casillas Lumpuy. MM Jefe del Escuadrón 13 de la Guardia Rural perteneciente al Regimiento No. 9 “General Calixto García”, regresaba de la Jefatura del referido Regimiento y al llegar a la Estación del Ferrocarril del Central “Mabay”, el Cabo Eugenio S. 

Rodríguez M.M., perteneciente al Escuadrón 35, le informó verbalmente por orden del Comandante Manuel Hernández Hernández M.M., Inspector Auxiliar del Regimiento, que el Sr. Jesús Menéndez Larrondo se dirigía al Central “Estrada Palma” con el propósito de incitar a los trabajadores para que paralizaran la molienda, motivo por el cual el referido Capitán Casillas abandonó el tren en la estación de Yara para dirigirse al referido Central “Estrada Palma”. 

Ya en el tren que habría de conducirlo a dicho lugar, hubo de encontrarse con el Sr. Menéndez Larrondo en el cual era acompañado por el Representante a la Cámara Sr. Francisco Rosales y por el Sr. Manuel Quesada…En tales circunstancias y después de cruzarse los saludos rituales, el capitán Joaquín Casillas comenzó a tratar de convencer al Sr. Menéndez Larrondo de que no debía realizar los actos que se proponía por ser los mismos contrarios a las leyes, respondiendo el Sr. Menéndez que mantendría su criterio ante los trabajadores y enjuiciando a la vez al Gobierno de la República. 

Esto dio lugar a que el Capitán Casillas le reiterara su opinión en el sentido de que el acto que pretendía realizar era contrario a la Ley, y que él como militar no podía consentirlo. Así las cosas, recurrió a su condición de legislador y la inmunidad que lo amparaba, girando la conversación durante el viaje sobre la misma cuestión… 

(Jesús Menéndez era representante a la cámara por el Partido Socialista Popular)

Que al llegar el tren a la Estación Ferrocarrilera de Manzanillo, cuando habían abandonado el vagón #8 en que viajaban, ya sobre la acera del andén el Sr. Menéndez, trató de improvisar un meteen (sic) a sus parciales allí reunidos, y al ser amonestado por el Capitán Casillas se volvió diciéndole: 

“ESTO LO HAGO COMO REPRESENTANTE Y COMO HOMBRE”  

Acto seguido, extrayendo un revólver que portaba produjo dos disparos contra la persona del referido Capitán, alcanzando con uno de los proyectiles al Soldado José Manuel Alarcón Jiménez que lo acompañaba, causándole una herida en la región temporo-parietal izquierda de carácter grave, como consecuencia de la cual lo hizo caer al pavimento.

Ante esta súbita e inesperada agresión de que estaba siendo objeto, en un gesto instintivo, natural y lógico de defensa, el Capitán Casillas extrajo la pistola de reglamento que portaba, repeliendo la agresión y haciendo ocho disparos, logró alcanzar con tres de ellos a Menéndez Larrondo y una vez eliminado el agresor y el peligro que el mismo suponía para su vida, se concretó a auxiliar al soldado Alarcón conduciéndolo a la Clínica del Dr. Piña donde fue asistido, mientras por su parte los acompañantes del Sr. Menéndez prestaban atención a su amigo. 

Estos hechos fueron presenciados entre otras personas por los ciudadanos OBDULIO VERDECES RAMOS, vecino de General García No.163 en Bayamo; MANUEL CEDEÑO GARCIA de Céspedes No.127 en la propia ciudad, el Cabo de la Policía Nacional No. 4135 OLIMPIO LEON NARANJO perteneciente a la Sección de Manzanillo, así como los choferes de la "piquera de taxis" de la estación de ferrocarriles de Manzanillo, Sres. JOSÉ MARTÍ CASTRO, MATIAS CORTES DÍAZ y RICARDO FERNANDEZ SANTANA, los cuales relataron los hechos en la forma y circunstancias descriptas.

"El momento de confusión que se produjo fue aprovechado por los acompañantes de Menéndez Larrondo para hacer desaparecer el arma con que el mismo había realizado la agresión, en su afán de preparar una cuartada en su favor pero sin prever que sujeta al cinturón del referido Sr. Menéndez se hallaba la funda correspondiente a dicho revolver y la cual fue ocupada inmediatamente después de ocurrido el hecho. 

Además quedó destruida esta coartada por la prueba pericial practicada por los técnicos del Gabinete Nacional de Identificación (Dpto. de Química Legal) que al someter a los reactivos micro químicos correspondientes los guanteletes de parafina aplicados a ambas manos del Sr. Menéndez, estos arrojaron un resultado francamente positivo en cuanto a la existencia de productos nitrados producidos por deflagración de la pólvora en la cara dorsal de la mano derecha, y cara dorsal y palmar de la mano izquierda. 

La localización de los productos nitrados en la cara dorsal de la mano derecha ofrece su interpretación la característica que se observa cuando la persona ha hecho recientemente disparos con un arma de fuego; y los de la mano izquierda las mismas características; que se observan cuando esta región del cuerpo se encuentra dentro del cono de deflagración de la pólvora. Además, se encontró restos en el puño de la manga derecha de la guayabera que vestía.

…Así mismo estimo mi deber significarle que en el pasamos de la plataforma trasera del coche No.8 en que viajaban el Capitán Casillas y el Sr. Menéndez y sus acompañantes, se observó un impacto producido por proyectil de armas de fuego y junto a las paralelas fue hallado un proyectil calibre 32 para revolver, habiéndose ocupado además en la pared lateral derecha de la caseta de la Estación Ferroviaria.

Otros dos proyectiles calibre 45 que resultaron ser idénticos en sus canales y estriado, al proyectil hallado en el cadáver de Menéndez, fueron disparados por la pistola del reglamento del Capitán Casillas, no así el proyectil calibre 32 ocupado en las paralelas el cual corresponde a los disparados por el arma utilizada por el occiso al iniciar la agresión. La Habana, 16 de febrero de 1948. De Ud, respetuosamente, Enrique Chartrand. Cabo 85. B. de investigaciones".

Lo que nunca quedó claro fue la forma en que murió este capitán, para entonces coronel Casillas. El dictador Fulgencio Batista sabía que podía serle útil a la hora de defender la ciudad de Santa Clara del asedio de los alzados de Fidel Castro, y con esa intención lo sacó de la cárcel y lo ascendió a comandante en 1956. 

Su detención, tras la caída de la ciudad, fue el fuelle que terminó por impulsar a Batista abandonar el país como lo hizo. El 1 de enero de 1959, después de la batalla de Santa Clara, Casillas fue detenido por las tropas del comandante argentino Ernesto Guevara, y hasta ahí llegó su historia. Nunca se supo como, y en que circunstancias, Casillas apareció muerto al siguiente día con varios disparos. 

Los hombre de Guevara dijeron que estando detenido el prisionero había intentado escapar, pero viendo quien era el personaje que lo tenía en custodia, no cabe la menor duda que Casillas Lumpuy pagó al fin la muerte del senador Menéndez. De cualquier forma le hubiera pasado por las armas con toda probabilidad. El implacable argentino se encargó de resolver el incordio y, de paso, le ahorró el preciado tiempo al sistema jurídico Castrista que, a partir de ese momento, entraría en una frenética actividad que llevó al paredón a miles de supuestos colaboradores del anterior régimen.

EN RESUMEN

Que a juzgar por el artículo del señor Montoto, fue Jesús Menéndez quien, presa de su carácter impulsivo, cometió varios errores que llevaron a este violento desenlace. Primero eludió ser detenido, argumentando inmunidad por su escaño en la cámara de representantes y, segundo, que utilizó su revólver para impedirlo, hiriendo gravemente a un soldado de un disparo en la cabeza.

¿Fue así como sucedieron los hechos?... ¿Los testigos eran de fiar?... ¿Fue en defensa propia como argumentaron?. Al menos, que sepamos, no hubo declaraciones contrarias por parte del doctor Carlos Rafael Rodríguez, que como abogado acusador de la familia, logró meter entre rejas a Casillas, acusado de asesinato en la causa No 91 de 1948. 

Se supone que esos expedientes deben estar ahí registrados en los archivos del caso. De su defensa se encargó el Dr José Miró Cardona, quien fuera primer ministro y embajador de Cuba en España en los dos primeros años de la revolución, antes de asilarse finalmente por motivos políticos. (El Dr Cardona era hijo del general e investigador mambí, el Catalán José Miró Argenter).

La muerte de Jesús Menéndez no fue la única. Otros dirigentes sindicales como el portuario Aracelio Iglesias o los tabaqueros Miguel Fernández Roig, Amancio Rodríguez o José Oviedo también fueron víctimas de aquella violencia. En este caso la muerte de Jesús Menéndez resultó un duro golpe para la clase obrera que, a partir de aquí, fue representada por otros líderes sindicales como el holguinero Ursinio Rojas Santiesteban, quien le sustituyó en 1948 en la Federación Nacional Obrera Azucarera FNTA

Fuentes:"Muerte de Jesús Menéndez, una historia mal contada". Newton Briones Montoto
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