ENRIQUE HUERTA: La teoría conspirativa de Fidel Castro (VI y Final)

El doctor Enrique Lelio Huerta Corvalán, casado, médico de profesión e intendente de Palacio de la Moneda, fue detenido el 11 de septiembre de 1973 al salir el último grupo de personas que se encontraban en el interior, en momentos en que el palacio estaba siendo bombardeado. 

Fidel Castro durante su visita a Chile. 

Los miembros de la Guardia Presidencial y otras personas permanecieron en el Palacio hasta que recibieron la orden del Presidente Salvador Allende de salir, lo que se hizo por una puerta de calle Morandé No 80. Allí fue detenido y trasladado al Regimiento Tacna donde permaneció hasta el 13 de septiembre, fecha en que fue conducido en un camión militar con destino desconocido. 

Cincuenta años después, tendría hoy 88 años, continúa desaparecido. Sin embargo, este es el hombre que - no pocas fuentes - aseguran que le dio el tiro de gracia a un agonizante Salvador Allende, tras el supuesto tiro que se pegó en el rostro. Minutos antes había contraído esa responsabilidad con su jefe, para que este caso "culminara la obra". 

Ese mismo día, el Hospital Militar confirmó el suicidio y sus restos fueron enterrados en secreto y sin identificación en el cementerio Santa Inés, de Viña del Mar. Su esposa, Hortensia Bussi, su hija Laura Allende, dos sobrinos y el comandante Roberto Sánchez, fueron los únicos presentes en la despedida. Luego, el 4 de septiembre de 1990, el presidente Patricio Aylwin quiso volver a enterrarlo con los honores de Estado que merecía. 

Antes... 

Las Tropas Especiales del Ministerio del Interior cubano habían ayudado a organizar la seguridad de Allende durante la visita de Fidel Castro a Chile en 1971. El jefe del Departamento América del Partido Comunista de Cuba, Manuel Piñeiro, estuvo varias veces en Chile, y desde allí mantuvo a Castro siempre al día de la evolución de los hechos. 

Según la CIA, la inteligencia cubana (DGI) llegó a tener 54 agentes que reportaban para Cuba al minuto. Ocho días después de asumir la presidencia, y desoyendo una petición del embajador estadounidense Edward Korry para que no estableciera relaciones con Cuba, Allende anunció la normalización de las relaciones diplomática con la isla. 

Para el 10 de septiembre, la embajada cubana en Santiago estaba acuartelada y con órdenes de repeler ataques sin salir del recinto, y prestar ayuda a Allende sólo si éste la requería. La dirección político-militar estaba al mando del embajador Mario García Incháustegui, el encargado político Juan Carretero, y los oficiales Patricio de la Guardia, Ulises Estrada y Fernández Oña.

Hace unos años que el gobierno chileno hizo un pulso decidido para investigar todo lo que ocurrió durante la dictadura militar que terminó en 1990. Entre estas investigaciones estaba la aclaración de la muerte de Salvador Allende, para lo que recurrieron al destacado antropólogo forense español, Francisco Etxeberria.

Hay que decir que la primera autopsia que se le hizo a Allende se realizó en el año 1973, y el forense determinó que Allende se había quitado la vida con el mismo fusil AK-47 que Castro le había regalado. En cambio, en el año 2011 otro forense chileno realizó un segundo informe, y en ese aseguraba que el mandatario había sido asesinado. 

A su juicio, el orificio de entrada de la bala por el mentón no coincidía con el de salida por la parte trasera del cráneo. Fue por eso que decidieron contactar con alguien tan capacitado como el forense vasco Etxeberria, y que el gobierno chileno mandó a buscar un año después. 

Augusto Pinochet Ugarte.

Luego de una nueva exhumación, observar los restos, las fotos y revisar las declaraciones recogidas, este medico, junto a un equipo internacional que le acompañó más observadores de la Cruz Roja, llegaron a la conclusión que la no coincidencia de los orificios de entrada y de salida se había debido a los gases del proyectil, con lo cual era perfectamente posible que la bala hubiera sido desplazada y saliese por el parietal del cráneo.

Su propia hija y senadora socialista, Isabel Allende, agradeció el trabajo de estos expertos y dijo que la conclusión ratificaba "que la dignidad del gesto del presidente" tranquilizaba a la familia, que siempre creyó en la versión de los que vieron que Allende se quiso quedar solo en su despacho momento antes de su muerte.

El suicidio que tanto había afirmado el medico personal de Allende, el Dr Oscar Soto Guzmán, y por el cual había sido tan criticado por los izquierdistas, al final era cierto. Con los años este doctor defendió de nuevo su versión en el libro, "El ultimo día del Salvador Allende", una obra testimonial que arrojó luz sobre lo que ocurrió dentro de La Moneda en esos instantes.

Y claro, esta versión nada tenía que ver con la ortodoxa de la izquierda Chilena, alimentada por Fidel Castro y el escritor colombiano Gabriel García Márquez. Eso, para no entrar en otra mucho mas siniestra que nunca pudo ser probada, pero que igual fue defendida por el periodista francés Alain Ammar, cuando señaló a Patricio de la Guardia como el verdadero autor. Decisión que se tomó en la Habana, a raíz de que en altos círculos del gobierno ya se hablaban de un plebiscito. 

La pintoresca fábula de Castro fue aceptada por muchos desde la emoción y el dolor, sin llegar a comprender siquiera las intenciones políticas que llevaban. Al final la muerte de Allende cobró un sentido simbólico a pesar de todo, cuando a pesar de todo Castro consiguió dibujarlo como un Che Guevara. 

Fin. 

Maldita Hemeroteca

Fuente: 
La Tercera/El Diario.es/ nuso.org/
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