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El día que el general Antonio Maceo resucitó literalmente de la muerte.

La Mansión en Nicoya, Costa Rica

En Nicoya, localidad situada al sureste de Costa Rica, fue donde el general cubano Antonio Maceo creó una comunidad agrícola en torno a su residencia "La Mansión". Allí vivieron muchos cubanos emigrados que encontraron cierto alivio económico a su exilio.

La mayoría eran mambises, como Flor Crombet, sus hermanos José y Tomás Maceo, Agustín Cebreco, Arcid Duverger, Patricio Corona, Juan Ferrera, -alias Baracoa-, Elizardo Maceo Rizo y un tal Pedro González Valón (o Balón) que llamaban "Pitipié"*, y que al parecer se convirtió después en uno de los miembros de su escolta.

Sobre este último, el periodista e historiador santiaguero Joel Nicolás Mourlot Mercaderes, considerado como uno de los más informados en torno a la historia de a familia Maceo Grajales en Cuba, narró un hecho muy curioso y significativo que ha sido poco tocado por la historiografía Cubana de esa época.

Lo hace citando la obra "Apuntes para una historia de su vida", del célebre investigador José Luciano Franco fallecido en la Habana en 1989. Se trata la difícil etapa de Antonio Maceo en la manigua cubana a mediado, y finales, del año 1870, cuando era de los pocos que aguantaba "el temporal Español". 

En uno de aquellos combates, Maceo recibió una andanada de balas que pasaron a formar parte de su increíble relación de heridas recibidas. Los hechos se remontan a las horas posteriores a un combate celebrado en la localidad de "Potrero de Mejía", en el año 1877, cuando la paz del Zanjón ya estaba en la mente de casi todos los rebeldes Cubanos, menos en la de él y de otros pocos.

Primeramente hay que decir una cosa, y es que algunas publicaciones recogen varios combates en los cuales se sitúa a Maceo como protagonista, cuando en realidad nunca estuvo en ellos. Es por eso que precisamos bien con diversas fuentes históricas y sí, efectivamente, este encuentro sucedió en ese lugar en el año 1877, y Maceo salió de allí de gravemente herido.

Entre las ocho heridas (no seis como plantea el relato) que recibió, tres le impactaron en una mano que se la dejó inutilizada para siempre. Al parecer, y según relato de este supuesto escoltas "Pitipé" y que recoge el periodista Mourlot en sus investigaciones, Maceo tuvo que ser evacuado mientras era perseguido. Una vez fuera del alcance del enemigo, en el momento justo en que iba ser sepultado creyendo que estaba muerto, "resucitó de la muerte".

Así se lo contó a María Cabrales años después en una carta fechada en 1897, donde le enviaba sus condolencias a raíz de la muerte - esta vez constatada - de su esposo en la localidad de San Pedro. También sería bueno aclarar que solo se trata de una anécdota personal de este mambí, ya que otras fuentes apuntan a que no fueron seis las heridas como relató en la carta, si no ocho.

Al parecer cinco de ellas le impactaron en el pecho y otras tres le alcanzaron la mano derecha, que es la que utilizaba el Titán para blandir su machete y empuñar su revólver. Al respecto, el generalísimo Máximo Gómez deja apuntado en su diario personal lo siguiente:

«Acontecimiento es éste que me pone en situación más apurada, pues no hay un jefe idóneo a quien pueda encargar el del destino que deja Maceo; mientras tanto los españoles activan las operaciones». 

A continuación le envía una nota al médico de Maceo donde le decía: 

«Dile a mi amigo Maceo que me diga todo lo que quiera que haga por él, que ¡ojalá! un poco de mi sangre pudiera servirle de bálsamo prodigioso!”».

Esta acción fue ante las tropas comandadas por el general Sabas Marín y González que, aunque algunas personas se aventuran a decir que no estuvo allí, otras verificadas aquí en España sí dan cuenta de su presencia en la isla desde el 12 de junio de 1869, cuando fue destinado a Puerto Príncipe donde intervino en diversas acciones combativas en calidad de comandante general del ejército español.

Y otra cosa que ni el mismo Mourlot dijo, quién cosió a balazos a Maceo fueron los soldados del general dominicano Varela, leal a España, quien le tendió la emboscada. Eran tiempos en que el ejercito libertador no atravesaba sus mejores momentos, pues las deserciones en Camagüey y las Villas, se producían prácticamente a diario.

Como un dato estremecedor diremos que en ese mes de noviembre de 1877, solo en Camagüey hubo más de 1800 mambises que fueron hechos prisioneros, murieron o se entregaron a las fuerzas Españolas, los llamados presentados, y como consecuencia se perdieron 649 caballos y mulos, así como nada menos que 489 armas de fuego.

Puntos de Vista

Fuente: Diario de campaña de Máximo Gómez // Registro historiográfico Maceista // Maceo y sus proezas de Aurelio Sánchez y Gerardo Lebredo.// Las guerras mambisas // Santiago Perinas.

*Pitipié: vocablo derivado de pie pequeño en francés