martes, 25 de abril de 2023

Historias de vulgares terroristas y valientes luchadores por la libertad.


Este 25 de abril, pero del 2003, el dictador Fidel Castro intentaba justificar ante el mundo el asesinato cometido contra tres ciudadanos cubanos acusados de terrorismo. 

Días antes, los jóvenes Lorenzo Enrique Copello Castillo, de 32 años; Bárbaro Leodán Sevilla García, de 22, y Jorge Luis Martínez Isaac, de 40, habían sido fusilados luego de un juicio que, entre la defensa y su apelación, no alcanzó a llegar ni a las 24 horas. Ni siquiera sus madres fueron comunicadas a tiempo de la aplicación de la sentencia. 

“Un coronel me dijo el jueves que había que esperar que los papeles bajaran del Consejo de Estado, pero al día siguiente, el viernes, amanecieron muertos”, declaró Ramona Copello, madre de Lorenzo, a la emisora Radio y Televisión Martí. 

Varias personalidades en el mundo mostraron su rechazo ante este asesinato. Por ejemplo la posición del ex presidente español Jose María Aznar en este sentido, quedó resumida en una frase: "En el PSOE hay muertos y víctimas de diferente condición. Nosotros queremos para los cubanos lo mismo que deseamos para los españoles: un proyecto de paz, concordia, libertad y democracia". 

Aznar había criticado abiertamente que el gobierno socialista de Jose Luis Rodriguez Zapatero y el secretario general de izquierda unida, Gazpar Llamazares, muy activos en contra de la guerra de Irak por aquellos días, hubieran guardado silencio ante este vil asesinato.

"Los secuestradores deben saber que serán sometidos a juicio sumarísimo en los tribunales correspondientes y no deberán esperan clemencia del Consejo de Estado", advertía un amenazante Castro

Por otro lado reconocidos artistas e intelectuales españoles, incluso muchos de ellos alineados históricamente con la izquierda, y con Castro en especial, suscribieron un manifiesto contra las ejecuciones. Artistas e intelectuales como Pedro Almodovar, Mario Vargas Llosa, Juan Echenove, Fernando Savater, Joan Manuel Serrat, Fernando Trueba, Joaquín Sabina, Miguel Ríos, Ana Belén, Leonor Watling, Víctor Manuel y el brasilero Caetano Veloso, fueron algunos de ellos. 

Por su parte Castro en Cuba, conocedor de esta campaña de descredito internacional que había creado, intentaba justificar su asesinato de esta manera: "Había que cortar radicalmente aquella ola de secuestros. Había que aplicar sin vacilación alguna las sentencias impuestas por los tribunales y ratificadas por el Consejo de Estado".

No solo eso, amenazó con seguir aplicándola en este caso, cuando agregó amenazante que mantendrá la pena de muerte y que sería aplicada sin clemencia y en juicios sumarísimos a secuestradores de naves, como forma de atajar un potencial conflicto migratorio que pudiera desembocar en un conflicto militar con Estados Unidos.  

"Los secuestradores deben saber que serán sometidos a juicio sumarísimo en los tribunales correspondientes y no deberán esperan clemencia del Consejo de Estado", dijo además el tirano. En realidad estaba literalmente "cagado de miedo" ante la posibilidad de que esto sucediera, puesto que la llegada de varios aviones secuestrados desde Cuba hacia Estados Unidos, en ese momento en guerra con Irak, suponía ese riesgo. 

En marzo de ese año, un avión DC-3 con 35 personas a bordo había aterrizado en el aeropuerto internacional de Cayo Hueso. Además dos semanas antes Castro había montado en cólera, cuando el que fuera jefe de la sección de intereses de EEUU en la Habana, James Cason, había visitado a la disidente Marta Beatriz Roque en su propia casa.

Charlie Hill: viviendo en Cuba desde 1971 siendo buscado por el FBI. Fue acusado de la muerte del agente de policía de New México, Robert Rosenbloom.

Como ya hemos publicado en este sitio, en Cuba otro grupo de artistas e intelectuales rubricaron vergonzosamente un documento de apoyo a Castro y su asesinato, entre ellos los músicos Leo Brouwer, Silvio Rodriguez, Amaury Pérez, el escritor Miguel Barnet, la cantante Omara Portuondo o los ya fallecidos, bailarina Alicia Alonso e historiador de la Habana Eusebio Leal, entre otros firmantes.  

Solo agregar que en la acción de esta lancha, de nombre Baraguá, no ocurrió ni el más leve daño entre las personas que viajaban ajenas al secuestro, sin embargo varios asesinos que siguen siendo buscados por el FBI en los Estados Unidos, y por demás fueron secuestradores de naves aéreas igualmente, han sido protegidos por Fidel Castro en la isla.

-- Assata Shakur, (Joan Chesimard) madrina del rapero asesinado Tupac Shakur que formó parte de la Black Liberation Army, una organización que luchó por la autodeterminación de los negros en Estados Unidos, se esconde en Cuba. Se busca por asesinato de un policía en New Jersey desde 1973 .

-- Charlie Hill es otro de los terroristas norteamericanos que se benefició del régimen Castrista hace casi 50 años. El FBI le busca por haber asesinado a un oficial de policía en Nuevo México y secuestrado un avión con dirección a La Habana.

-- Ishmael Muslim Ali. (Ronald Labet) que fue encontrado culpable y sentenciado a cadena perpetua luego de disparar y provocar la muerte de 8 personas en Islas Vírgenes, vive en la isla como si nada. Luego de un traslado a la ciudad de Nueva York en la Noche Vieja de 1984, secuestró la nave, tomó su mando y forzó al piloto poner rumbo a la Habana. 

"El profesor" Joseba Sarrionandia

Por otra parte el periódico español "El País", en un artículo publicado el 20 de mayo de 2012, informaba de una colonia de ETARRAS, buscados por la justicia Española, que se encontraban escondidos en Cuba, y lo hacía citando a un alto funcionario cubano refugiado en Madrid.  

Etarras como Miguel Ángel Apalategi, alias Apala, Luciano Eizaguirre, de Txutxo Abrisketa, José Miguel Arrugaeta, Maya Eguiguren, Josu Abrisqueta, Ignacio Rodriguez Munoa, Ignacio Echarte o José Ángel Urtiaga, se escondían en Cuba o, habían sido deportados por Francia siendo prófugos de la justicia Española.

Así mismo "El Mundo" aseguró por su parte que Elena Bárcena Argüelles y Javier Pérez Lekue, también se encontraban refugiados en Cuba, e igualmente uno de sus dirigentes, Larretxea Goñi, falleció enfermo en 1997 estando residiendo en Cuba. En algunos habían escapado de Cabo Verde, donde habían sido desterrados, y encontraron refugio al amparo de Fidel Castro.

El rotativo español Vanguardia, en artículo de EFE publicado el 5 de mayo del 2018, aseguraba que Joseba Sarrionandia, (regresó al País Vasco en 2021) que escapó de la prisión de Martutene escondido dentro de un altavoz tras un concierto, se encontraba ocupando una plaza de lector en la Universidad de La Habana por el Instituto Etxepare, dedicado a la "difusión de la lengua y cultura vascas".

Para nadie es un secreto que antiguos grupos terroristas como el irlandés IRA, de Nicaragua el Frente Sandinista, los de Sendero Luminoso del Perú o el ELN de Colombia, Castro les daba el especial tratamiento de "movimientos de liberación nacionales". 

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