.

HOMBRES SIN MUJER. SIEMPRE SE APRENDE ALGO

Reclusorio nacional, Castillo del Príncipe, en la Habana

Cuando se habla de novela cubana se piensa en Lezama Lima, Cabrera Infante, Severo Sarduy, Alejo Carpentier o Lisandro Otero, no se a memoria, pero que tal si la historia nos cuenta que hubo un gallego -"aplatanado en Cuba"- que fue colosal, y que incluso los superó a todos.

Digamos que su obra superó a "Paradiso" de Lezama Lima, "Tres tristes Tigres" de Cabrera Infante, "Antes que Anochezca" de Reinaldo Arenas o "Amistad Funesta" de José Martí, e incluso superó la primera en la historia de la literatura cubana, "Cecilia Valdés o La Loma del Ángel", de Cirilo Villaverde. Uno se queda totalmente asombrado como semejante afirmación.

No queremos decir con esto que exista un determinado ranking de novelas ni de novelistas, pero tras un poco de "estudio individual" llegamos a la conclusión de que "Hombres sin Mujer", de Carlos Montenegro Rodriguez, publicada en 1938, fue una obra maestra de la literatura Cubana tan colosal, que según el criterio de los críticos mas reconocidos, no tiene rival en las letras cubanas.

En cambio .... ¿cómo puede ser posible que sea tan poco conocida?. Incluso el autor, porque ni en Galicia donde nació, ni en Cuba donde se hizo famoso, tampoco lo fue. En fin resumiendo, que según los que saben desde 1938 que la publicó en México, "Hombres in Mujer" está considerada como la mejor novela de todos los tiempos dentro de la literatura Cubana.

PERO ¿QUE PASÓ?

El tema fue que en 1918, en uno de sus regresos a la Habana, el marino Carlos Montenegro se ve implicado en un hecho de sangre que al parecer fue en defensa propia, lo quisieron asaltar, aún así fue condenado a varios años de prisión en el penal habanero del "Castillo del Príncipe", y más tarde trasladado al "Presidio Modelo" de Isla de Pinos.

De esta dura experiencia en el "Príncipe", es con la que impregna el dramatismo de esta dichosa novela. Aunque nacido en Galicia, hijo de un militar español que peleó en la guerra de Cuba, y de una madre masona y pro separatista, Montenegro está considerado además como uno de los mejores narradores cubanos del siglo XX.

Un tipo como él, forjado entre mineros, leñadores o marineros, no iba a permitir semejante que unos tipos cometieran semejante afrenta a su honor. De ahí que echara mano de una navaja que llevaba oculta, y uno de sus asaltantes - porque el otro huyó - no pudo hacer el cuento. 

Montenegro
Ni siquiera la defensa propia lo salvó de la cárcel. Fue condenado por homicidio a catorce años, ocho meses de privación de libertad. 

Fue allí, en la cárcel, donde Montenegro comenzó su vida literaria. De esas experiencias se se nutre, y entre las obras que creó se encuentra esta novela que luego lo encumbró como lo hemos detallado.  Además, que aunque había nacido en la aldea gallega de "Puebla del Caramiñal", en la Coruña profunda, siempre se consideró Cubano. 

REGRESO

En 1907 sus padres deciden regresar a La Habana en busca de un futuro mejor, y luego de un periplo que le llevó a la Argentina, se alista en la Marina en el barco "El Julia". De 1914 a 1918 anduvo por Puerto Limón, Río de Janeiro, La Guaira, Veracruz, Nueva Orleáns, Nueva York y la Habana. Este oficio lo alternó con el de leñador en Canadá, de minero en Pont Henry; y como empleado de una fábrica de municiones en Pennsylvania. Sin embargo es en la Habana donde se complicó su existencia.

Gracias al editor de la influyente Revista de Avance, el poeta matancero José Zacarías Tallet, Montenegro empezó a enviar sus escritos desde su celda a las principales revistas Cubanas de la época, como Social, Carteles, Bohemia, Chic y en la página cultural del Diario de la Marina. En 1928, todavía preso, obtuvo el primer premio de cuentos de la revista Carteles, con "El renuevo" y, un año después, apareció publicado su primer libro bajo el sello de la Revista de Avance, "El renuevo y otros cuentos", de 1929.

Fue entonces que los intelectuales cubanos, entre los cuales se encontraban Enrique José Varona, José Antonio Fernández de Castro, Emilio Roig de Leushering, Juan Marinello y el propio Zacarías Tallet, bajo la orientación del criminalista español Jiménez de Asúa, comenzaron una recogida de firmas para lograr que el entonces presidente de la república, Gerardo Machado y Morales, le conmutara su pena. 

Finalmente fue indultado en 1931, luego de haber cumplido once años de durísima prisión. Casado con Emma Pérez, conocida periodista con la que contrajo matrimonio estando en la cárcel, Montenegro comenzó a trabajar como reportero del periódico Hoy, y al poco tiempo publicó "Dos barcos", su segunda colección de cuentos en 1939. 

De filiación comunista y simpatizante del bando republicano, al estallar la guerra civil española se marcha a su patria como corresponsal de guerra, una nueva experiencia que dio como fruto "Tres meses con la fuerza de choque", sus vivencias dentro del grupo dirigido por el anarquista y coronel Valentín González, alias "El Campesino".

En 1938, a instancias del criminólogo español Luis Jiménez de Asúa, el mismo que había asesorado en su excarcelación y enfrascado en presentar en un congreso en Viena una indagación sobre la reforma penitenciaria, comenzó Montenegro a redactar un testimonio sobre las condiciones de la cárcel cubana que acabó por apasionarlo.

Lo que debía ser un panfleto tipo alegato en contra de la vida en prisión, terminó por convertirse en una novela extraordinaria e injustamente olvidada, "Hombres sin mujer", no solo una de las grandes novelas de la literatura cubana, también latinoamericana, tras ser publicada en México por la editorial Masas. En veinte capítulos, Montenegro relata la sordidez de la cárcel, la desesperada vida sexual de un grupo de reclusos y convirtiendo aquel libro en una obra de arte. 

Infante
De esta novela escribió Guillermo Cabrera Infante:

«Extrañamente en español habrá que esperar hasta la publicación de El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, en 1976, que es una ficción creada por la imaginación de su autor, para encontrar un libro que pueda ser semejante.

[...] La novela es un antecedente de Genet. (Jean Genet). Mejor que Genet, porque no contiene la carga de literatura pseudorromántica con que Genet idealiza el crimen. 

Además, Montenegro nunca fue ladrón. Se libró así de publicar un canto al robo con fractura y pederastía. Hombres sin mujer es no sólo una gran novela cubana, sino del idioma español, sin comparación posible»

En la década de los cuarenta, Montenegro fue uno de los escritores que más estimularon la narrativa cubana basada en las gestas independentistas, la de 1895 en especial. En 1944 sería galardonado con el premio "Hernández Catá" por su cuento "Un sospechoso", e incluso de su viaje a la aldea de 1953, Pobra do Caramiñal, se inspiró para escribir "El regreso".

No deja de llamar la atención que siendo comunista convencido no haya comulgado con el triunfo de la revolución castrista de 1959. De hecho, por este motivo es que se marcha de Cuba y, después de una breve estancia en México y en San José de Costa Rica, se establece finalmente en la ciudad de Miami en 1962. Allí murió -pobre y olvidado- en 1981.

Añadir que Montenegro dejó varias obras sin estrenar, entre ellas otra de corte carcelario como "El mundo inefable", donde plasmó su vida en una cárcel mexicana, donde fue a parar acusado de ser un supuesto agente de los Estados Unidos y traficante de armas.

Maldita Hemeroteca


Fuentes: Articulo "Hombres sin mujer y un extraño personaje llamado Carlos Montenegro" de Abilio Estévez, 1954. // Cabrera Infante, Guillermo, «Montenegro, prisionero del sexo», en Vidas para leerlas, Alfaguara, Madrid, 1998.