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Teniente coronel Theodore Roosevelt y parte de su compañía Rough Riders. // |
Hacia las ocho de la mañana del 14 de junio de 1898, las Compañías Marítimas “C” y “D” y aproximadamente cincuenta cubanos avanzaron por los cerros para apoderarse del Pozo del río Cuzco, en las inmediaciones de Sagua de Tánamo, en Guantánamo pues su pozo era la única fuente de agua dulce en la zona.
Esa era la razón por la cual esa región estaba defendida por cuatro compañías de infantería españolas y dos compañías de fuerzas guerrilleras leales - Indios de Yateras entre ellas - que sumaban un total de unos 500 hombres. A las 15.30 horas, los españoles habían abandonado el campo de batalla y habían cesado todos los disparos. La mayoría consiguió escapar, pero un teniente y 17 soldados fueron capturados.
En total sufrieron 210 bajas, 60 muertos y 150 heridos, mientras que por el otro bando dos mambises y dos marines resultado heridos. El pozo fue destruido y ni siquiera los vencedores pudieron beber su agua ante la sospecha de que, en la huida, los españoles la hubieran envenado. A las dos horas llegó el agua potable a bordo del USS Dolphin. En total los marines más mil mambises, pudieron controlar una fuerza de siete mil soldados españoles.
Menos de una semana después de la rendición de Santiago, la base de la Bahía de Guantánamo se utilizó para lanzar la invasión hacia Puerto Rico. El 12 de agosto finalizó la Guerra Hispanoamericana con la firma del protocolo de paz y un armisticio, pero la nueva base naval estadounidense no fue arrendada formalmente a Cuba hasta 1903.
Hoy, toda aquella zona escenario de la batalla es un cementerio. "Cuzco Well Cemetery", una de las joyas escondidas de la base naval de ultramar más antigua de los Estados Unidos, que su composición recuerda al Cementerio Nacional de Arlington en Washington. Cuzco es parte de la historia tras 127 años de aquellos hechos.
Hay más de 330 personas enterradas aquí, de una amplia variedad de nacionalidades y ocupaciones: marinos mercantes, trabajadores civiles de la base y exiliados cubanos yacen juntos en esta tranquila zona de tierra, a pocos metros de las aguas cristalinas y los acantilados rocosos de la línea costera cubana. Su entierro más reciente fue en agosto del año pasado, cuando falleció Rupert Ivan Bambery, un ciudadano jamaicano que vivió en la base durante 65 años.
--De manera oficial, el camposanto solo está abierto en esta base de 6000 residentes durante el Día de los Caídos, una tradición que comenzó en 1988. --
Curiosamente, entre las lápidas de Cuzco hay más de 80 que pertenecen a niños. La gran mayoría de las fechas grabadas son de mediados de los años cincuenta hasta los sesenta; a algunos les faltan por completo las fechas de nacimiento o muerte. La mayoría vivió apenas unos días antes de ser enterrados. De los pocos en la base interesados en la historia del cementerio, aseguran que los pequeños fueron víctimas de una epidemia. Se cree que son bebés de refugiadas haitianas.
Tambien están sepultados marineros estadounidenses, marinos mercantes griegos y noruegos, marineros de las armadas británica y brasileña del acorazado São Paulo, que murieron de influenza a principios de la década de 1920, y jornaleros cubanos que se unieron a Estados Unidos después de la revolución de 1959.
Lo restos más antiguos son los de Kumaji Makamota, un marinero que murió en un accidente a bordo del acorazado USS Indiana mientras navegaba frente a la bahía de Guantánamo. Los registros de la Marina muestran que nació el 4 de julio de 1873 en Nagasaki, Japón, se alistó a los 25 años en la ciudad de Nueva York y murió en febrero de 1902 cuando trabajaba como cocinero en la sala de oficiales.
En una de las lápidas reza: “refugiado cubano desconocido” murió el 27 de enero de 1994". Las más recientes pertenecen a cubanos que se mudaron a la base en la década de 1960, que en su mayoría eran jornaleros que eligieron el lado estadounidense en los primeros y tensos días de la revolución encabezada por Fidel Castro, o buscaron refugio por el acoso que sufrían por seguir trabajando en la base.
El cementerio se encuentra al pie de uno de los sitios más históricos de la base: Cuzco Wells, la única fuente de agua dulce durante la guerra hispanoamericana por la estratégicamente vital Bahía de Guantánamo. Las fuerzas estadounidenses y cubanas tomaron los pozos en junio de 1898, plantando una bandera en un territorio que, más de un siglo después, sigue en manos estadounidenses.
Cinco años después de apoderarse por primera vez de Cuzco Wells, Estados Unidos firmaría el tratado de relaciones cubano-estadounidense, que cedió el control del territorio de 45 millas cuadradas a Estados Unidos por el módico precio anual de dos mil monedas de oro en concepto de alquiler. Actualmente, esa cantidad se traduce en un cheque de 4.085 dólares, que el régimen de Fidel Castro sólo ha cobrado en una ocasión.
Tambien están sepultados marineros estadounidenses, marinos mercantes griegos y noruegos, marineros de las armadas británica y brasileña del acorazado São Paulo, que murieron de influenza a principios de la década de 1920, y jornaleros cubanos que se unieron a Estados Unidos después de la revolución de 1959.
Lo restos más antiguos son los de Kumaji Makamota, un marinero que murió en un accidente a bordo del acorazado USS Indiana mientras navegaba frente a la bahía de Guantánamo. Los registros de la Marina muestran que nació el 4 de julio de 1873 en Nagasaki, Japón, se alistó a los 25 años en la ciudad de Nueva York y murió en febrero de 1902 cuando trabajaba como cocinero en la sala de oficiales.
En una de las lápidas reza: “refugiado cubano desconocido” murió el 27 de enero de 1994". Las más recientes pertenecen a cubanos que se mudaron a la base en la década de 1960, que en su mayoría eran jornaleros que eligieron el lado estadounidense en los primeros y tensos días de la revolución encabezada por Fidel Castro, o buscaron refugio por el acoso que sufrían por seguir trabajando en la base.
El cementerio se encuentra al pie de uno de los sitios más históricos de la base: Cuzco Wells, la única fuente de agua dulce durante la guerra hispanoamericana por la estratégicamente vital Bahía de Guantánamo. Las fuerzas estadounidenses y cubanas tomaron los pozos en junio de 1898, plantando una bandera en un territorio que, más de un siglo después, sigue en manos estadounidenses.
Cinco años después de apoderarse por primera vez de Cuzco Wells, Estados Unidos firmaría el tratado de relaciones cubano-estadounidense, que cedió el control del territorio de 45 millas cuadradas a Estados Unidos por el módico precio anual de dos mil monedas de oro en concepto de alquiler. Actualmente, esa cantidad se traduce en un cheque de 4.085 dólares, que el régimen de Fidel Castro sólo ha cobrado en una ocasión.
Fuentes: New York Times
BuzzFeed.News.