Rey emérito, el huésped distinguido de los Fanjul Gómez Mena

De izquierda a derecha el rey emérito Juan Carlos, el entonces presidente dominicano Danilo Medina y los hermanos Fanjul

Hubo un tiempo que se pensó que los cubanos serían los anfitriones del auto exilio del rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón. 

El empresario azucarero cubano Pepe Fanjul, así como el resto de su familia, mantienen excelentes relaciones con la familia real española, en especial Rey emérito, de hecho en los día difíciles del ex monarca, se marchó a la república Dominicana donde encontró temporal refugio a la vera de esta familia. 

Se trata de un complejo de lujo que tienen en Dominicana los hermanos Alfonso y José Fanjul, bisnietos de un emigrante burgalés (de Burgos) que levantó un imperio en Cuba gracias a la producción de caña de azúcar. En realidad los Fanjul Gómez Mena han sido muchas veces anfitriones de Juan Carlos I, son una estirpe empresarial con una inmensa fortuna.

La rama burgalesa, la de los Gómez Mena, salió del norteño Valle de Mena, concretamente de la localidad de Cadagua, a mediados del siglo XIX. El primero en hacerlo fue Andrés Gómez Mena. Su destino: Cuba. La llegada del burgalés coincidió con el momento álgido de la industria azucarera de la joya del Caribe, que comenzaba a convertirse en el principal motor de su desarrollo económico no solo de Cuba, de toda el área. 

De carácter emprendedor, tras casarse en Guanabacoa con la cubana Eugenia Carlota Tomasa Vila en 1877, logró hacer dinero suficiente para, en 1890, realizar su primera inversión. Primero adquirió las llamadas ruinas de Zulueta, en el corazón de La Habana, frente al Parque Central, donde levantó un clave y estratégico edificio destinado para oficinas y establecimientos comerciales. 

Desde entonces y hasta ahora, el inmueble, reconvertido en hotel de lujo tras una rehabilitación millonaria de una firma extranjera en convenio con el régimen castrista de nombre "manzana Kempiski", sigue siendo conocido entre los cubanos como la ‘Manzana de Gómez’.

Aquello fue solo el principio. En los años siguientes adquirió su primer ingenio azucarero: el ‘Santa Teresa’, que pronto rebautizó como ‘Gómez Mena’. 

Tras este, que llegó a ser el 16º del país en producción diaria de azúcar, con 600.000 arrobas y cerca de 5.000 trabajadores, llegarían otros: el ‘Amistad’, el ‘San Antonio’, el ‘Sofía’ o el ‘Estrada Palma’, con los que Andrés Gómez Mena, y más tarde sus hijos, crearon la Nueva Compañía Azucarera Gómez Mena. La empresa fue una de las primeras en poseer laboratorios químicos, electrificación y destilería, así como en producir levadura. También se destacó en la siembra de arroz. 

Muerto el empresario en 1917, sus hijos Andrés, Alfonso, José y María Luisa, continuaron con el próspero negocio. Sin embargo, la crisis mundial de 1921 alteró su proyección y la nueva compañía Gómez Mena pasó durante un tiempo a manos de la empresa norteamericana "Warner Sugar Refining Corporation". 

Los Gómez Mena la recuperarían sólo dos años después, con José en la presidencia. Pues una hija de José, Liliam Gómez Mena, se casó con Alfonso Fanjul, el heredero de otra acaudalada y poderosa familia vinculada al azúcar, los Rionda, uniéndose así los apellidos hasta la actualidad. Ya en la década de los años 30 del siglo XX, la compañía azucarera se convirtió en la décima más importante del país y la tercera de capital no norteamericano, con una capacidad de molida de 1,35 millones de arrobas diarias. 

La fortuna de la familia, una de las más poderosas de la sacarocracia cubana, se valoró en 20 millones de dólares. Una barbaridad absoluta para la época que corría.

Sin embargo, la llegada al poder de Fidel Castro en 1959, supuso un mazazo para la multimillonaria familia que decidió abandonar la isla. Del poder de esta familia, habla el hecho de que abandonaron Cuba en el mismo avión que el presidente Fulgencio Batista. 

Instalada en Miami, los Gómez Mena decidieron seguir dedicándose al azúcar, aunque ya no pudieran hacerlo en Cuba. En los albores de los años 60 adquirieron 4.000 acres en una zona de humedales cercana al Lago Okeechobee, y tres pequeños ingenios azucareros en Luisiana. 

En pocos años, y gracias al carácter emprendedor heredado del iniciador de la saga (y al dinero que lograron sacar de Cuba), levantaron de las cenizas un nuevo imperio: compraron tierras y más tierras en dos países del Caribe: Jamaica y República Dominicana. 

En este último, después de pagar la escalofriante cifra de 250 millones de dólares a la multinacional norteamericana Gulf & Western, se hicieron con el Central Romana, un ingenio capaz de producir hasta 820 toneladas de azúcar diarias con más de 20.000 trabajadores en sus campos. Hoy esta empresa, rebautizada con el nombre de Florida Crystals, produce dos de cada tres cucharadas de azúcar que se consumen en Estados Unidos. 

La empresa está en manos de Alfonso y José Fanjul Gómez Mena, los bisnietos del burgalés y hoy anfitriones del monarca emérito español. Ambos tienen pasaporte español. José estudió con don Juan Carlos y la amistad que trabaron entonces ha perdurado. Siendo monarca español, Don Juan Carlos ha estado muchas veces en su casa, La Casa Grande, el complejo residencial que los Fanjul Gómez Mena poseen en la República Dominicana. 

Tan es así, que hace cinco años inauguró allí una avenida con su nombre. Los Fanjul Gómez Mena es una de las principales fortunas estadounidenses. Se dice que el patrimonio familiar está calculado en 1.000 millones de dólares. En el norte de la República Dominicana, en un gigantesco ingenio azucarero llamado Central Romana -donde han llegado a estar empleados hasta 20.000 haitianos-, y tiene su origen en Cadagua, el pequeño pueblo del Valle de Mena como el río que baña esta fértil comarca.

Condensado de la prensa Española
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