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La primera película proyectada en un autocine fue Wibes Beware, una comedia británica protagonizada por Adolphe Menjou. Era el 6 de junio de 1933. |
Corría el año 1933 en Crescent Boulevard, en Camden, Nueva Jersey, cuando Richard M. Hollingshead, Jr. (1900-1975), gerente de ventas de la marca de lubricantes para automóviles Whiz, inventó el autocine sin ser consciente de que estaba creando un nuevo negocio. Es por eso que el término “drive-in” no se popularizaría hasta algunos años más tarde.
Hollingshead eligió un eslogan publicitario: “cada cual, en su propio palco”. Unos meses antes había solicitado una patente de la idea, que le fue concedida con número 1909537 el 16 de mayo de 1933. A Cuba tardaron un poco en llegar.
Fue en los años 50, que ya para entonces habían 4063 en todo los Estados Unidos, pero aún así llegó con grandes expectativas. En esa misma década existió un auge en el sector automovilístico, lo que favoreció el crecimiento de estas salas cinematográficas, principalmente en la Habana. El de la Calzada de Vento, nombrado "Vento al aire libre", fue el primero que se inauguró en la isla a un precio de 50 cts por espectador.
Abrió sus puertas el 10 de octubre de 1955, y se ubicaba en la avenida 100 hacia la calle Santa Catalina. Tenía capacidad para 800 automóviles. Las funciones comenzaban a partir de las 7 de la tarde, lo que permitía una mejor visión de su enorme pantalla. De este solo queda el recuerdo.
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"El clásico Matadero" era otro de sus usos |
Abrió sus puertas el 10 de octubre de 1955, y se ubicaba en la avenida 100 hacia la calle Santa Catalina. Tenía capacidad para 800 automóviles. Las funciones comenzaban a partir de las 7 de la tarde, lo que permitía una mejor visión de su enorme pantalla. De este solo queda el recuerdo.
El otro estaba a la altura de la Autopista del Mediodía, nombrado "Autocine Novia del Mediodía". Fue creado en 1958 y fue, quizás, el más famoso de todos. Estuvo ubicado en la Avenida 51 y Plaza del Mediodía, zona periférica que enlazaba con la ciudad gracias a la Carretera Central y a la Autopista del Mediodía, una vía que había sido recién inaugurada entonces.
Tuvo once líneas de aparcamiento, capacidad para 550 vehículos. La pantalla era de 36, 58 por 18,29 metros, y elevada a seis metros sobre el nivel del terreno. Igualmente fue demolido, y hoy solo queda el espacio vacío de lo que un día fue. El de la playa de Tarará, nombrado "Autocine de Tarará", fue construido en 1958, algo mas pequeño con capacidad para 500 vehículos, aunque muy a la moda de los que operaban en Estados Unidos. Para 1990 ya no quedaba ni uno en toda la isla.
Por lo general los coches debían situarse junto a un poste para obtener mayor recepción de sonido, aunque este fue evolucionando. En un primer momento se lanzaba a través de varios altavoces instalados en los laterales de la pantalla. Después, para conseguir que no solo los mejor situado recibieran el audio de calidad, se pasó a colocar pequeños receptores de sonido en las puertas de los vehículos.
Hoy en día, el sonido de la película se sintoniza a través del sistema de audio del coche. Por otro lado una instalación soterrada transmitía el aire acondicionado, haciendo mas placentera una calurosa noche del verano y minimizaba la molesta acción de los insectos, sobre todo en Cuba.
En España, que sepamos, existían hasta hace un par de años 8 en funcionamiento, el del Recinto Ferial de Rabasa, cuya pantalla es la más grande de Europa con 500 metros cuadrados, también en Getxo, en Vizcaya, el de Chamartin en Madrid, en Gijón Asturias, el de Valencia y el de Denia en Alicante, donde se encuentra el mayor de todos.
La motivación para ir a un autocine ha cambiado. Antes se buscaba la intimidad que daba el estar solo en el interior del vehículo con tu pareja, casi siempre eran las novias. Para 2020 quedaban unos 300 en todo el mundo, la mayoría de ellos en Estados Unidos y en Australia, sin embargo la aparición del COVID 19 hizo que esta idea se volviera a retomar, más que nada por la seguridad que aportaba el aislamiento en esta pandemia.
Maldita Hemeroteca
Fuente: "Los propietarios de Cuba" // Guillermo Jiménez Soler 1958. // Autobild.es // Internet