UNA HISTORIA DE MAFIOSOS, MAMBISES Y FALSIFICADORES


Apodado “Caracortada” por una cicatriz que le quedó de una pelea, la vida de Alphonse Gabriel Capone, conocido mundialmente como "Al Capone", estuvo marcada por la violencia, el tiempo en prisión y el crimen. Su reinado sobre la mafia italo estadounidense de Chicago, que comenzó en la década de 1920, inspiró decenas de programas y películas, entre ellas, “Scarface” (“Caracortada”), de 1983, protagonizado por Al Pacino en el papel de un "Marielito" Cubano.

Pues este gánster estuvo de visita en Cuba en 1928, en realidad visitó la ciudad de la Habana por asuntos de negocios. Se hospedó en el lujoso Hotel Biltmore Sevilla, el más caro de la época, donde reservó toda la sexta planta para él y su gente. Se sintió tan a gusto allí, que el primer día mandó a buscar a todos los empleados que le sirvieron, y les dejó una "propinilla" de 100 dólares para cada uno. Estamos hablando de 1928, osea ¡más de dos mil dólares hoy!

Cuatro años después, la capital Cubana y la Mafia italo norteamericana tuvieron su primera cita "formal", cuando el entonces presidente Fulgencio Batista recibió al célebre Meyer Lansky, el genio financiero de la Cosa Nostra, cuyo poder económico en esos momentos era superior al del presidente de la General Motors, por citar un ejemplo.

Por entonces Las Vegas no existía, y mientras la ley seca regía en Estados Unidos, en la Habana corría el alcohol y el juego era un nicho que se encontraba prácticamente virgen. Aquella mafia no tardó en percatarse del potencial de la isla y, en 1946, celebró en el emblemático "Hotel Nacional" una histórica convención encabezada por Charles "Lucky" Luciano y el mítico cantante Frank Sinatra, organizada por Meyer Lansky en su condición de judío residente en Cuba.

Eran años en que Luciano se había catapultado directamente desde Italia, deportado desde los EEUU, y residía en la habitación 211 del lujoso "Hotel Nacional" habanero. Luciano había sido detenido en 1936 y condenado a 30 años de cárcel, pero gracias a sus servicios de inteligencia que evitaron sabotajes enemigos en los muelles de Nueva York y que facilitó, además, el desembarco aliado en Sicilia, la sanción le fue conmutada por una deportación.

A la Reunión no pudo asistir Al Capone, pues para ese tiempo había salido recién de la cárcel y, además, ya se encontraba bastante enfermo. Tras aquel encuentro, Batista le concedió al mafioso el control del Hotel Nacional y su casino, y Lansky creó las estructuras idóneas para convertir a la Habana en una gigantesca empresa al servicio de la Mafia. Un Vegas gigante.

Procedentes de New York y New Jersey, asistieron Joe Adonis, Albert Anastasia, Joe Bananas, Frank Costello, Tommy Lucchese, Joe Profaci y Willie Moretti, entre otros. De Buffalo, Steve Magaddino, y de Chicago su principal consejero, Tony Accardo y los hermanos Fischetti, Charlie y Rocco, herederos en representación de su primo Al Capone. También estuvo Vito Genovese, mientras que por New Orleans el peligroso y temido Santos Trafficante.

Coronel mambí Eugenio Silva Alonso, que fuera propulsor del Polo en Cuba, contribuyó al desarrollo urbanístico de Varadero.

Poco después, ese mismo modelo financiero sería aplicado en Las Vegas con los mismos exitosos resultados. En los años siguientes la llamada 'París del Caribe' resultó abrumada por un turismo masivo de miles de norteamericanos que aterrizaban en la isla para dar rienda suelta a sus vicios, que en su país no podían. 

No solo gente mundana, seamos justos, que por aquella Habana pasaron gente tan importante y encopetada como Winston Churchill, Walt Disney, Cantinflas, María Félix, Rita Hayworth, César Romero, Francis Ford Coppola, Spencer Tracy, John Wayne, Josephine Baker, Jean Paul Sartre, Marlon Brando e incluso, españoles como Sara Montiel o Lola Flores integraron la interminable lista de celebridades.

---Baste un ejemplo: catorce años después de la legalización del juego en Nevada, en 1945, Las Vegas seguía siendo un mero poblado con apenas 9.000 habitantes. ---

La Habana, mientras tanto, rozaba el millón de habitantes. En 1946, casi una treintena de líderes llegados de diferentes partes de Estados Unidos, entre los que se encontraban Joseph y Rocco, primos de Al Capone, se volvieron a reunir en la capital cubana y  Lansky fue el encargado de que la cumbre mafiosa fuera lo más parecido a unas vacaciones.

Reclutó un ejército de 150 prostitutas para satisfacer a los capos y solicitó los servicios de Frank Sinatra para que amenizara las veladas y, de paso, sirviera de tapadera a todo el evento. El encuentro fue un éxito: todos los grandes capos lograron fotografiarse junto a un sorprendido Sinatra y las jornadas laborales mafiosas marcharon viento en popa. 

---Cuando Lucky Luciano murió en 1962, la policía italiana que registró su mansión napolitana halló una pitillera de oro en la que podía leerse el siguiente grabado: «A mi amigo Lucky, de Frank Sinatra».---

En aquellas reuniones se trataron varios temas relevantes. Genovese quería entrar en el negocio de las drogas, mientras que Luciano se oponía. Por otro lado estuvo el tema con Benjamin "Bugsy" Siegel, el capo de la Camorra y la estafa de su hotel Flamingo a punto de inaugurarse en Las Vegas, donde la organización había gastado millones y se pronosticaban grandes pérdidas.

La mayor parte de los delegados eran partidarios de liquidar a Bugsy por haberles estafado, pero se decidió dar un margen para ver qué pasaba con la apertura. Finalmente Siegel fue acribillado a tiros seis meses después en Beverly Hills, en California, pero lo que de verdad se cocía en la Habana era algo mucho más importante: el liderazgo de la organización. 

En sus memorias Luciano escribió lo siguiente:

---“Abrí la reunión expresando mi agradecimiento de que todos hubieran aceptado mi invitación. Y también les agradecí los sobres. Entonces expliqué que ahora estaba de vuelta de este lado del Atlántico y que dirigiría las cosas con mi nombre verdadero de Salvatore Lucania. Les recordé que me llamaran de ese modo y que no usaran el nombre de Luciano ni Charlie Lucky, porque era importante hacer el menor ruido posible”. ---

Agregó además, que durante aquel encuentro miró a los ojos a Genovese al comentar que él no quería el título de Jefe de Jefes, pues para algo había creado la Comisión....

---“Anastasia se puso de pie y me dijo: ‘Charlie, perdona si interrumpo. Quiero decir esto delante de todos. Para mi eres el Jefe de Jefes, te guste o no, y me gustaría que si alguien no piensa de la misma manera, lo dijera”.---

Al Capone, al centro, de visita en el
salón de la Tropical en la Habana

Genovese le pidió después a Luciano reunirse a solas en la habitación, y allí le soltó que los tipos de Washington ya sabían que él estaba en Cuba y podía haber problemas para todos, por lo que le aconsejaba retirarse y cederle el mando, no sin antes dejarle la mitad de las ganancias de Italia. Luciano se volvió loco y se abalanzó sobre él:

---“Le di en el estómago y en los riñones y cuando cayó al suelo le empecé a patear en la panza. Con cada golpe, le decía que solo era un mierda y una podrida rata napolitana y traidora. Lo golpeé tanto que no pudo salir de su habitación durante tres días”. ---

Terminada la conferencia, en las siguientes semanas Luciano cometió un grave error. Había empezado a salir con una belleza neoyorquina llamada Beverly Paterno, y ambos se exhibieron en el hipódromo, en clubes y restaurantes, hasta que la prensa norteamericana publicó la noticia de la presencia de Luciano en La Habana. 

En el mes de marzo, por presiones de EE UU, fue deportado hacia Italia. Mientras tanto Lansky, Trafficante y Battisti siguieron en La Habana como si nada, y al Nacional continuaron llegando estrellas de Hollywood. Al Capone murió el 25 de enero de 1947 víctima de la sífilis contraída cuando era joven con prostitutas. 

Y aunque pasó gran parte de sus últimos años preso en la tenebrosa cárcel de Alcatraz, y luego en el hospital de la prisión, fue finalmente liberado en noviembre de 1939 cuando ya casi no podía caminar y su mente enferma. Luciano - por su parte - murió en Nápoles en 1962 de un infarto agudo del corazón. Dos años antes Fidel Castro y los suyos habían tomado el poder, lo que significó el fin para Fulgencio Batista y aquel hampa ítalo norteamericano. 

Falsa casa de Al Capone en Varadero

Cuenta la canalla que Al Capone compró tres relojes pulsera de la prestigiosa marca suiza, Patek Philippe, los adquirió en la joyería “Le Palais Royal”, la más cara de La Habana, joyería de Fernandez Hnos y Cia situada en la esquina de las calles Obispo y Compostela. Le costaron seis mil dólares de la época y además del suyo, los otros dos se los obsequió a su guardaespaldas y el tercero al político cubano Rafael Gus Inclán, senador y vice presidente de Cuba entre los años 1954 y 1958.

Pero regresando a la historia, vemos que estos mafiosos de hoy en Cuba, que se la han pasado criticando aquella época un tanto oscura de nuestra historia, no reparan a la hora de exhibir - por pura pasta igual - todos aquellos hechos e incluso objetos "afanados" que pertenecieron a tan ilustres visitantes, dicho irónicamente, tratándose del mayor delincuente que recuerde la historia.

No solo eso, han tenido hasta la desfachatez de convertir una casa del reparto Kawama, en Varadero, Matanzas, que fue propiedad del coronel mambí Eugenio Silva Alonso, tachado de "burgués" por el castrismo, quien fuera un propulsor del deporte del Polo en Cuba y contribuyente al desarrollo urbanístico de aquella, entonces, apartada zona. Los mafiosos de ahora, porque actúan tal cual, la han convertido en una supuesta mansión de Al Capone, cuando el célebre mafioso jamás estuvo en aquella hermosa playa.

Es más, la casa fue construida en 1930 en unos terrenos por los cuales el coronel pagó 250 mil pesos; y en esos años Al Capone había fijado su residencia "en el condominio Alcatraz", con lo cual resulta imposible que viviera allí. ¡Es que ni de visita estuvo en aquel balneario! Luego se repitió la historia. La familia abandonó Cuba en 1960 y el Castrismo se quedó con todo, incluyendo el club Kawama. 

Este mambí contrajo matrimonio con la señora Georgina Guiquel y Echeverría, y el 28 de octubre de 1931 compró el potrero en esa zona de varadero que tenía por nombre "Cueva del Muerto", en el barrio de Guásimas, tenía un área de cuatro caballerías y que luego de que el ingeniero José Joaquín Lima se lo parcelara en lotes, lo bautizó como como "Kawama".

¿Y que diferencia hay entre este coronel y las decenas que compartieron armas en la manigua cubana?. Ninguna, solo que este - tachado de burgués por los mayores burgueses que ha tenido esa isla, era un emprendedor. Pero es que incluso, tratándose de un personaje tan nefasto como lo fue Al Capone, no han tenido ni el menor rubor de propagarlo como una atracción turística. Es que lo dicho, son tal para cual. 

Maldita Hemeroteca