martes, 19 de septiembre de 2023

¿Quiénes hundieron el Maine?...dejemos de boberías


Describir la presencia en la bahía de la Habana del acorazado USS Maine como una intención del gobierno norteamericano para provocar la guerra de 1898, probablemente haya sido una las trolas más grandes que se dijeron en relación con este fatal, pero histórico bombazo. 

Ahora bien, que la visita de este acorazado estuviera vinculada con un siniestro plan perfectamente trazado desde Washington, eso podría haber sido otra historia muy distinta. 

Fueron varias las comisiones que investigaron y estudiaron lo sucedido, la comisión dirigida por el capitán William T. Sampson de 1898, que concluyó que el barco había sido volado por una mira, hubo otra encabezada por los españoles Del Peral y De Salas, que concluyeron que había sido por la combustión espontánea del carbón almacenado en las carboneras, localizadas junto a los almacenes de munición del buque. 

La del almirante Charles Vreeland en 1911, que recuperó los cadáveres y solucionó el problema planteado por Cuba que debido a la poca profundidad el pecio estaba acumulando sedimentos, con lo cual podría originarse un banco de arena perjudicial para la entrada de los barcos en la Bahía. Esta comisión dictaminó que una explosión externa había provocado la posterior ocurrida en los almacenes de munición.

Después de esta investigación, los restos humanos localizados fueron enterrados en el Cementerio Nacional de Arlington y la parte intacta del casco se reflotó para luego, el dieciséis de marzo del año 1912, ser hundido de nuevo a varias millas de las costas Cubanas y a más de 1000 metros de profundidad. 

Incluso con el pasar de los años hubieron varias investigaciones más, como una privada del almirante Hyman Richover en 1974, e incluso otra del National Geographic de 1998 y del canal Historia en 2002, que emitió además un documental titulado “Death of The USS Maine”. 

En fin, puede que todas estas investigaciones no haya dado con lo que pasó realmente, o al menos con una parte solamente, lo de la fuente explosiva externa como una mina o carga explosiva por ejemplo, y que lejos de haber sido España o provocada por los Estados Unidos, los autores pudieron haber sido los mismos cubanos. 

--La teoría del prestigioso hispanista, investigador e historiador británico Hugh Thomas, apunta a que fueron los propios cubanos los que volaron el acorazado el 15 de Febrero de 1898. Según él, había comenzado una tercera intentona por liberar a Cuba organizada por José Martí en 1895, pero en solo dos años el general Valeriano Weyler había sacado del juego a varios de los mas prominentes líderes independentistas, entre ellos Ignacio Agramonte, Antonio Maceo y hasta el mismo Martí. --

Por supuesto, los datos que se manejaron en ese sentido nunca fueron concluyentes, pero de lo que no cabe duda es que si había alguien interesado por crear una situación extrema entre EEUU y España que condujera a la guerra esos eran los Cubanos, que pedían a gritos la intervención del ejército norteamericano en el tercer conflicto independentista de 1895.

Primeramente hay que decir que existe un artículo publicado el 15 de febrero del 1910 por el “Evening Bulletin”, de la ciudad de Filadelfia y a raíz del 12 aniversario de la explosión, en el cual se corrobora de cierta forma que cuatro delincuentes habaneros fueron los verdaderos autores de la voladura.

Esta teoría yuvo, y sigue teniendo pies y cabeza, entre otras cosas porque la presencia del Maine a la Habana, lejos de una provocación como se ha dicho siempre, no fue más que un intercambio militar entre ambas naciones. Tenga en cuenta que el acorazado español 'Vizcaya', al mando del capitán de navío Antonio de Eulate y Fery, había sido enviado a New York el día después, el 26 de enero de 1898, en correspondencia a la amable visita del Maine a La Habana. 

Entonces ... ¿que sentido tendría España en volar el de la Habana?. Algunas fuentes se siguen encargando de "enredar la pita", al sostener que la entrada del USS Maine fue sin previo aviso lesionando con ello el protocolo diplomático entre ambos países. Es más pudo haber sido aun peor, pues el ambiente que había en Staten Island por esta explosión puso en riesgo la vida de aquellos marinos españoles, atracados en un territorio bastante hostil en ese momento. 

Al final el Vizcaya fue otro de los buques destruidos en la Bahía Santiaguera, al ser víctima de los obuses de grueso calibre lanzados por los buques norteamericanos New York, Iowa, Oregón y Brooklyn.  Más allá del contenido pacífico y amistosos de aquellas visitas, el costoso y sangriento pretexto o no de los 265 fallecidos, sirvió para que el día 19 de febrero ambas naciones de lanzaran a una guerra en Santiago de Cuba. 

MÁS ALLÁ DE LAS "VERSIONES OFICIALES"

Aunque la participación Cubana en la voladura nunca ha sido tomada en serio y que incluso ha pasado tanto tiempo que ya ni siquiera importa, pero lo que no se puede negar es que la participación criolla fue otra de las conclusiones a que se llegó, e incluso existen teorías conspiranoicas que plantean que quizás haya sido ese el motivo por el cual EEUU se haya apresurado tanto en culpar a España.

Los restos del navío fueron investigados por comisiones de ambos países

Existe una carta anónima citada en el testimonio brindado por un empleado del consulado de EEUU en la Habana, Mr Henry Drain, publicada por el New York Times con fecha de Marzo 30 de 1898 y firmada por "un admirador", que llevaba como destino el general Fitzhugh Lee, de la oficina de secretaría de la marina del consulado Americano en la Habana. 

Esa misiva decía lo siguiente: 

«No hay que olvidar que, al alba del día en que sobrevino la catástrofe, se mató a un individuo a bordo de una pequeña embarcación, además se encontró a otro personaje herido que fue hecho prisionero. Navegaban en las proximidades del Maine y del Alfonso XII y, como se trataba de individuos conocidos por sus antecedentes judiciales, me interesó el asunto por ver si tenía alguna relación con la explosión del Maine. 

Descubrí que estos dos hombres, acompañados por un tercero conocido como Pepe Taco, habían comprado en un bazar de la calle "Mercaderes" una especie de tubo del tipo del que usan los buceadores; y que los tres hombres embarcaron en una canoa que previamente habían traído al muelle de Santa Catalina. 

Allí permanecieron por más de una hora, mientras que Pepe Taco, que tiene fama de ser uno de los mejores buceadores de la región, estuvo trabajando, más o menos, hasta la hora de la explosión del Maine. 

Con estos datos me dirigí a la ciudad de Regla y descubrí que la familia del muerto, que hasta entonces vivía en la mayor miseria y ocupaba una barraca en la calle "Rodríguez Batista", se había instalado en un buen apartamento de la calle "Gelabert". (Hoy municipio diez de octubre).

Allí me enteré, además, de que habían aceptado hacer saltar al Maine por la suma de seis mil dólares, de los que dos mil debían ser pagados por adelantado y el resto, después de la destrucción del barco. Pero, como no todo había ido bien y, después de haber sido atacados cuando se batían en retirada, habiendo sido muerto uno y el otro herido, el tercer ladrón no había vuelto a buscar el resto de la suma prometida. Se trataba —me parece— del buceador Pepe Taco que temía ser descubierto. 

Todo el asunto había sido organizado y ultimado con unos grandes comerciantes de la calle "Muralla", de los que tengo algunos nombres, en particular los de García Corujedo, Villasuso, Maribona y otros que no recuerdo. En cuanto al individuo detenido, se le administró morfina en gran dosis, sin duda para matarle e impedirle hablar».


Fragmento original del New York Times del miércoles 30 de marzo de 1898, donde se exponen estos mismos datos.

Este Luis García Corujedo, que fue declarado supuesto instigador del atentado por el juez instructor americano Marix, había llegado de Pravia, en Asturias, y era dueño del ingenio Nueva Paz. También había sido alcalde de la Habana por orden del capitán general Camilo García Polavieja. 

Su comercio, en la calle "Muralla", era una quincallera donde vendía joyas y bisutería con el nombre comercial de "García Corujedo y Hermanos". Por otro lado, los también constitucionalistas Fidel Villasuso Espiñeira, de Galicia, y el Asturiano Maribona, eran igualmente comerciantes españoles y, como Corujedo, estaban alistados en el batallón de voluntarios de la Habana.

Villasuso se regresó a España una vez se acabó la guerra, pues al parecer se sintió identificado como sospechoso de aquel atentado. Y nos llama la atención que pusiera tierra por medio, cuando se trataba de uno de los principales ejecutivos del Centro Gallego de la Habana. Nunca regresó a Cuba, falleciendo en Madrid el 22 de julio de 1909 como presidente del centro Gallego de esa ciudad.

En cuanto a Ramón Fernández y Maribona, se trataba de un comerciante Asturiano de Villa legre en Avilés, que en su caso era dueño de "Rodríguez Maribona y Cía". Este señor administraba una sociedad mercantil constituida originalmente en 1867 que se dedicaba a los negocios de la banca, así como al giro de importación y almacenamiento de de ropa. Su domicilio estaba en la calle "Amargura" nº14. 

El acorazado Vizacaya impactado en la bahía de Santiago de Cuba 

Por ultimo, en relación al integrante de la barcaza que resultó muerto cuando iban en retirada, se trata de José Barquín, un habanero con pésimos antecedentes judiciales que, según apuntó el anónimo documento, había pactado un pago de 6000 dólares, 2000 al principio y 4000 una vez que fuera hundido el barco. 

Esa cantidad restante jamás pudo ser recogida por "Pepe Taco", debido a la fuerte vigilancia a que fueron sometidos ambos empresarios españoles. Y aunque la comisión norteamericana llegó, y casi corroboró, estas participaciones, a Washington le importaba ya bastante poco. Su intención era apoderarse de Cuba, lo que estaba en sus planes mucho antes de sacrificar a todos aquellos pobres marineros e incluso, sabiendo perfectamente que España era ajena a todo.

El informe llegó al Congreso de Estados Unidos el 29 de marzo y se convirtió, el 25 de abril, en el grito de guerra: "¡Recordad el Maine y al infierno con España!", En apenas tres meses y medio los Estados Unidos liquidaron la añeja presencia española en Cuba y más allá. 

Maldita Hemeroteca

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