viernes, 3 de noviembre de 2023

José Francisco Martí: El vino amargo de nuestra historia

Jose Francisco Martí y Zayas -Bazán sentado // 

La preocupación y la curiosidad de muchos cubanos por conocer algo más acerca de la simiente martiana, ha estado siempre latente. Sin embargo es muy poco lo que se sabe del "Ismaelillo" que no sea el hijo querido del apóstol José Martí y Pérez.

A grandes rasgos, y según la documentación que ha sido analizada por los historiadores, el niño José Francisco Martí y Zayas-Bazán nace el 12 de noviembre de 1878 en Cuba, en el hogar que compartía el matrimonio de José Julián Martí con su esposa, la linda camagüeyana, Carmen Zayas Bazán quienes habían contraído nupcias un 20 de diciembre de 1877 en el Sagrario de la Catedral de Ciudad México.  

José Francisco inició sus primeros estudios en el Camagüey natal, en el prestigioso Colegio Escolapio San Calasancio, edificación que aun se conserva y que está situada en la calle "Luaces" No. 2, donde hoy se encuentra la Escuela Provincial de Deportes (ESPA) y la Clínica Estomatológica Cerro Pelado. 

Llegó a ser capitán del ejército libertador cubano e incluso general, una vez se constituyó la república libre.

Según relató el señor Armando Cortina de Varona, Secretario del Obispado de Camagüey, quien fuera además alumno de dicho colegio, este recinto era solo para la instrucción de varones, de manera que el profesorado se caracterizaba por su rectitud y exigencia en un grado elevado.

Allí, en pleno corazón de la Ciudad de Puerto Príncipe, radicó el Instituto de Segunda Enseñanza. Con expediente No. 1201 del año 1889, matriculó José Francisco Martí luego de realizar exámenes de ingreso y obtener calificación de aprobado. El acta de matrícula fue firmada el 30 de setiembre de 1889 por el señor Betancur Ronquillo, y como Presidente del Tribunal el señor Agustín Betancur, director del Instituto.

El joven Martí realizó todos los ejercicios de Bachiller y obtuvo finalmente la nota de "sobresaliente". En el acta de estudios realizados aparecen las distintas asignaturas examinadas, así como su correspondiente calificación. A continuación se relacionan dichas asignaturas:
  1. Geografía.------------------------------1889-90. Sobresaliente.
  2. Latín y Castellano. 1er curso.----------1889-90. Sobresaliente.
  3. Latín y Castellano. 2do curso.--------------- 1890-91. Notable.
  4. Retórica y Poética.-------------------- 1891-92. Sobresaliente.
  5. Historia Universal.-------------------- 1891-92. Sobresaliente.
  6. Aritmética y Álgebra.------------------------ 1891-92. Notable.
  7. Francés. 1er curso.-------------------- 1891-92. Sobresaliente.
  8. Psicología, Lógica y Ética.-------------1892-93. Sobresaliente.
  9. Francés. 2do curso.---------------------1892-93. Sobresaliente.
  10. Geometría y Trigonometría.--------------------- 1892-93. Bueno.
  11. Química.--------------------------------------1893-94. Notable.
  12. Historia Natural.----------------------------- -1893-94. Bueno.
  13. Fisiología e Higiene.------------------------ 1993-94. Notable.
  14. Agricultura Elemental.----------------------- 1893-94. Notable.
Habiendo obtenido nota de sobresaliente en la asignatura de Francés, el propio Director del Instituto solicita que José Francisco se presente a hacer el examen de oposición al premio de dicha asignatura.

Luego matricula en la Universidad de La Habana la carrera de Derecho pero en Cuba, al borde nuevamente de la insurrección, se interrumpen los estudios y, en su caso, a pedido de su familia Zayas Bazán, que dicho sea de paso pertenecían a la burguesía criolla del Camagüey, deciden abandonar el país rumbo a los Estados Unidos.

El joven se ve obligado a apartarse de un numeroso grupo de amigos que no vacilaron en sumarse a la lucha. Enterado más tarde de la muerte de su padre, abandona la Universidad de Tray, donde había continuado estudios, y en contra de los criterios de su familia materna, de la cual se separa, solicita un puesto en cualquiera de las expediciones que viajara con destino a Cuba. Esta decisión determinó para siempre el curso de su vida. 

Nuevamente en la isla, en marzo de 1897, pasa a formar parte enseguida de las fuerzas del mayor general Calixto García, ocupando el cargo de artillero, la más humilde de las armas cubanas, y que en su mayoría estaban integradas por soldados de la raza negra y ex esclavos. Más adelante le fue otorgado el cargo de Capitán y se desempeña en el cuartel general del departamento Oriental, donde se negó en repetidas ocasiones a recibir cualquier privilegio que pudiera apartarlo de la contienda.

El fallecido historiador de la ciudad de la Habana, Eusebio Leal Spengler, dijo de él lo siguiente:

“Durante la etapa republicana ocupó diferentes cargos militares, pero siempre conservó fidelidad a sus principios y sentido del deber a su país. No utilizó la política para ganarse adeptos o lucros personales.

Fue un digno militar. Obtuvo los grados de Capitán en 1902, Comandante en 1907, Teniente Coronel en 1909 y en este propio año el de Coronel. Se vinculó a la Artillería de Costa y al Estado Mayor del Ejército. Se retiró del servicio activo en el año 1917 y se le nombra Secretario de Guerra y Marina el 28 de julio de 1917”.


Es evidente que este adulón del castrismo olvidó, a ex profeso, un tramo muy importante de su historia, de su vida. En concreto el correspondiente al año 1912 para ser más exactos. 

En fin que gracias a los historiadores que no esconde la verdad, supimos que este dechado de virtudes ya sabemos de lo que fue capaz. No sabemos si él lo fue, pero que la gran mayoría de nuestros líderes independentistas eran racistas no es secreto para nadie. 

Casi todos tenían esclavos en sus haciendas y sumado al hecho que eran acaudalados, la abrumadora marginalidad a que fueron sometidos los negros dentro del ejercito libertador ha quedado patente. Desde el principio mismo, pues solo alcanzaban la libertad previa condición de unirse al ejército libertador y, en caso contrario, de esclavo se quedaban.

Es difícil calcular cuantos soldados negros habían en las fuerzas mambisas. Se sabe que fueron muchos, muchísimos, sin embargo ni las fuentes más recurridas pudieron calcularlos con exactitud. Solo en la guerra del 1895 se hizo más fácil la tarea gracias al índice alfabético y defunciones del Ejército Libertador de Cuba, publicado en 1901; porque los libros de registros de las unidades mambisas que fueron elaborados y publicados en la etapa final de la insurrección, no hacían distinción en razas.

Por otro lado están las planillas de pagos tras el fin de la guerra que fueron confeccionadas por el general polaco Carlos Roloff Mialofsky y su ayudante Gerardo Farrest, editadas oficialmente por el general y gobernador de Cuba, el norteamericano Leonard Wood, y tampoco se hace referencia al color de la piel de aquellos combatientes.

El profesor del departamento de historia de la universidad de Oviedo en Asturias, el cubano Ismael Sarmiento Ramírez, una fuente inigualable, asegura que el racismo a que eran sometidos los soldados rasos fue un hecho más que comprobado. La mayoría eran empleados en la infantería, e incluso una parte desarmada conformaba el sustrato de la fuerza auxiliar del ejército.

Cita Ismael Sarmiento: 

"Eran empleados como convoyeros, jolongueros, asistentes, forrajeadores, agricultores y personal de servicio subalterno. Ese era el trabajo destinado para los negros y por eso es más difícil detectar, ejemplificar y hasta cuantificarlos. Hay que considerarlo como un mal que convivió de forma perenne en las filas revolucionarias mambisas durante las tres guerras".

Ojo al dato: Para 1862, el censo de la provincia de Cienfuegos, posiblemente una de las regiones mas productivas de Cuba antes de aquellas guerras, arrojó como resultado un total de 29,000 europeos, 17,000 esclavos, 8,000 habitantes de color libres y 1,000 asiáticos, que en su gran mayoría eran jornaleros chinos.

E incluso, aún después de la emancipación de los niños y ancianos esclavizados, gracias a la Ley Moret de 1870, en los negocios - incluyendo Cubanos - trabajaban un total de 13,600 esclavos. El censo agrícola de 1877 mostraba que la producción en estas propiedades seguía dependiendo fuertemente de la esclavitud. Ósea que hablar de igualitarismo racial en este tiempo en Cuba era un utopía.

No fue hasta 1886 que la abolición finalmente se consumó, y los hacendados cambiaron a un patrón de trabajo asalariado en las plantaciones. Esta transformación generó una clase trabajadora caracterizada por una creciente diversidad étnica, pues además de ex esclavos negros se incluyeron los inmigrantes hispanos, lo mismo llegados de la Península como de las Islas Canarias o de China.

Para 1898 los separatistas cubanos habían puesto al ejército español a la defensiva, obligándolos a evacuar sus fuerzas del campo y a prepararse para los asaltos a las ciudades. El fin de la guerra se adelantó debido a la invasión de las fuerzas militares de los Estados Unidos, de manera que fueron ellos mismos los que promovieron el rápido desmantelamiento de ejército mambí.

Sobre la base de "respetabilidad y confiabilidad" construyeron una nueva fuerza denominada "Guardia Rural" que se diseñó al servicio de los intereses económicos y de los suyos por supuesto. En esta nueva fuerza, los criterios impuestos ofrecían ventajas claras para los cubanos con la piel más blanca, pero dado que el número de ex soldados de raza negra era tan alto, su inclusión no les resultaba "práctica ni ética".

Aunque lo hemos descrito a muy grandes rasgos, este es el ambiente en que se cría y desarrolla su carrera militar el señor José Francisco Martí y Zayas-Bazán, el hijo de un pensador que mientras vivió, soñó con una patria igual para todos los cubanos sin importar el color de su piel. 

EL JOSE FRANCISCO MILITAR

En su caso, y con esto hacemos un aparte en su figura militar, el fin de la guerra le llega en febrero del 1899 con los grados de capitán, licenciándose el 24 de agosto de ese mismo año. Su historial militar se remonta al año 1897 bajo el rudo general Calixto García Íñiguez como soldado raso. Un detalle curioso, le entregaron el caballo "Baconao" que montaba su padre el día de su muerte en Dos Ríos.

Tras la disolución del ejército libertador, trata de incorporarse a la Universidad de La Habana para reanudar la carrera de derecho en segundo año, pero la falta de dinero y de apoyo de los que habían sido amigos de su padre le impide continuar. Entonces se ve obligado a aceptar un cargo como empleado público en la Aduana, para poder mantener a su madre que vivía a su cargo.

El amigo de su padre en Cayo Hueso, Gonzalo de Quezada y Arostegui, le ofrece un cargo en la ayudantía del ejército y, para la proclamación de la república, lo designan jefe del estado mayor con los grados de coronel. Más tarde lo nombran Secretario de Guerra y de Marina y, entre 1913 y 1921, tiempo que duraron los dos 
gobiernos del presidente Mario García Menocal Deop, ya mostraba en sus hombros los entorchados de general de brigada.

Carta felicitación por el resultado de aquella matanza.

Pero como la historia de Cuba nos la dieron a retazos en la escuela, con miles de secretos escamoteados, en lo relacionado con aquellos héroes, y en especial con el héroe de la patria, no se podía ni tocar con el pétalo de una flor. Sin embargo hay pasajes como este que le involucra, que hiela la sangre.

RACISMO POST GUERRA

En 1908 fue creado el "Partido Independiente de Color" (PIC), integrado por el 85% del total de los soldados que integraron aquel ejército libertador, osea negros y mulatos. Era una Cuba donde apenas el 14,3% de los soldados y policías eran de esas razas, mientras los empleos en establecimientos comerciales, en empresas, oficinas públicas y puestos más importantes, eran reservados para "mambises de piel blanca".

Solo era cuestión de tiempo, y el 20 de mayo del 1912 se produjo en Cuba uno de los hechos más lamentables, sanguinarios y trágicos de toda nuestra historia. Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que después de la concentración de civiles durante la capitanía general de Valeriano Weyler, no hubo un hecho tan penoso y sangriento como este y no solo por el alto costo de vidas humanas que costó, también por la connotación racista que tuvo.

Ocurrió entre los meses de mayo y junio durante el periodo presidencial de José Miguel Gómez que, para mas detalles, había finalizado la etapa libertadora con los grados de mayor general de las tres guerras. Al negarles a los negros la posibilidad de integrarse y acceder a buenos empleos, se produce un levantamiento armado. 

Como pasa con el número de víctimas de la reconcentración de Weyler, que nadie se pone de acuerdo, aquí pasó un tanto parecido. Algunos historiadores cifran la cantidad de negros y mestizos muertos en alrededor de los 3 mil, mientras que otros se aventuran en una franja que llega hasta los 6000, con lo cual la primera, aun siendo la más baja, no deja de ser horrible y tremendamente lamentable.

Con su esposa María Teresa Betances y el hijo de Carlos Manuel de Céspedes (con bastón)

Esta operación represiva se llevó a cabo bajo el mando del general de división del ejercito libertador (guerra del 95) José de Jesús Monteagudo Consuegra, entonces jefe del estado mayor del tercio táctico del ejército al frente de las operaciones militares y represivas, apoyándose en su lugarteniente Pablo Mendieta Montefur, entonces jefe de la brigada de infantería y años después presidente interino de la nación en 1934. 

Según recogen los historiadores, los integrantes de este movimiento, que ya se venía gestando desde algunos años antes, habían decidido fundar un partido exclusivo de negros y mestizos, con el cual pensaban presentarse a las elecciones constituyentes. Esto, de por sí, era inaceptable en aquella Cuba donde se suponía que negros y blancos tendrían las misma opciones, aunque en la práctica no fuera así precisamente. 

Aun así, esa muestra de racismo a la inversa era inaceptable en una la sociedad nueva que se pretendía edificar. Uno de los motivos fue el dinero. La gran mayoría de la alta oficialidad del ejercito libertador eran de la raza blanca, con lo cual a la hora de repartir los haberes de guerra recibieron las mayores cantidades, así como las mayores y mejores tierras y los más remunerados trabajos como funcionarios del estado, entre otras cosas debido a la lógica superioridad intelectual que poseían.

Este partido fue ilegalizado a propuesta del culto periodista negro y senador matancero, Martín Morúa Delgado, un hombre de mucho prestigio dentro de aquella Cuba que recién comenzaba su andadura democrática y republicana. A esta propuesta se le conoció como la "Enmienda Morúa". Esta legislación, aprobada el 23 de abril con la debida ilegalización de partidos raciales, desató la ira de aquellos rebeldes "no blancos" que, sin pensárselo mucho, se alzaron en armas contra el gobierno del ex general José Miguel Gómez. 

Este alzamiento, seguido bien de cerca por la inteligencia norteamericana, motivó la preparación de una nueva invasión del ejercito Yankee en Cuba, con lo cual el presidente Gómez dio "manga larga" al ejército Cubano para reprimir, como la controvertida "ley de fuga", y así evitar que el army americano se entrometiera nuevamente en un conflicto Cubano.

El presidente de EEUU, William Taft, le mandó una carta advertencia al presidente Gómez advirtiéndole tácitamente que, en caso de un disturbio de semejante calibre, su ejercito intervendría en Cuba de forma inmediata y con el pretexto de "salvaguardar la vida de sus ciudadanos residentes en la isla". 

De hecho iban en serio, pues algunos buques de guerra de su armada llegaron a anclar en la bahía de Nipes, la de Guantánamo y en la rada Habanera. Gómez, bajo promesa a Taft de que lo tendrá todo controlado, ordenó el 27 de mayo de 1912 que una dotación formada por 1200 efectivos de la guardia rural y el ejército sofocaran - a como diera lugar - la rebeldía de aquellos negros.

Conclusión, que en pocas semanas las fuerzas militares del gobierno constitucional masacraron todo este levantamiento que estuvo comandado por el ex teniente del ejercito libertador Evaristo Estenoz Corominas, por cierto de padre blanco, y el coronel Pedro Ivonet Dofourt, hombre de confianza del lugarteniente general Antonio Maceo en los días de la invasión a occidente.

En el libro "Los independientes de color", del autor Serafín Portuondo Linares y descendiente de uno de los participantes, se detalla perfectamente todo lo que sucedió y quiénes fueron los responsables. Aquí un fragmento: 

"El Estado Mayor que salió rumbo a Oriente estaba integrado por: el Mayor General Jesús Monteagudo; Coronel José Martí y Zayas Bazán, Jefe de Estado Mayor; Teniente Coronel José M. Guerrero Dueñas, Auditor General; Teniente Coronel José Pereda Gálvez, Jefe de Sanidad; Comandante Alejandro Torriente Peraza, Ayudante General (Jefe de Despacho); Comandante Rigoberto Fernández Lecuona, Cuartel Maestre y Comisario General; General Rosendo Collazo y García, Pagador General; Capitanes Antonio Tonel y Mercano, Andrés R. Campiña y González, Federico Pattersson y Hermoso, que eran los ayudantes de campo.

Así se inició en grande lo que en las esferas gubernamentales se denominó "La campaña de Oriente". Mejor expresado: la persecución sin tregua de los rebeldes. El presidente Gómez, al asumir esta actitud, desarmó momentáneamente a sus enemigos políticos y se quitó de encima el fantasma de la intervención de EE. UU. en el conflicto, pero a costa de aumentar cada día el número de bajas en las filas rebeldes."

De este triste capítulo de la historia de Cuba existe muy poca bibliografía disponible, de ahí que la misma historiografía se haya encargado de enmascarar todo lo ocurrido. La narrativa de hechos militares, conquistas y sacrificios increíbles, ha evitado que hechos puntuales de este tipo pasen a "un segundo plano".

José Francisco vivió con su esposa, María Teresa Bances Fernández Criado, más conocida como Teté, en una preciosa casa que le fabricó su acaudalado suegro, un banquero originario de Avilés, en Asturias, de nombre Don Victoriano Bances Cuervo y Arango. La mansión estaba situada en la calle "Calzada" No 807, esquina a 4 en el vedado habanero. De esta unión matrimonial no hubo descendientes. 

Pepito, como le llamaron sus afines o El Ismaelillo, como lo dibujó su padre en aquellos versos, murió el 22 de octubre en la Habana de un enfisema pulmonar, a la corta edad de 67 años.

PD: 

Doña Tete, junto a al padre de Dulce María Loynaz, el general Enrique Loynaz y del Castillo. En el medio el diplomático Cosme de la Torriente y Peraza, secretario de estado del presidente Carlos Mendieta. 

Nos gustaría agregar que Doña Teté jamás aceptó una invitación de las varias que le hiciera el dictador Fidel Castro para visitarla. Usted imagine por un momento la cantidad de tesoros históricos que habrían en poder de esta señora. El tirano esperó pacientemente su muerte en 1980, para iniciar su habitual apropiación de toda aquella riqueza que, en ese momento, carecía de herederos. 

En internet existe publicado un relato relacionado con esta señora que, al parecer, cometió el error de dejar entrar en su casa a dos de los mayores "tracatanes" de Fidel Castro, el ladino Alfredo Guevara, el oportunista Eusebio Leal y el abyecto Armando Hart, los que se supone iniciaron antes el referido expolio.

A la muerte de doña Teté, (la mayoría de sus amigos habían marchado al exilio) la casa pasó a ser "el centro de estudios martianos" con lo cual el atraco a todo lo que allí había, que nunca se supo cuanto era, ni jamás se sabrá mientras sigan en el poder esos ladrones en el poder, quedó consumado. 

¡Ah!, se nos olvidaba, el señor José Francisco era el coronel jefe del estado mayor del ejercito que perpetró esta matanzas, y que para más detalles de su superioridad y violencia desatada, solo tuvo 12 bajas. No solo eso, no le tembló la voz cuando delante de la estatua de su padre, recibió el certificado en el cual el presidente Gómez "le felicitaba por sus servicios prestados".

Maldita Hemeroteca

Fuentes:

Portuondo, Serafín. Los Independientes de Colores. Dirección de Cultura, La Habana, 1950. // Martí, José. Obras Completas Vol.20.Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1991. // El ingenio del Mambí - Ismael Sarmiento Ramírez. // Raza, Clase y acción colectiva en Cuba 1895 - 1912 // Memorias del Colegio de las Escuelas Pías de Camagüey 1858-1908. La Habana: [n.s], 1908.

Referencias:

---De acuerdo a Aline Helg en su libro Our Rightful Share.pag 225 el gobierno cubano en ese tiempo declaró 2000 muertes mientras que americanos que vivían en Oriente declararon que habían entre 5000 y 6000 y un ciudadano español Independiente.
---Martiza Elías, profesor de historia en La Maya, Oriente, declaró que esa ciudad había sido testigo de por lo menos 3000 muertos. 
---BODA: Efectuada el día 21 de febrero de 1916, el mayor general José Francisco Martí y Zayas-Bazán y María Teresa Bances y Fernández Criado, reciben el sacramento del matrimonio en la Iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús en El Vedado. 
---Los padrinos fueron don Marcelino Bances y doña Carmen Zayas-Bazán, viuda de Martí. Firmaron como testigos el general Mario García-Menocal, presidente de la República  e Ignacio Larreinaga, de profesión rentista.

Tags