lunes, 29 de enero de 2024

La tremenda corte, una obra del gallego Cástor Vispo

Cástor Vispo, con su esposa Ofelia Espinosa, regresando en barco a la Habana procedente de España

Según dijo una vez el publicista cubano Tony Fergo, el nombre del personaje "Tres Patines", que en un principio se iba a llamar "Jose Candelario", se le ocurrió al gallego Cástor Vispo en un ensayo. Viendo a quien le daría el papel del negrito de la obra, el gallego vio las improvisaciones y la forma de moverse del actor cubano Leopoldo Fernandez y entonces dijo: ‘Parece que este tipo en vez de dos patines va en tres.”

Tanto el programa "La tremenda Corte", así como sus personajes Rudecindo Caldeiro y Escobiñas, Nananina y José Candelario, más tarde rebautizado como Tres Patines, fueron ideas originales de este genio del humor español que llegó de la Coruña, en Galicia, cuando apenas tenía 18 años. 

El programa en sí vio la luz en 1941 alcanzando gran éxito en la radio así como en el teatro, sobre todo este ultimo donde resultó mediático. En 1947 obtuvo en Cuba un premio al compositor más destacado del año y su “Tremenda Corte” se mantuvo en el aire sin interrupción desde 1942  hasta el 1961, primero en RHC Cadena Azul y más tarde en CMQ. Decir que Cástor Vispo fue, desde entonces, su único creador.

Con Vilma en la radio.
Dio vida además a “Tiburcio Santamaría: El vigilante poeta de la novena Estación de Policía” y posteriormente “La verdad desnuda”, así como los versos publicados en "Semana", “El Barón del calzoncillo encantado” que luego la emisora RHC Cadena azul llevó a la radio en 1948. 

Así mismo fue fundador del Semanario humorístico “Zig Zag y creador del personaje de "Pepe el Cortao", e incluso el más famoso de todos los detectives y maestro de la milenaria paciencia y asiática, "el chino Chan Li Po", nació a partir de una idea suya. 

Parodiando a este célebre detective chino, Vispo estrenó en la emisora CMK, propiedad entonces del célebre escritor y locutor santiaguero Félix Benjamín Caignet, la serie humorística del policía gallego de Santa Marta de Ortigueira Rudecindo Rodríguez, alias "Rudy Rod", que curiosamente fue interpretado igualmente por el famoso juez de la "Tremenda Corte", el actor cubano Aníbal de Mar.

Por supuesto, en el elenco de la "Tremenda Corte" tuvo la suerte de contar con el genio incomparable de Leopoldo Fernández Delgado, que en una ocasión al verlo desesperado por no tener los libretos listos y el programa a punto de salir al aire, le dijo: 

“... Quédate tranquilo, a nosotros no nos hace falta un escritor para hacer el programa”. Entonces, Leopoldo rompió los libretos de todos los actores cinco minutos antes de salir al aire, y así se hizo un programa sin libreto previo. Esto no da la medida del talento que tenían aquellos actores Cubanos.

En una entrevista realizada por la periodista Blanca Silva, entonces en el periódico "El Nuevo Herald" de Miami, la ultima esposa del genial humorista Cubano Leopoldo Fernández Salgado, la actriz boricua Vilma Carbia, contó como se lo encontró muerto en su propio despacho. 

El más grande humorista Cubano
Que llegó a pensar que era una de sus tantas bromas al hablarle y no recibir respuesta, pero como dice la propio artículo, el genio le había gastado su última broma.  

Vilma Carbia había sido esposa con anterioridad del cantante cubano Tony Chiroldes, residente en Puerto Rico, amigo del autor Pedro Junco y primer interprete de su archi famoso bolero "Nosotros". 

Leopoldo, el genial Pototo o Tres Patines, el más grande humorista cubano de  de todos los tiempos, murió un 11 de diciembre de 1985. De su primer matrimonio con Rosaura Andreu tuvo sus dos primero hijos, Leopoldo y Lenía; del segundo con la actriz Mimí Cal, la intérprete de Nananina en “La Tremenda Corte” , no hubo descendencia, sin embargo tuvo otros cinco hijos que supo reconocer y dar su apellido. 

Con la boricua se casó el día de la festividad de la Virgen de la Caridad del Cobre en Miami, el 8 de septiembre de 1975, el mismo día que salían de viaje un de trabajo hacia New York. Sobre el genio, recordaba Carbia melancólica en aquella entrevista: "A pesar de que Tres Patines sigue haciendo reír por toda América, jamás recibió ninguna regalía por la retransmisión de sus programas radiales y televisivos. 

Ni siquiera una estrella en la Calle Ocho ni una calle que lleve su nombre". Luego de saldar las deudas del funeral y entierro a través de cuotas mensuales durante años, es ella la que le rinde homenaje cada vez que visita su tumba olvidada donde reza el siguiente epitafio: "Cómico genial, esposo sin igual".

Solo agregar que en aquellos tiempos no existían los llamados "Royalties", el pago periódico que se le hace al propietario de un producto o derechos de autor, a cambio del cual se pretende seguir explotando lo creado, de manera que el ejecutivo de CMQ, Abel Mestre, los adquirió todos y luego se los fue vendiendo a las distintas estaciones de radio en el continente americano.

Leopoldo Fernández descansando en una de sus grabaciones

En la Cuba castrista, como le pasó a tantos otros, lo prohibieron y a todo lo que él representaba. Más a él, que en los últimos años perteneció, e hizo campaña, por el partido de Andrés Rivero Agüero y Fulgencio Batista, "Acción Progresista", aunque ya el mulato de Banes no contaban entre sus filas con aquella fauna de comunistas que en los cuarenta le rendían pleitesía. 

De hecho y debido a un chiste de corte político, fue detenido por el G-2, la policía política castrista, y retenido un mes sin poder salir de su casa. El chiste en concreto decía lo siguiente: Ante un cuadro del destituido Fulgencio Batista, el personaje de Tres Patines decía: "Ese "bótalo", y ante otro de Fidel Castro agregó: "Ese déjamelo a mí que lo voy a colgar".

El coruñés Cástor Vispo Villardefrancos, que fue guionista además de la película "Hitler soy yo", estrenada en el cine Fausto de la Habana en 1944, murió en 1963 siendo considerado como el más grande autor humorístico radial de todos los tiempos en Cuba. De sus obras, varias de ellas fueron representadas en 1942 en el Teatro "Martí", por la compañía de Leopoldo Fernández precisamente. 

Destacar que este genial gallego, aunque jugaba con una fina sátira bastante irónica, jamás utilizó a sus personajes para que se insultaran o utilizaran expresiones de doble sentido vulgar, lo cual tiene mucho mérito. Sobre todo ahora, que estamos viendo como lo chabacano y lo vulgar, lo que muchos suelen llamar astracanada, haciendo referencia a los viejos sainetes del teatro bufo y grotesco, es lo único que triunfa.

Con los años, y el surgimiento de varias radios disidentes en el exterior como Radio Mambí, la Cubanísima, Radio y televisión Martí, así como en casi todas las redes sociales de la actualidad, el publico joven de la isla ha tenido la oportunidad de conocer, y de volver a disfrutar, de varios de aquellos 360 programas grabados y sus distintos protagonistas.


Maldita Hemeroteca // Fuente: Original: Tres Patines y la Tremenda corte. "Leopoldo murió pobre y olvidado". Revista "Critica en Línea" de Panamá./Cubanet

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