domingo, 28 de enero de 2024

NEGRO: Cuando te pica en la lengua.

En el texto se aprecia que los niños se llamaban Lidia y Orlando. // 

Se conoce que en la península hubo esclavos negros, sobre todo en el sur de España. De hecho Cervantes hace referencia en "Don Quijote" al granadino Juan Latino, y que llamó "ladino" no porque fuera tal, si no que en aquella época se llamaba así a todo el que viniera de fuera y aprendía la lengua castellana, mientras que los incultos y recién llegados se les conocían como "bozales".

Pero eso fue en tiempos de "ñaña seré", y para eso eran un puñado que en zonas rurales fueron desapareciendo con los años. Es por eso que cuando Federico García Lorca visita New York entre 1929 y 1930, se encontró allí una gran masa de negros que no había visto antes. De ese encuentro el poeta escribió cinco poemas, y uno de ellos lo tituló "Los Negros", los otros fueron "Poemas de la Soledad en Columbia University", "Calles y Sueños" y "Oficio y denuncia".

El 7 de marzo de 1930 Lorca deja New York y viaja a Cuba invitado por la Asociación Hispano Cubana de Cultura, e imaginamos que en la isla debió experimentar lo mismo. Luego de conocer varias localidades en la Habana, se dedicó a recorrer Sagua la Grande, Caibarién, Cienfuegos, Santiago de las Vegas o el valle de Yumurí en Matanzas, donde se tomó esa foto el 13 de abril, hasta que puso rumbo a Santiago de Cuba en tren. Antes de llegar y hospedarse en el hotel "Venus", compuso su famoso poema "Son de negros en Cuba".

Han pasado 94 años de eso, y aún en Cuba le siguen "escondiendo el nombre". Y no se trata de buscarle la cuarta pata al gato, pero ¿porqué persisten en llamarle "Iré a Santiago" si ese no es su verdadero título?. A lo mejor es una idea sin fundamento que nos hacemos y no ha sido así precisamente, pero conociendo el paño como como lo conocemos... 

En fin, que 

El 4 de junio de aquel año, el diario santiaguero "La Independencia" hizo una reseña su presencia en el Pabellón Barceló de la Escuela Normal para Maestros: 

“El amplio centro docente se vio pletórico de concurrencia selecta y distinguida, y ocupó la tribuna el distinguido intelectual señor García Lorca, que pronunció brillante conferencia esmaltada de párrafos hermosísimos”.

Lorca compuso esos versos cargados de sensualidad como le era innato, dedicado al etnólogo Don Fernando Ortiz, presidente de la institución que lo invitó. A través de los años ha sido "musicalizado" por mucha gente que, a diferencia del declamador Luis Carbonell por ejemplo, que le hizo un bello e impresionante homenaje en su característico estilo, la mayoría lo han hecho trizas con sus ritmos bachateros y su habitual falta de respeto. Sus palabras, a nuestro modo de ver, son un prueba fiel de que entre negros y blancos, chinos y mulatos, Lorca se sintió a gusto durante 98 días:

“La Habana es fundamentalmente española, pero de lo más característico y más profundo de nuestra civilización. Yo naturalmente me encuentro como en mi casa (…) Esta isla es un paraíso. Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”

Ha pasado mucho tiempo en que la palabra “Negro” estaba asociado a lo peor de la clase social, dígase gente sometida, oprimida, inferior e incluso peligrosa, y entendemos que es por eso en que nuestros días sigue resultando incómodo pronunciarla, utilizando en su lugar ridiculeces como "gente de color", "morenitos" o como se suele utilizar en Cuba para disminuir su impacto, "Mi negro".

Así que ya sabe, el poema se llama como se llama y no como han querido los que al parecer la palabra NEGRO, le sigue picando como "ají cachucha" en la lengua. Cubanos somos todos los que hemos nacido en esa isla mestiza, da igual el origen que procedamos, y si clasificar la raza es propio de gente racista, mucho más es camuflarla o, como en este caso, intentar esconderla solapadamente.

SON DE NEGROS EN CUBA

Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.

Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüeña,
iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
iré a Santiago.

Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.

¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.

Siempre he dicho que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.

El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de cañaveras!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.

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