lunes, 29 de enero de 2024

TAMAYO MÉNDEZ: Cuarenta y cuatro años sin dar un palo al agua.

Tamayo de uniforme y Falcon a su lado. // 

Se dice, no lo sabemos con exactitud, que el mulato Arnaldo Tamayo Méndez no era, ni por asomo, el mejor candidato Cubano para subir al cosmos en la lanzadera espacial Soyuz U-2 comandada por el soviético Yuri Romanenko, que debía acoplarse con la Soyuz-37 y el laboratorio espacial Saliut-6.

En su lugar, el también piloto de Mig´s,, capitán Jose Armando López Falcón, debía haber ocupado esa plaza de "cosmonauta investigador", pero Fidel Castro vio en aquel "negrito indiao" la posibilidad de sacarle mucho más lasca al asunto, la de convertirle en el primer cosmonauta no ruso y no americano del mundo mundial de raza negra y de habla hispana, todo gracias a su revolución y a los rusos que la mantenían gravitacionalmente, y nunca mejor dicho.

Falcón era blanco y no daba el cante para lo que él quería, limpiarse de aquel escándalo "Embajada del Perú", donde por primera vez el mundo vio, con sus propios ojos, que en el supuesto paraíso comunista del Caribe había un "burujón de gente" que no quería seguir viviendo allí ni un segundo más. 

Y de cierta manera lo consiguió, porque Castro, como buen comunista que era, trabajar y sacrificarse poco, pero lo que era inventarla en el aire a su favor, no había quien le ganara. De hecho le prohibió a Tamayo pilotar otro avión por el resto de sus días para que siguiera siéndole rentable, no fuera a pasarle como a Yuri Gagarin que vino a morirse en un Mig 15 en 1968, después de haber logrado lo que nadie.

Al final el Falcón se quedó en compañía de otro héroe de la patria de Lenin, el cosmonauta Yevgeny Khrunov, que junto a Aleksei Yeliseyev había sido autor del primer acoplamiento en órbita de dos naves tripuladas en 1969, quien se quedó entrenándolo en el centro espacial Yuri Gagarin "por si las moscas". Total que el 18 de septiembre de 1980, Cuba se convertía en el noveno país del mundo en enviar un hombre al cosmos.

Ocho días después, el teniente coronel cubano aterrizaba en las estepas de Kazajistán, tras orbitar la Tierra 128 veces, a una altura de 120 kilómetros y a una velocidad de 30 mil km por hora. Hoy, 29 de enero, aquel guajirito guantanamero esta cumpliendo 82 años luciendo los entorchados de general de brigada, y a bordo de una nave que en realidad no se sabe a ciencia cierta para donde coño va.

Maldita Hemeroteca 

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